La sirenita andrógina, la verdadera historia detrás de la fábula
El artista francés Benjamin Lacombe revela un misterio escondido en el cuento “La sirenita” del escritor danés Hans Christian Andersen. A su paso por la Feria del Libro de Bogotá, Lacombe y Sébastien Peréz, coautor de otros cuentos ilustrados por Lacombe, hablaron con Sentiido.
Esta sirenita no es la típica adolescente curvilínea y de cabellos largos que nos ha mostrado Disney. Esta sirenita tiene una belleza más melancólica y andrógina y envuelve un gran secreto. (Ver: Ni hombre ni mujer: persona no binaria).
Así es como el artista francés Benjamin Lacombe revela a este personaje legendario en las ilustraciones de su nuevo libro “La sirenita”, una versión realizada a partir del manuscrito original que Hans Christian Andersen escribió, tachó y reescribió hace 186 años.
En el misterioso mundo submarino dibujado por Lacombe encontramos a una sirenita cuyo género resulta ambiguo, explorando su mundo subacuático y las emociones tumultuosas en su interior.
Es alguien que no se encuentra a gusto donde está, que tiene la necesidad de explorar y de ver la vida desde otra perspectiva así tenga que perder su voz y su cola de sirena y aunque caminar resulte tan doloroso como “clavarse cuchillos en los pies”.
Benjamin Lacombe
Gracias a Lacombe tal vez estemos ante la versión más fiel a la idea original que tuvo Andersen cuando escribió esta obra, que en realidad parece ser una declaración de su amor no correspondido por otro hombre.
Este amor imposible para una época en la que ni siquiera existía la palabra “homosexualidad”, quedó consignado en las cartas que Andersen le escribió a Edvard Collin, alguien con una posición social más privilegiada y un matrimonio convencional con una mujer de la alta sociedad danesa. (Ver: Qué es el fundamentalismo religioso y qué implica realmente).
A su paso por la Feria Internacional del Libro de Bogotá, Benjamin Lacombe y Sébastien Peréz hablaron con Sentiido sobre este libro recientemente realizado por Lacombe y sobre otras obras creadas por ambos, como “Genealogía de una bruja” y “La mejor mamá del mundo”. (Ver: La diversidad se tomó la Feria del Libro).
Pero sobre todo Peréz y Lacombe hablaron sobre “ser diferente” y sobre la necesidad de defender la diversidad en un mundo que va perdiendo la luz cuando sólo hay espacio para una única forma de ser, de sentir y de ver la vida. (Ver: Mónica Fonseca: si nos sumamos a las causas LGBTIQ, el mundo será mejor).
Sentiido: ¿Cómo ha sido su relación con “La sirenita”, este clásico de la literatura infantil?
Benjamin Lacombe: Es una historia que me impactó mucho desde que la conocí. Yo tenía una conexión muy especial con Andersen porque esta y otras de sus historias tienen que ver con el hecho de sentirse diferente, de no sentirse entendido y yo me sentía así cuando era muy joven. (Ver: Sí, todo mejora).
A medida que crecía, yo sentía que esta no era sólo la historia de una sirena que se enamoraba de un hombre, sino que era la historia de alguien que se sentía diferente, que no se sentía a gusto en ninguno de los dos mundos que conocía: no se sentía bien en el mundo subacuático, pero tampoco afuera. (Ver: Jess: soy yo sin pedir permiso ni dar explicaciones).
S: ¿Cómo surge la idea de hacer esta versión de “La sirenita”?
B.L.: Cuando entré en contacto con los estudios de género pensé que tal vez la sirenita tenía relación con la historia de amor de Andersen por Collin. Entonces traté de investigar, pero no encontraba nada en francés ni en inglés y yo no hablo danés, así que le pedí ayuda a mi editorial y Jean-Baptiste Coursaud, traductor del danés y experto en Andersen, se encargó de investigar en el museo de Andersen.
El punto de partida fue el manuscrito original de “La sirenita” porque ha habido muchísimas versiones de la historia y cada una ha sido más cambiada que la anterior.
A la vez, encontramos muchas cartas de Andersen -hay que tener en cuenta que él vivió en el siglo XIX- y de las casi 30 mil cartas registradas en el museo de Andersen en Dinamarca, 400 fueron escritas para Collin y algunas de ellas eran cartas de amor.
Pero el signo inequívoco de que “La sirenita” escondía otra historia fueron las frases que estaban en las cartas de Andersen para Collin y que también hacen parte del texto original de “La sirenita”.
S: ¿Qué había en estas cartas?
B.L.: En sus cartas sobre “La sirenita” Andersen le dice a Collin que las partes que están tachadas en su manuscrito son en realidad las más importantes porque han salido de su corazón.
Es muy doloroso ver a alguien sufriendo por el amor que siente por otra persona, realmente rompe el corazón ver que se siente tan mal por ese amor, alguien que reza y le pide a Dios no sentir más eso… (Ver: “El amor por mis hijos estaba por encima de lo que decían en la iglesia”).
Es claramente alguien que siente que no encaja en el mundo y pensemos en lo increíble que es que, en esas circunstancias, 1837, alguien sea capaz de escribir que desearía ser amado por quien realmente es.
Esto es increíble para su momento cuando ni siquiera existía la palabra “homosexualidad”. Después de saber todo esto, para mí era imposible ilustrar “La sirenita” sin este contexto histórico y sin ser una sirenita andrógina. (Ver: Alanis Bello: no quiero ser un hombre ni una mujer).
El propio Andersen lo dijo en su momento: “nunca antes me sentí tan cerca de un personaje como con La sirenita”. Él estaba sufriendo con el personaje.
S: ¿Cómo pudo algo así ser ignorado por la crítica literaria?
B.L.: ¡Fueron 186 años sin que esto saliera a la luz! Esto demuestra que cuando tú no quieres ver algo, no importa qué tan obvio sea, no lo verás. De hecho, una de las primeras cosas que hace el príncipe cuando la sirenita se convierte en mujer es hacerla vestir como un hombre. Está escrito en todas las versiones y nadie, excepto yo, ha dibujado a La sirenita vestida de hombre como dice la historia. (Ver: “Desde que las niñas son rosadas y los niños azules, estamos jodidos”).
S: ¿Qué más está tachado en el manuscrito que Andersen decidió cambiar?
B.L.: El final está tachado en el manuscrito, pero en mi versión quedó como él lo pensó inicialmente y es que La sirenita recupera su voz, pero aparte de eso hay una frase que dice que sólo cuando esté muerta y sea un alma inmortal podrá ser amada por quien ella era realmente en su alma sin importar el cuerpo que tuvo en vida.
¡Eso es tremendamente poderoso en 1837! Y otra parte del texto que estaba tachada es una escena en la que La sirenita está vestida como un hombre y ella y el príncipe van a montar a caballo.
En francés y danés la palabra “montar” puede tener una connotación sexual y el cuento habla de que ellos están montando a caballo por el bosque y que se encuentran con un tigre.
En ese momento, La sirenita usa una lanza grande y la pone en la garganta del tigre, algo tremendamente gráfico. Eso está tachado en el manuscrito, pero es obvio que está contando que lo que pasa en el bosque es mucho más que un paseo a caballo. Esta parte tampoco está en mi versión.
S: ¿Cómo se refleja todo esto en las ilustraciones?
B.L.: Hay una razón por la cual en mi libro la figura de “La sirenita” es ambigua, no tiene realmente un género, hay una razón por la cual uso el azul oscuro como una manera de transmitir profundidad y es la densidad que sentimos al sumergirnos en el agua.
También hay una razón por la cual uso un rosado fluorescente en contraste con ese azul -dos colores que tradicionalmente se asignan a hombres o mujeres- pero para mí ese rosado intenso es un statement -una declaración– cuando se asocia con el azul de los fondos marinos y ambos forman una especie de morado. (Ver: Juguetes sin barreras de azul ni rosado).
Al mismo tiempo, el castillo acuático, inspirado en el trabajo de Eva Jospin, evoca unas formas sexuales de una manera muy diferente a los típicos castillos de Disney.
S: “La sirenita” y otros libros para audiencias jóvenes tocan temas profundos como la mortalidad, la identidad, la sexualidad, ¿qué los convierte en un clásico a través de las generaciones?
B.L.: La razón por la que un clásico se vuelve un clásico es porque está hablando de la naturaleza humana, son cosas que no envejecen. Las problemáticas que tenemos como humanos siguen aquí varios siglos después: encontrar tu lugar en el mundo, aceptar la diferencia, poder amar a quien deseas amar, todos estos temas están aquí hace siglos.
Por otro lado, los clásicos nos permiten a los artistas expresarnos y es por eso que Andersen usó esta historia para hacer una carta de amor que era imposible escribir en esa época sin usar la historia de la sirenita y del príncipe y es igual para muchos cuentos. Por ejemplo, Bamby habla de antisemitismo y así lo interpreté cuando lo ilustré.
Sébastien Pérez
Sébastien Pérez: Muchos textos se vuelven clásicos porque son un espejo de la sociedad en la que vivimos, también porque te permiten cuestionarte, te dejan pensando…
Cuando yo empecé a escribir cuentos -que empecé porque Benjamin me puso un lápiz en la mano y me dijo: escribe- recuerdo que me dio un consejo que sigue siendo vigente: cuando escribas siempre piensa en el mensaje con el que se va a quedar el lector cuando cierre el libro. Normalmente, los libros no te dan la solución, pero te ponen a pensar.
S: Un libro que causó mucho revuelo fue uno que ustedes hicieron llamado: “La mejor mamá del mundo”. ¿Por qué causó tanta controversia?
B.L.: Es un libro súper tierno. Para mí es uno de los libros más inocentes, puros y delicados que he hecho. Yo tengo muchos libros que tienen un lado más sombrío, que son un poco ambiguos, pero este era súper dulce y sencillo.
Es un libro escrito por Sébastien e ilustrado por mí acerca de las muchas formas de crianza que hay en la naturaleza. Pero en ese momento en Francia estaba ocurriendo el debate sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo y la narrativa de quienes se oponen era: “los niños tienen que ser criados por padres de sexos opuestos o si no van a convertirse en psicópatas”, “eso no es natural”, etcétera. (Ver: La Corte Constitucional aprobó la adopción igualitaria, ¿por qué esta vez sí?).
Entonces, nosotros dijimos, “ok, vamos a ver qué nos dice la naturaleza” y lo que vemos en la naturaleza es que hay muchas formas de criar: vemos que hay machos que son madres, como los pingüinos, vemos hembras que crían solas, como las elefantas, vemos incluso madres que no quieren criar, en fin, hay muchas maneras de criar.
Nosotros quisimos mostrar formas de maternidad en la naturaleza, concluyendo, al final que la mejor madre del mundo es la madre que te está amando, que te está cuidando.
S.P.: Y una más de todas las mamás que mostramos era la mamá humana y hablamos de cómo a veces esta mamá requiere ayuda de otras personas a su alrededor, puede ser su pareja, una abuela, un familiar, un amigo, alguien que, independientemente de su género, la apoye. Nos referíamos simplemente a que criar a un bebé es una tarea demandante.
Hubo una gran indignación: nos decían que cómo podíamos decir que tener un hijo era difícil si era la mejor cosa que les había pasado en la vida o que cómo nos atrevíamos a sugerir que las mujeres necesitaban ayuda para criar a sus hijos o que no teníamos autoridad para hablar de maternidad. Pero bueno, todo el mundo ha tenido una mamá, ¿no?
S: La literatura infantil y la educación en general se han convertido en un campo de batalla en muchos lugares. Por ejemplo, en la Florida (EEUU), se pueden comprar armas en supermercados, pero ciertos libros han sido prohibidos en las bibliotecas escolares…
B.L.: Hay mucha tensión cuando haces libros para niños y la gente se enloquece con un determinado libro y lo acusan de todo tipo de cosas por el hecho de enviar un mensaje acerca de la importancia de tener una mentalidad abierta o de respetar la diversidad que hay en el mundo.
S: Otro libro que ustedes lanzaron en la Feria del Libro de Bogotá se llama “Las brujas”, ¿de qué se trata?
B.L.: Bueno, “Las brujas” es un libro ilustrado por mí y escrito por Cécile Roumiguière. Es un viaje a través de la historia de magas, adivinas y hechiceras desde una postura feminista sobre mujeres que no fueron sumisas y que por eso fueron perseguidas. El libro en el que trabajamos Sébastien y yo es de 2009 y se llama “Genealogía de una bruja”. (Ver: Tres grandes del feminismo en Colombia).
En ese momento todas las brujas que nos mostraban los libros eran malas, viejas, con gorro negro y puntudo, con escoba y una verruga.
Entonces, decidimos hacer un libro sobre una familia de mujeres que luchan por el bien y en el que una pequeña niña encuentra que pertenece a una genealogía de mujeres fuertes y poderosas. (Ver: “Vivo el feminismo en la espiritualidad”).
S.P.: Sí, mezclamos diferentes historias de brujas cuentos de hadas y creamos otras brujas inspirándonos en historias reales de mujeres de Japón, Latinoamérica, África, etcétera, con una cosa en común: todas son mujeres que nunca estuvieron casadas o no podían tener hijos. (Ver: El día de la madre y de la no madre).
En ese sentido, el libro es una declaración feminista que dice que estas brujas que han sido perseguidas siempre son mujeres inteligentes, poderosas y que tienen derecho a existir.
B.L.: El eje central del libro es la historia de una pequeña niña que está descubriendo que es una bruja pero que se siente triste porque los otros niños no la aceptan porque ella tiene el poder de adivinar las frases de todos antes de que los demás terminen de hablar y esto les resulta molesto.
Pero junto a su abuela descubrirá que ella pertenece a esa gran genealogía de mujeres fuertes y que cuando te permites abrazar lo que te hace diferente, siempre vas a encontrar quien te ame tal y como eres.
¡Por supuesto no estamos hablando únicamente de una niña que se siente diferente por una característica en particular! Sino de mucho más. Al final la niña encuentra a su amigo ideal, un niño tartamudo al que le resulta maravilloso tener a alguien que termine las frases por ella.
En el fondo, muchos de nuestros libros hablan de eso, de ser diferente, de no encajar y de cómo si tienes la fortaleza de abrazarte como eres siempre encuentras tu lugar en el mundo.
ABIERTA LA CONVOCATORIA! Devocional 2024
ATENCIÓN!!
Abrimos la Convocatoria para textos que harán parte del Devocional Caminando en Sororidad 2024.
Será nuestra tercera edición y esta vez queremos llegar a 365 textos escritos por mujeres y disidencias de toda la región, de España y más allá.
Qué buscamos?
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Textos bíblicos-elegidos libremente- releídos desde las espiritualidades en cada territorio y en cada realidad.
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Pueden ser en diversos estilos literarios
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No más de una hoja- máximo- en Word- Lo ideal es de 500 palabras
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Pueden ser individuales o construcciones colectivas
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Deben ser identificados con nombre o seudónimo, país y si quieren, su fe, comunidad de pertenencia, etc.
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El material es gratuito por lo que NO hay retribución para quien escribe. Los derechos sobre los textos son comunes
Los textos serán revisados por el Comité editorial de Con Efe y se comunicará a cada persona, la aceptación o no.
FECHA LÍMITE: 15 de octubre
Adonde lo envías?
conefecomunicaciones@gmail.com
PASÁ LA VOZ!!! TE ESPERAMOS
El cuerpo como cauce: las normas religiosas de genero en clave performativa
Por Melisa R. Sánchez-
“Mi cuerpo es y no es mío.
Desde el principio es dado al mundo de los otros, lleva su impronta, es formado en el crisol de la vida social”
(Butler, 2006 p. 41).
Claudia es una mujer de alrededor de 50 años que pertenece a una tercera generación de HL (Hermanos Libres) en Córdoba, con quien surgió el tema de la mantilla (velo) durante la entrevista. Ella comentó que ya no la usa, que en su juventud se usaba más, pero que hacía ya un tiempo que su iglesia no se usaba. Cuando indagué desde cuándo no se usa, Claudia hizo una expresión corporal con la mano y la mirada hacia atrás, como quien expresa que hay que remontarse a mucho tiempo atrás: ¡Uf! Hace como cinco años que ya no se usa. Su respuesta me sorprendió, ya que por su expresión esperaba un período de tiempo mayor, considerando también que en otras iglesias este tema se debate desde la década de 1980. Le pregunté cómo fue el proceso para decidir eso en su congregación, a lo que dijo —con cara de desconcierto—: No sé, simplemente empezamos a dejar de usarla, y nadie dijo nada. Continuando con su relato, Claudia recordó un evento reciente, cuando su hija junto a otras jovencitas se iban a bautizar. En esa ocasión le preguntó a Bety, su amiga y esposa de uno de los líderes cuya hija también se bautizaba, qué iban a hacer con los regalos de las bautizadas. Tradicionalmente a las mujeres que se bautizan se les regala una mantilla, sin embargo, su amiga respondió: Y, no gastemos plata al vicio… haciendo alusión a que las mantillas no serían utilizadas por las jovencitas, y Claudia celebró la practicidad de la decisión.
El relato de Claudia nos invita a conocer y comprender las normas de género para las mujeres en el contexto evangélico de los hermanos libres.
El espacio de la iglesia como espacio social conlleva una exposición corporal, y consecuentemente, el reconocimiento de pertenencia al grupo. La filósofa Judith Butler en su libro Cuerpos que importan (2002) propone pensar las normas de género como performativas, es decir como un conjunto de actuaciones que se producen y se reconfiguran en cada reiteración. Al mismo tiempo, las normas de género se conforman de manera relacional, es decir, en la interacción con otras personas, de manera situada en un tiempo y un espacio determinado que les da sentido. En este caso, lo pensamos en relación a las normas religiosas que hacen a los géneros. Los cuerpos son esa materialidad desde la que se producen las interacciones, con sus relaciones de poder y resistencias. Como en el relato de Claudia, los corrimientos de las normas se erigen en y desde los cuerpos. Transcurre entre negociaciones individuales y colectivas, que no son absolutamente racionales o premeditadas, pero tampoco tiene carácter no-conscientes o no-razonadas. Del “simplemente dejamos de usarla” a la decisión “práctica” de no comprar más mantillas para entregar a las jovencitas en sus bautismos, hay un trayecto que ha ido sedimentando y madurando en la comprensión de las normas religiosas de género por parte de las mismas mujeres que las encarnan. Se trata de una revisión interpretativa implícita, mas inteligible en y desde los cuerpos. La hija de Claudia sería una de las generaciones de ese espacio religioso que no recibe una mantilla como símbolo de sumisión a Cristo. Esto no significa que dejen de lado ese principio, sino que se encarnará en otros gestos y símbolos.
Esta mirada de las normas religiosas de género y sus transformaciones, es una invitación para comprender a las mujeres evangélicas como agentes activas en la producción de las normas que habitan cotidianamente, en las que, al mismo tiempo, se producen a sí mismas.
Esta condición de agentes habla de la posibilidad de autodeterminación y de autonomía interpretativa de las normas religiosas de género, así como de la transformación de las mismas en esa cotidianidad. Estas transformaciones son sutiles corrimientos que pasan a formar parte genealógica del ser-mujer-evangélica. De ese modo, amplían y enriquecen los sedimentos que se acumulan y transmiten desde los cuerpos de las mujeres a otras mujeres y personas que habitan ese espacio social.
Cauces y Reverberaciones
Claudia preguntó a su amiga sobre el regalo de las bautizadas. Una inquietud individual que se pone en palabras, se hace colectiva y pone en movimiento tradiciones, silencios, incomodidades, interpretaciones, objetos sagrados, normas. Cuando las mujeres evangélicas se permiten la pregunta, aparecen decisiones propositivas y creativas que las reafirman como mujeres creyentes desde una posición de autodeterminación.
Como el movimiento del oleaje que produce la corriente de un río —que en su repetición, moldea su cauce, su fondo, sus orillas—, las experiencias de las mujeres moldean las normas religiosas de género, corren los bordes y permean los marcos interpretativos de las normas de género. En este movimiento, al toparse con elementos en su trayecto, se reflejan, erosionan y modifican su entorno. Actuaciones como las de Claudia se producen estas reverberaciones a lo largo del tiempo y del espacio en el que acontecen: producen modificaciones en y desde el género, en y desde las normas religiosas de género. La experiencia singular de repensar y resemantizar los gestos que hacen su expresión religiosa tiene repercusión en el resto de la comunidad.
Insisto aquí en la sutileza y en la cotidianidad de estos corrimientos de las normas. No necesariamente se producen “con bombos y platillos”, sino que implican una comprensión situada y singular para comprender la reverberancia de estos actos. Por eso es preciso volver a situar este análisis. Este acontecimiento emerge -y tiene sentido- en un espacio evangélico en el que predominan valores vinculados a la modestia y la mansedumbre. En esta denominación evangélica, no fomentan en su liturgia formas discursivas donde se eleva la voz con efusividad emocional ni fomentan instancias de discusión asamblearias. Por lo que, el hecho de que nadie diga nada —como narró Claudia— puede ser comprendido como parte de un modus operandis colectivo del que pudieron sacar provecho para producir cambios.
El dejar de usar la mantilla de manera sostenida y sacar provecho de ese silencio cómplice, de algún modo da cuenta de las maneras en que las mujeres hacen uso de esos espacios grises de las normas para producir desplazamientos en las normas. Puede que este acto perdure por más o menos tiempo; siempre será provisorio.
En todos los espacios sociales nos encontramos con normas que de algún modo configuran los géneros. ¿Qué es la autodeterminación sino el poder sacar provecho de estos intersticios para moldear nuestra forma de habitar las normas y hacernos a nosotras mismas?
—
La autora es Doctora en Estudios de Género por la Universidad Nacional de Córdoba (ARG) y Licenciada en Trabajo Social por la misma universidad. Actualmente becaria postdoctoral de CIJS- CONICET.
Publicado en https://otroscruces.org/el-cuerpo-como-cauce-las-normas-religiosas-de-genero-en-clave-performativa/
Cuerpos y Libertades: Proyecto de Católicas por el Derecho a Decidir
Católicas por el Derecho a Decidir Argentina se propone como objetivo a largo plazo que el derecho a la autonomía reproductiva llegue a todas las mujeres y personas gestantes de Argentina teniendo en cuenta las intersecciones que atraviesan a los feminismos como la edad, la clase social, la condición de ruralidad y el origen étnico en particular.
Como organización pionera en la consolidación de la Marea verde en nuestro país y en toda América Latina y el Caribe, buscamos propiciar resultados a corto plazo con hincapié en el fortalecimiento de liderazgos de mujeres y diversidades sexuales indígenas, campesinas y afrodescendientes. Construimos colectivamente desde una perspectiva feminista interseccional, decolonial y antirracista, en el que ellas y elles sean protagonistas de la conversación y los acuerdos con decisores, actores de la sociedad civil, y hacia adentro del movimiento feminista argentino y latinoamericano, desde su mirada y en su propia lengua.
El objetivo es fortalecer los liderazgos emergentes de mujeres indígenas, campesinas y afrodescendientes de Argentina para el acceso al derecho al aborto y los derechos sexuales y reproductivos.
Desde 2019, CDD Argentina ha comenzado una asociación virtuosa con mujeres y diversidades sexuales indígenas y campesinas organizadas en 10 provincias del país en la que se van desarrollando capacitaciones, acciones de incidencia, encuentros, producción de materiales en lengua originaria de pueblos Wichí, Chorote, Guaraní, Qom y Mapuche realizados por mujeres líderes indígenas sobre derechos sexuales y reproductivos, aborto, y violencias de género, en formato gráfico y audiovisual.
A través de un micrositio web, Católicas por el Derecho a Decidir Argentina comparte con especialistas, estudiantes, investigadores, feministas, feminismos, y el público en general, los materiales, herramientas.
Ahora se puede escuchar del tema en Podcast:
Católicas por el Derecho a Decidir Argentina estrena un nuevo podcast de su colección Cuerpos y Libertades, que reúne tres capítulos especiales en los que las mujeres indígenas repasan temas como la relación entre cuerpo y territorio, la autonomía en la toma de decisiones y la importancia de la lengua para el acceso a los derechos sexuales y no reproductivos.
Estos tres capítulos especiales de la colección, disponibles para su reproducción en el canal de YouTube de CDD Argentina, fueron producidos y realizados por la periodista feminista Maru Rocha, en el marco del proyecto “Mujeres indígenas. Violencias y acceso a los derechos sexuales y (no) reproductivos”, con apoyo de UNFPA e Iniciativa Spotlight.
Cuerpos y Libertades es la colección de materiales gráficos y sonoros realizados por y para mujeres indígenas y campesinas bajo un programa impulsado por el área de Cabildeo de CDD Argentina, coordinado por Mónica Menini, y que se lleva adelante en diferentes provincias de Argentina, con el propósito de fortalecer liderazgos y ampliar el acceso a derechos sexuales reproductivos y no reproductivos en los distintos territorios del país donde habitan las mujeres pertenecientes a estas comunidades.
Madres de personas homosexuales claman en Uganda contra ley en su contra
Activistas por los derechos de las personas LGBTIQ se pronuncian contra el draconiano proyecto de ley que incluye la pena de muerte y la cadena perpetua entre los castigos contra los homosexuales en Uganda. Foto: Wambi Michael / IPS
Las madres de personas LGBTIQ+ en Uganda se han pronunciado contra el draconiano proyecto de ley que aprobó el mes pasado el parlamento del país, donde se castiga con pena de muerte la homosexualidad agravada, con cadena perpetua el «delito de homosexualidad» y hasta 20 años de cárcel por promover la homosexualidad.
La inclemente norma fue aprobada el 21 de marzo por la legislativa Asamblea Nacional, recibiendo una inmediata oleada de condenas internacionales y de llamamientos a su no aplicación en el ámbito interno.
Pero el miércoles 19 de abril el presidente Yoweri Museveni la devolvió a la legislativa Asamblea Nacional “con propuestas para su mejora”.
Según lo trascendido y de lo que se infiere de un comunicado emitido el jueves 20, la intención es que se incluya el asunto de la rehabilitación y de “los arrepentidos”, pero no supone, se subraya, que Museveni tenga objeciones con los castigos a aplicarse, así que se teme que la ley termine refrendada este mismo año.
Hay preocupación porque si esta extrema norma llega a tener éxito en Uganda, pueda ser imitada en el resto de África, un continente donde según la organización internacional Human Rights Watch son 33 los países que siguen penalizando la homosexualidad.
Mawethu Nkosana Nkolomba, directora del Fondo de Respuesta a las Crisis y responsable de la defensa de la comunidad LGBTI en Civicus, el conglomerado internacional de organizaciones de la sociedad civil, dijo a IPS que la aprobación de la ley en Uganda no era un incidente aislado.
«En Kenia existe la amenaza de que los grupos de la sociedad civil LGBTI se conviertan pronto en objetivo de ataques, y debido a lo que acaba de ocurrir en Uganda, se teme que el proyecto de ley LGBTI vuelva con toda su fuerza. En Níger se ha presentado un proyecto de ley similar», argumentó.
«También en Tanzania los grupos LGBTI y feministas están en el punto de mira (incluyendo pruebas anales), Ghana tiene un proyecto de ley similar al de Uganda, Burundi (está experimentando) una nueva ola de detenciones de grupos LGBTI”, adujo.
Nkolomba añadió que “la situación de los grupos LGBTI en Túnez y Argelia está empeorando, en Egipto, la policía está utilizando aplicaciones queer para atacar a la comunidad LGBTI, así que definitivamente hay una tendencia».
El activista Eric Ndaula afirma que la cuestión es que la homofobia es una mentalidad omnipresente en la que políticos, líderes religiosos e incluso la familia se posicionan en contra de personas LGBTI. «Nos dicen que la homosexualidad está mal, que es una abominación», dijo.
Madres claman clemencia al presidente
Cuando el parlamento ugandés aprobó la ley ahora devuelta por el presidente, un grupo de mujeres se identificaron como madres de personas LGBTIQ+, sin pedir anonimato. Son ellas: Jane Nasimbwa, Sylvia Nassuna, Janet Ndagire, Patricia Naava, Jackie Nabbosa Mpungu, Florence Matovu Kansanze, Josephine Amonyatta y Shamim Nakamate
Su «Carta abierta al Presidente Museveni de madres de personas LGBTIQ+», republicada por el medio Monitor, sorprendió a muchos.
«Como madres de personas LGBTIQ+, no somos ‘promotoras’ de ningún programa; somos madres ugandesas que hemos tenido que superar muchos de nuestros propios prejuicios para comprender, aceptar y amar plenamente a nuestros hijos», reza la carta.
Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.
Las mujeres expresaron su temor de que sus hijes pudieran ser objeto de violencia colectiva, lo que señalaron como consecuencia directa de vivir en un país cuyos legisladores están legalizando «temerariamente» la homofobia y la transfobia con la ley contra la homosexualidad.
«Nosotras tampoco elegimos ser madres de niños LGBTIQ+, pero hemos elegido amar a nuestros hijos por lo que son. Como madres, todas deseamos y trabajamos para garantizar que nuestros hijos estén sanos, bien educados, tengan éxito y se sientan realizados tanto en su vida profesional como personal».
La carta fue compartida en Twitter por Catherine Kyobutungi, feminista y directora ejecutiva del Centro Africano de Investigación sobre Población y Salud, suscitando un debate en línea.
Pedían Museveni que no aprobara el proyecto de ley contra la homosexualidad, afirmando que no podían permanecer al margen y ver cómo sus hijos seguían siendo golpeados y amenazados de una forma tan peligrosa y deliberada.
¿Escuchará el presidente Museveni?
El presidente, de 75 años y en el poder desde 1996, firmó y promulgó otra ley contra la homosexualidad, en 2014, que luego fue anulada por las críticas de la comunidad internacional, y se ha declarado en varias ocasiones contra los homosexuales y las presiones de los países a favor de los derechos de los homosexuales, asegurando cosas como que «Europa está perdida. Así que también quieren que nos perdamos».
Por ello existen más que dudas de que el gobernante acoja la solicitud de las madres del colectivo LGBTIQ+.
En un comunicado difundido el jueves 20, el presidente fue citado exhortando a legisladores de su partido, en un encuentro la noche anterior: “Estad dispuestos a sacrificaros para luchar contra los homosexuales”. Y les añadió: “Es bueno que hayáis rechazado la presión de los imperialistas. Esos imperialistas han estado desordenando el mundo durante 600 años, causando tanto daño”.
La devolución del proyecto de ley no se debe a un cambio de opinión, sino a que el fiscal general, Kiryowa Kiwanuka, afirmó que el proyecto, en su forma actual, criminaliza incluso a quienes declaran voluntariamente haber «practicado la homosexualidad» y necesitan ayuda.
Propuso, por ello, una disposición de amnistía para este grupo.
En una reunión con parlamentarios de 22 países africanos, Museveni volvió a repetir que la homosexualidad “es una desviación” más peligrosa que las drogas.
Cuando se debatía la ley de 2014 también designó un comité de científicos para que determinasen si existía una base genética o científica para la homosexualidad y si se podía “aprender y desaprender”. El comité pidió tiempo para un estudio más profundo, aunque sí le dijo que era una condición que existía a lo largo de la historia.
Violación flagrante de los derechos
Zahara Nampewo, profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de Makerere y directora del Centro de Derechos Humanos y Paz (HURIPEC), que intervino en un debate un día después de la aprobación en marzo del proyecto de ley, afirmó que la ley tenía implicaciones de gran alcance.
«Hemos alzado nuestras voces de preocupación por cuestiones como la flagrante violación de derechos como la presunción de inocencia, el derecho inderogable a un juicio justo», afirmó Nampewo.
«Llevamos pidiendo leyes que protejan a los niños de los abusos infantiles; llevamos pidiendo la ley del matrimonio. ¿Por qué ahora, en el plazo de un mes, se ha aprobado (esta) ley?».
El impulsor del proyecto de ley ahora devuelto a la Asamblea Nacional, Asuman Basalirwa, dijo a IPS que habían planeado presentarlo desde agosto de 2022, pero solo a fines de febrero la presidenta de la unicámara le concedió un espacio en el orden del día.
«El tema del reclutamiento, la promoción y la financiación de la homosexualidad. No se provoca así a una comunidad. Si esas personas hicieran sus cosas tranquilamente, nadie se molestaría, pero ya ven, están entrando en nuestras escuelas, están atacando a nuestros hijos. ¿Y quieren que (solo) miremos?», argumentó.
Basalirwa dijo a IPS que la criminalización de la homosexualidad no es un fenómeno nuevo. «Fueron los colonialistas los primeros en traer aquí una ley sobre homosexualidad, la sección 145 del código penal. Se pretende que sea una ley penal. Entonces, ¿quieren una ley penal que no la criminalice?», preguntó.
Momento de la aprobación del proyecto de ley
Algunos críticos han argumentado que la presidenta de la Asamblea, Anita Among, y su adjunto, Thomas Tayebwa, apresuraron la aprobación del proyecto de ley porque sus impulsores querían que se aprobara antes de una Conferencia Interparlamentaria sobre valores familiares bajo el lema «Proteger la cultura africana y los valores familiares».
La conferencia, de dos días de duración, se celebró a orillas del lago Victoria el 31 de marzo y el 1 de abril.
A ella asistieron responsables de Family Watch International (FWI). FWI es una organización cristiana estadounidense descrita por activistas de los derechos civiles como un «grupo de odio, que se opone a la educación sexual integral.»
Entre los delegados de FWI se encontraba Sharon Slater, que declaró en la conferencia que: «Estamos en llamas, y debemos detener esta cultura del imperialismo que está destruyendo a nuestros hijos». Slater y su equipo, del que formaban parte Henk Jan van Schothorst, director ejecutivo de Christian Council International, y Gregg Scot, abogado estadounidense, se reunieron con Museveni y su esposa, Janet Museveni, en su residencia de Entebbe.
Delito sin víctimas
Sin embargo, Adrian Jjuuko, director ejecutivo del Human Rights Awareness and Promotion Forum Uganda (HRAPF), discrepa con Basalirwa sobre el momento elegido para promulgar el proyecto de ley.
«Se trata de una campaña que lleva años en marcha. Y no es solo una campaña ugandesa. Es una campaña internacional», afirmó Jjuuko, cuya organización ofrece asistencia jurídica a personas LGBTIQ+.
Jjuuko, cuya organización supuestamente ha sido incluida por la Oficina de ONG de Uganda entre los grupos de la sociedad civil susceptibles de ser cerrados, dijo a IPS que los delitos sugeridos en las leyes no tienen víctimas porque las relaciones fueron consentidas.
«Si tienes un delito sin víctimas, ¿por qué tienes que criminalizar un delito sin víctimas? Nadie se queja; no hay daño. ¿Perjuicio para quién? ¿Al honorable Basalirwa?”, afirmó.
El texto del proyecto de ley sin promulgar limita el delito de homosexualidad a los actos sexuales entre personas del mismo sexo. El delito se castiga con altas penas que van hasta cadena perpetua e incluso la pena de muerte en caso de la reincidencia en la llamada homosexualidad agravada.
«Si nos fijamos en la disposición sobre la promoción de la homosexualidad. Esencialmente prohíbe lo que hacemos como abogados. Así que, como abogado, no puedes representar a una persona LGBTIQ+ porque eso se considerará promoción de la homosexualidad», afirmó Jjuuko.
«Reincidente significa que si te condenan dos veces por ser gay, mueres por ello. Mantener relaciones sexuales consentidas siendo seropositivo, mueres por ello; si mantienes relaciones sexuales con una persona de edad avanzada, 75 años, mueres por ello independientemente de que sea consentido», continuó Jjuuko.
Jjuuko observó: «Si quisieras luchar contra la pedofilia, no te centrarías en la orientación sexual. Lo que buscas es el delito que te interesa combatir».
Las ONG sospechosas de promover la homosexualidad se arriesgan a una multa del equivalente a más de 264000 dólares o a veinte años de cárcel.
Las restricciones, las amenazas y el vilipendio de las minorías sexuales en Uganda precedieron a la aprobación del proyecto de ley contra la homosexualidad.
En agosto de 2022, la organización de la sociedad civil Sexual Minorities Uganda (SMUG) fue prohibida por la Oficina Nacional de Uganda (la Oficina de ONG para Organizaciones No Gubernamentales) porque no estaba registrada. En 2012, la Oficina de ONG rechazó una solicitud de SMUG para que fuera registrada porque la organización era «indeseable y no registrable».
Basalirwa, el impulsor del proyecto de ley, y otros parlamentarios argumentaron que el país necesita la ley para proteger a los niños de los promotores de la homosexualidad. Pero Jjuuko, en entrevista con IPS, dijo que era un sentimiento fuera de lugar.
«Si se habla de niños, la mayor amenaza para ellos no es la homosexualidad. La mayor amenaza para los niños es la heterosexualidad. Porque si nos fijamos en el informe anual de delitos de la policía, hay más de diez mil casos de desfloración de niñas por parte de hombres. Y solo hubo 83 casos de conocimiento carnal contra natura (como se describe el delito en el proyecto de ley) contra el orden de la naturaleza», remarcó
T: MF / ED: EG
Celebraron el 25° aniversario de la ordenación de mujeres en la Iglesia Luterana de Colombia
Las mujeres luteranas celebraron el 25° aniversario de la ordenación de mujeres en la Iglesia Luterana de Colombia-IELCO, reflexionando sobre los avances y los desafíos en relación con la justicia de género e identificando prioridades regionales para llevar a la Pre-Asamblea de Mujeres en Polonia. Éstas fueron: la identidad confesional, la justicia de género, las comunidades justas y la educación teológica.
En su mensaje, las mujeres piden que se estudien los documentos confesionales luteranos de cara al 500° aniversario de la Confesión de Augsburgo, en 2030. Éstos deberían configurarse como “respuesta a las crecientes narrativas fundamentalistas en la región y a algunas situaciones de violencia vividas en nuestras iglesias”.
Siguiendo el proceso de estudio de la FLM sobre las experiencias del ministerio ordenado, el mensaje de las mujeres pide darles seguimiento a los resultados del estudio. El nuevo proceso debería reflexionar sobre el sacerdocio de las personas creyentes, el bautismo, la justificación por la fe, el liderazgo, la relectura de la doctrina luterana, y la vocación y el ministerio.
En cuanto a las comunidades justas y la reflexión sobre “Un solo cuerpo”, el mensaje plantea interrogantes acerca de qué cuerpo se habla y llama a considerar qué partes del cuerpo faltan.
Habiendo identificado la importancia de la reflexión teológica, el mensaje de las mujeres hace un llamado a las instituciones teológicas para que incluyan perspectivas de justicia de género en el estudio de los documentos confesionales.
La Decimotercera Asamblea de la Federación Luterana Mundial tendrá lugar del 13 al 19 de septiembre de 2023 en Cracovia, Polonia. El tema de la Asamblea será “Un cuerpo, un Espíritu, una esperanza”. La iglesia anfitriona será la Iglesia Evangélica de la Confesión de Augsburgo en Polonia.
Fuente: FLM
En memoria de Beatriz: una reflexión teológica en clave feminista
Por Theresa Denger y Alejandra Burgos | El Salvador
Marzo es un mes muy simbólico y, este año, muy importante y decisivo para la salud y la vida de las mujeres en El Salvador. En marzo se juntan la lucha por los derechos de las mujeres (8M) con la memoria del martirio de los beatos Rutilio, Nelson y Manuel (12M) y de San Romero (24M).
Marzo nos revela la conexión profunda entre los derechos de las mujeres y la fe, poniéndola a ésta a prueba de fuego: ¿puede la fe mover montañas o leyes, poniendo la compasión y solidaridad con las que sufren por encima de todo? ¿O capitula la fe ante el afán ciego por cumplir mandatos que se creen divinos pero que se vuelven violentos contra las más vulnerables? ¿Qué dice nuestra fe en vísperas de la Audiencia en la Corte Interamericana de Derechos Humanos por el caso de Beatriz, una paciente de lupus e insuficiencia renal a quien el Estado salvadoreño, en 2013, negó la interrupción de su embarazo inviable y de alto riesgo, fomentando la prohibición absoluta del aborto?
En la Iglesia católica estamos en cuaresma, tiempo de oración y penitencia, de conversión y transformación, no sólo a nivel personal, sino también social y nacional. El profeta Isaías nos recuerda que el verdadero ayuno es “romper las cadenas de la injusticia” (Is 58,6). Esperamos que esta cuaresma sea un Kairós para la salud y vida de las mujeres en El Salvador.
Dos miradas religiosas sobre la historia de Beatriz
Sabemos que nuestra mirada creyente sobre la historia de Beatriz sólo es una entre muchas en el panorama religioso de El Salvador, y muy probablemente con poco peso. Constatamos con honradez que es otra mirada, totalmente diferente, a aquella que tiene mayor impacto en la conciencia religiosa colectiva en El Salvador. Y constatamos también que la cuestión religiosa se convierte en una cuestión de vida y muerte en un país donde la gran mayoría confiesa creer en Dios y donde la religión tiene gran impacto en la política, la educación, la salud, la cultura, etc. A continuación, presentamos dos miradas religiosas que llevan a posicionarse cada una de un modo distinto ante el caso de Beatriz y de muchas otras mujeres.
La primera está asociada a los grupos autodenominados “Pro vida” y parte del enunciado que toda vida humana es sagrada desde la concepción, idea que fue petrificada en 1854 en el mundo católico a raíz del dogma de la Inmaculada Concepción de María y que entró a la Constitución Salvadoreña en 1998. Este enunciado abstracto se fusiona fácilmente con el quinto mandamiento “no matarás” y juntos terminan tallados en piedra e intocables para luego ser aplicados a cualquier contexto y situación, sin variación ni diferenciación, pero con todo peso. De esta forma, el “no matarás” se aplica con especial rigor y rigidez a las mujeres embarazadas con complicaciones obstétricas, sentándoles a solas en el banquillo de las acusadas.
Otros culpables –como agresores sexuales y/o pederastas– no aparecen a la vista ni otros factores –naturales y sociales– más allá de la culpa. La fe en la norma y el castigo es tan fuerte en las personas que comparten esta visión que éstas llegan a la convicción de que, si un país castiga penalmente a las mujeres que han abortado y las encarcela, no habrá más abortos y a todos los embriones se le cumpliría su derecho a la vida. Sólo con esta convicción es posible hacer llamados públicos a rezar por el fin del aborto “para que se respete el derecho a la vida en la sentencia del Caso Beatriz”[1], como sucedió justo el miércoles de ceniza en este año frente a la sede de organizaciones litigantes salvadoreñas ante la Corte IDH.
Aunque esta mirada está, de alguna manera, vinculada al dogma católico de la Inmaculada Concepción de María, la vemos poco católica y poco cristiana por estar muy lejana de la mirada de Jesús y de su vida. La imagen de Dios que está detrás es la de un juez lejano –especialmente lejano de la vida de las mujeres– que las juzga duro y sin presunción de inocencia. Muy lejana del Jesús del evangelio cercano a quiénes sufren.
La otra mirada asociada a la lucha por la salud y vida de las mujeres parte de la realidad concreta de ellas, del contacto directo y acompañamiento comprometido, como también de un análisis racional de la situación de salud y las indicaciones médicas. Esta mirada es una mística de los ojos abiertos (J. B. Metz) que se deja afectar por el sufrimiento de las demás y se indigna ante la violencia, el abandono, la exclusión social del sistema de salud y la criminalización de los cuerpos. Desde aquí nace el activismo sororal y arriesgado en defensa de los derechos fundamentales a la salud y a la vida de las mujeres. Y el derecho a la vida implica también poder vivir los momentos de duelo y enfermedad cerca de la familia y las amigas, especialmente cuando se trata de algo tan sensible como la pérdida de un bebé. Este activismo es, a la vez, acompañamiento pastoral y apostolado político que busca transformar las condiciones de precariedad, exclusión y de salud en que viven la mayoría de las mujeres, para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10,10).
Creemos que esta mirada tiene muchas coincidencias con la vida, praxis y predicación de Jesús de Nazaret y que transmite –sin predicar– la imagen de un Dios cercano, compasivo y defensor de lxs pobres. Nos reconecta con este Jesús que curaba, abrazaba, perdonaba, reunía, compartía el pan con quiénes tenían hambre porque lo que más le importaba eran la salud y la vida de la gente (Mt 14,13-21); con este Jesús que, lejos de juzgar a la mujer que le tocó mientras sangraba, comprendió su necesidad y sintió “compasión por ella”(Mc 5, 24-35); con este Jesús que salvó a una presunta adúltera del feminicidio, desenmascarando la hipocresía y los pecados ocultos de los jueces masculinos (Jn 8,1-11).
¡Beatriz vive!
Desde nuestra mirada creyente descubrimos que la historia de Jesús –su pasión, muerte y resurrección– está íntimamente conectada con la historia de Beatriz. Así como Jesús, también ella fue estigmatizada y criminalizada, torturada y abandonada por las autoridades civiles y religiosas. Pero, así como en la resurrección de Jesús, también en su historia la memoria, el amor y la vida fueron más fuertes que el olvido, el odio y la muerte.
A pesar de su muerte[2] su memoria sigue viva. A Beatriz la recordamos como una mujer sencilla y alegre que nunca perdió la esperanza de educar y ver crecer a su hijo Mauricio, aun cuando estaba en un estado delicado por su segundo embarazo. La recordamos como una mujer que amaba y que estaba rodeada por una familia y una comunidad que la amaban y le brindaban compasión y solidaridad. Hablamos de los centenares de personas, sobre todo mujeres y jóvenes, que se sumaron a la lucha del movimiento feminista en la “Plataforma #BeatrizTieneDerechoAVivir” y que hoy se moviliza por toda América Latina y en distintos continentes diciendo “Justicia para Beatriz”.
Para Beatriz, en esa fuerza incansable de lucha en las calles, frente a la Corte Suprema de Justicia y en muchos otros rincones dentro y fuera del país estaba Dios actuando. Y desde la fe de Beatriz sentimos que el mismo Dios que ha resucitado a Jesús hoy resucita a las mujeres en El Salvador, levantándose –con ellas– contra unas leyes injustas que las condenan a la muerte y contra una sociedad inhumana que dice creer en Él pero que lo niega en la práctica. Beatriz no murió, sigue viva en la voz de quiénes luchamos hoy porque ninguna mujer y ninguna niña tenga que pasar por lo que ella pasó.
[1] https://twitter.com/40dias_sv
[2] Beatriz murió el 08.10.2017 como resultado de una infección nosocomial, según su autopsia, debido a la vulnerabilidad de su estado de salud, agravada por el tiempo que esperó para interrumpir su embarazo en 2013. Las infecciones nosocomiales (IN) son consecuencia directa de la atención médica y se definen como aquellas que no estaban presentes o en periodo de incubación al momento en que el paciente ingresó al hospital (Ver en: https://www.who.int/es/news/item/06-05-2022-who-launches-first-ever-global-report-on-infection-prevention-and-control).
Fuente: https://amerindiaenlared.org/
Griselda Delgado se retira después de 12 años transformadores como obispa episcopal de Cuba
La obispa de Cuba Griselda Delgado del Carpio lidera la recesión luego de la Eucaristía del 28 de febrero de 2019 que inauguró el 110o Sínodo General de la Iglesia Episcopal de Cuba. Foto: Lynette Wilson / Episcopal News Service
Hace unos días se anunció la jubilación de la primera mujer obispa anglicana, la Obispa María Griselda Delgado, en la iglesia Episcopal después de 12 años transformadores en Cuba. Fue la primera mujer en ocupar el cargo de obispo diocesano tanto en Cuba como en América Latina.
Siguiendo el proceso establecido por la Iglesia Episcopal, el Comité Permanente de la Iglesia Episcopal en Cuba supervisará la Diócesis de Cuba hasta que se nombre un Obispo interino en los próximos meses. El obispo interino guiará a la diócesis a través de la elección de un obispo permanente.
Nacida en 1955 en La Paz, Bolivia, la obispa Griselda se graduó de la Universidad Mayor de San Andrés en La Paz en 1981 con una licenciatura en sociología. En 1982 se trasladó a Cuba para ingresar al Seminario Evangélico de Teología en Matanzas, Cuba.
La obispa Griselda permaneció en Cuba después del seminario y fue ordenada como diácono en 1986. Poco tiempo después, llegó a Itabo, Cuba, un pequeño pueblo con poco conocimiento de Jesucristo, para servir en una propiedad de la iglesia con paredes desmoronadas y sin techo, conocida como Santa María Virgen. Se desempeñó como Rectora allí durante los siguientes 20 años, fue consagrada como Obispo Coadjutor de la Diócesis de Cuba en 2010 e instalada más tarde ese año como Obispo Diocesano de la Iglesia Episcopal de Cuba en la Catedral de la Santísima Trinidad en La Habana.
Como obispo, Griselda lanzó una agenda ‘radical’: transformar la Iglesia de un enfoque dentro de sus cuatro paredes a un enfoque basado en la comunidad para el beneficio de todos, independientemente de la religión. A lo largo de los años, la obispa Griselda ha liderado el cultivo de tierras alrededor de las iglesias para proporcionar cultivos y animales para alimentar a las comunidades y proporcionarles semillas para sembrar en cada cosecha. Ella comenzó la instalación de sistemas de purificación de agua y hoy en día hay 38 iglesias que cuentan con estos sistemas, proporcionando agua potable a cientos de miles de cubanos cada año. Durante su mandato, ya través del trabajo de su Programa de Desarrollo Misionero, también dirigió la transformación de iglesias en centros comunitarios vibrantes para todos en la aldea, especialmente para los débiles y vulnerables.
En 2018, la obispa Griselda dirigió con éxito la reunificación y reconciliación de la Iglesia Episcopal en Cuba con la Iglesia Episcopal de EE. UU., después de casi 60 años de aislamiento. Las ceremonias de reunificación celebradas en marzo de 2020 serán recordadas para siempre como un evento fundamental en la historia de las iglesias cubana y estadounidense.
La obispa Griselda ha sido una líder incansable, ha viajado muchas millas a través de Cuba, manejando un equipo de 20 o más clérigos, 51 comunidades y continuando sirviendo como párroco cuando surgía la necesidad. Además, ha sido una voz fuerte para la iglesia cubana en los EE. UU., buscando nuevos socios y simpatizantes.
Fuente: ALC Noticias
#8M recordando a Lidia Poët, una mujer evangélica que fue la primera abogada de Italia
Desde que Netflix emitiera la mini serie sobre la abogada italiana Lidia Poët , la vida de esta mujer ha estado en varios medios de comunicación. Pero muchas ya la conocíamos porque no sólo fue una abogada brillante y adelantada a su tiempo, sino que fue una mujer de fe, de la comunidad evangélica Valdense en Italia. Lamentablemente Netflix, en sus licencias artísticas de un mercado que maneja sus propios códigos, no toma en cuenta nada de esa identidad cultural y religiosa que estoy segura fue clave para su educación y su libertad.
Claudia Florentin
Tomo datos bibliográficos publicados por Lidia Gallanti- Link al final de la nota
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Lidia nació el 26 de agosto de 1855 en Perrero, un pequeño pueblo del valle de Germanasca, en la provincia de Turín. Es la última de siete hermanos: sus padres eran terratenientes de la comunidad valdense, sensibles a las cuestiones de cultura y educación. Inmediatamente orientaron a sus hijos e hijas hacia los estudios: siendo aún adolescente, Lidia abandonó el hogar familiar y se unió a su hermano Enrico en Pinerolo, donde asistió a la escuela normal (equivalente a la escuela magistral). A los 17 años, queda huérfana de padre, pero no le falta el apoyo de su madre, que quiere ofrecer a su hija las mismas oportunidades que a sus hermanos. Lidia fue una estudiante brillante, con especial inclinación por las humanidades y los idiomas: hablaba cuatro de ellos -italiano, francés, alemán e inglés- y estudió griego y latín de forma independiente. Ocho meses después de obtener el título de maestra, logró también el certificado de fin de estudios clásicos.
Sin embargo, su inscripción en el registro de abogados duró poco: aceptada en agosto de 1883, fue anulada en noviembre siguiente, porque “es feo y de mala reputación ver a mujeres descender al gimnasio forense”. Sólo a la edad de sesenta y cinco años, en 1920, Lidia pudo reingresar en el registro profesional y permanecer en él, gracias a una ley del año anterior que reconocía todas las carreras a las mujeres, excluida la judicatura.
Al no poder ejercer su profesión durante mucho tiempo, Lidia dedicó gran parte de su vida a defender los derechos de las mujeres, los menores y los presos, llegando a ser presidenta del Comité Pro-Voto Femenino a partir de 1922 y participando en numerosos congresos penitenciarios internacionales como delegada italiana.
Lidia Poët no sólo fue la primera abogada de Italia: pionera de la emancipación femenina, fue una de las creadoras del derecho penitenciario moderno y una de las promotoras del sufragio universal.
Su historia rescata el derecho al trabajo y a la afirmación profesional en una época que todavía situaba a las mujeres junto al hogar, reservando las carreras y el poder a los hombres. 140 años después de su nombramiento y del acontecimiento que la convirtió en símbolo de tenacidad y emancipación, la vida de Lidia enseña la importancia de luchar por la propia causa y la conciencia de que la verdadera justicia va mucho más allá de una norma escrita.
A diferencia de muchos de sus compañeros, la joven decidió continuar sus estudios: desafiando los prejuicios de la época, se matriculó en la facultad de Derecho de la Universidad de Turín, a la que asistió con excelentes resultados. A los veintiséis años, fue una de las primeras mujeres en licenciarse en Derecho, con una tesis sobre la condición de la mujer en la sociedad en la que también abordaba la cuestión del derecho de voto. Hizo su aprendizaje en Pinerolo, en la oficina del senador Cesare Bertea, y luego se presentó al examen para convertirse en abogada. En 1883, su solicitud de colegiación fue aprobada por el Colegio de Abogados de Turín, con ocho votos a favor y cuatro en contra: a los veintiocho años, era la primera mujer abogada de Italia.
La noticia es recogida por la prensa, incluida la revista femenina “La donna”, que seguirá a la abogada durante toda su carrera. Al mismo tiempo, se multiplican los textos y artículos contra la abogacía de Lidia: el nombramiento es impugnado por el Fiscal General del Tribunal de Apelación de Turín, que pide su anulación. Las razones de ello se ponen de relieve en el pronunciamiento de 11 de noviembre de 1883, en el que se argumenta que la abogacía “sólo puede ser ejercida por varones”, mientras que las mujeres “no deben inmiscuirse”, porque “sería de mala reputación y feo ver a las mujeres descender al gimnasio forense y agitarse en medio del clamor de los juicios públicos”. Por no hablar del hecho de que se verían obligadas a ocuparse de asuntos que difícilmente corresponden a “mujeres honradas”.
La disertación se extiende a factores estéticos, como la incompatibilidad entre la toga y el “extraño y estrafalario atuendo” que suelen llevar las mujeres, con el riesgo de distraer con su presencia el curso regular de las vistas. El escrito termina con una advertencia: las mujeres no deben considerar un progreso “competir con los hombres” y convertirse en “iguales en lugar de compañeras”. El caso se somete al Tribunal de Casación, que confirma las exigencias del Tribunal de Apelación. La sentencia se basa en el principio de infrimitas sexus: Lidia no podrá ejercer en los tribunales por ser mujer, categoría a la que la ley excluía de la abogacía.
Dos “impedimentos
En los años siguientes, el debate se recrudeció y abandonó las salas de los tribunales para trasladarse a las plazas y los círculos culturales, donde se añadieron otras teorías contrarias a la emancipación de la mujer en la abogacía. La primera es de carácter médico: debido a la menstruación, se cree que una vez al mes una mujer no tendría la objetividad y serenidad necesarias para atender adecuadamente a sus clientes.
El segundo impedimento es de naturaleza jurídica: según el Código de Familia establecido en 1865, las mujeres no pueden acceder a cargos públicos ni gozar de autonomía económica (prerrogativa de los hombres de la casa). Lo mismo ocurre con la posibilidad de desplazarse de forma independiente y frecuentar lugares normalmente vetados al género femenino. Esto habría condicionado gravemente a una mujer abogada, minando su fiabilidad y eficacia profesional, y perjudicando así al cliente.
Surge la pregunta de por qué permitir que una mujer se licencie si no puede ejercer la profesión para la que estudió. La motivación es sencilla: la educación estaba permitida, pero sólo para proporcionar una cultura general útil para encontrar marido y asegurarse una buena posición social. Ser culta se considera un valor añadido para contraer un buen matrimonio, pero no para ejercer una profesión. Mientras el debate arrecia, Lidia no deja que eso la detenga: aunque no se le permite asistir a vistas judiciales ni firmar documentos judiciales, con los años sigue colaborando en el bufete de abogados de su hermano.
A principios del siglo XX toman forma las primeras movilizaciones femeninas: en 1908 se celebra en Roma el primer Congreso de Mujeres Italianas, en el que Lidia participa activamente, incluyendo en su programa temas como el sufragio universal, la emigración y la educación. Sobre este último tema intervendría en el Consejo Internacional de Mujeres, organizado en 1914 también en la capital. La contribución de Lidia se centra aquí en la asistencia moral y jurídica a los menores en Italia, juzgando inadecuados los sistemas coercitivos y punitivos (cárceles y reformatorios). Para ella, la educación escolar es el instrumento para garantizar un futuro a los jóvenes y un apoyo adecuado a las familias italianas.
Además de la defensa de los menores, Lidia se preocupó por los derechos de los presos y defendió el valor de la rehabilitación. En 1883 participó en el Primer Congreso Internacional de Prisiones, donde defendió la ineficacia de los planteamientos punitivos. Para ella, la redención social y moral de los presos pasa por la educación y el trabajo: entre las propuestas innovadoras, la posibilidad de proponer cursos de formación e iniciativas para devolver la dignidad a la persona y ponerla de nuevo en contacto con la realidad fuera de la cárcel. Los Congresos que se celebrarán en los próximos años configuran el moderno sistema penitenciario, del que Lidia será promotora, convirtiéndose en una figura de referencia a escala internacional en esta materia.
La Primera Guerra Mundial sacude los cimientos sociales en Italia y en Europa. El conflicto lleva a los hombres al frente, dejando a las mujeres al cuidado de los negocios y la familia. Lidia es testigo directo de este cambio y decide formar parte de él como voluntaria en el frente en las filas de la Cruz Roja, un compromiso recompensado con una medalla al final del conflicto. El cambio empieza a influir en la norma: en 1919 se propone un proyecto de ley para regularizar lo que naturalmente se había convertido en prerrogativa de las mujeres: el derecho al trabajo. El 17 de julio de 1919 se aprobó la ley número 1176 “Normas relativas a la capacidad jurídica de la mujer”, cuyo artículo 7 recoge el derecho de la mujer desde ahora a todo empleo público, con exclusión de las funciones en la judicatura, la política o el ejército.
Como discutirían los movimientos feministas de principios del siglo XX, tal ley era necesaria para poner orden en un mundo cambiado por la guerra, pero no suficiente para garantizar la ansiada igualdad. Convertidas ya en insustituibles para contribuir al bienestar de la familia, las mujeres disfrutaron de su primera emancipación real, pero seguían sin poder obtener puestos destacados en la sociedad. Esto, sin embargo, permite a Lidia ganar su batalla y consigue inscribirse en el Colegio de Abogados de Turín.
Lidia no se casó y no tuvo hijos: tras una vida dedicada al servicio de los demás, murió el 25 de febrero de 1949 en Diano Marina, donde pasó sus últimos años. Está enterrada en Perrero, en el valle que le dio origen. En el cementerio local, el epígrafe de su tumba la conmemora como “la primera mujer jurista de Italia”, recordando el ejemplo que supo aportar a las mujeres de su época, allanando el camino hacia una igualdad de género aún lejana, pero quizá por fin posible.
Datos traducidos del italiano por Claudia Florentin desde https://www.storicang.it/a/lidia-poet-prima-avvocata-ditalia_16020?fbclid=IwAR2uCMfnl4UOvalubFcjKha7eGGDnEmAqWITHsZ1gulDacOCWK20z189XjE
Alianza Cristiana: “Muchos personas cristianas apoyamos Código Penal con 3 causales”
Las organizaciones de derechos humanos, feministas, de mujeres, de jóvenes, entre ellas la Alianza Cristiana Dominicana-ACD, rechazan de manera contundente frente al Congreso Nacional de República Dominicana, la aprobación en segunda lectura del Código Penal sin las tres causales y que continúa condenando a la muerte a la mujeres y niñas dominicanas en situación de riesgo. El rechazo genera apoyos en toda la región.
Las personas católicas, bautistas, episcopales y de diversas tradiciones evangélicas, metodistas y pentecostales que integran la ACD indicaron que, “aunque urge que República Dominicana tenga un Código Penal actualizado para dar respuesta legal a nuevas formas de delitos, bajo ninguna manera puede ser sacrificando los derechos de las mujeres eliminando las tres causales”.
Pedro Miguel Fernández, vocero de la organización cristiana, aclaró que no todas las personas cristianas están en contra de las causales y que mediciones como la Encuesta Nacional de Aborto demostraron que, contrario a las élites, en el caso de los católicos, por ejemplo, el 79% de las personas consultadas está de acuerdo con la causal vida o salud, el 76% con la causal inviabilidad y 66% con la causal violación o incesto.
Llamaron a los senadores a no temer a las amenazas de las cúpulas de algunas iglesias porque en la misma encuesta se evidencia que la influencia de la religión al momento de apoyar a un candidato para fines electorales es sumamente baja, siendo los principales factores: familia (56%), lo que conoce sobre su candidato (56%), historial del candidato (55%), afiliación política (55%), noticias (49%) y medios sociales (47%).
Mientras participaban en el plantón convocado para la tarde del martes 14 de febrero, advirtieron que aprobar un Código Penal sin causales, no solo es una traición a las personas que dieron su voto de confianza al presidente de la República, Luis Abinader y al partido de gobierno creyendo en sus promesas, sino que además, es inconstitucional pues vulnera derechos fundamentales consagrados en la Constitución, como el derecho a la vida, salud, dignidad e integridad de las niñas y mujeres.
La Red de Católicas por el Derecho a Decidir- CDD LAC , como católicas feministas se pronunciaron en contra de la postura del Congreso de República Dominicana de introducir en la nueva reforma del Código Penal una prohibición absoluta del aborto, criminalizándolo en todos los casos.
En ese país caribeño, las estadísticas hablan a gritos de esta realidad:
22% entre 12-19 años están embarazadas.
3/4 de estos embarazos no son intencionales.
Es el país con más nacimiento por cada 1000 mujeres en edades 15-19.
El día que aprobaron el Código Penal sin las tres causales, murió una niña de 16 años, desangrada, tras tomar pastillas abortivas luego de ser violada por su profesor de 35 años.
Las organizaciones que rechazan esta prohibición advirtieron que seguirán exigiendo un Código Penal que proteja contra la discriminación a todas las poblaciones vulnerabilizadas, incluyendo la comunidad LGBTIQ+.
Finalmente, recordaron al presidente Luis Abinader y al Partido Revolucionario Moderno (PRM) que “esta traición en contra de la mujeres les va a traer consecuencias, pues nadie vota por quien le miente, le abandona y actúa en su contra, refiriéndose al torneo electoral que se avecina.”
Firmantes:
Coalición por la Vida, Salud y Derechos de las Mujeres
Foro Feminista Magaly Pineda
Centro de Investigación para la Acción Femenina, CIPAF
Instituto de Investigación y Estudios de Género y Familia de la UASD, IGEF-UASD
Participación Ciudadana
Confederación Nacional de Mujeres del Campo, CONAMUCA
Tertulia Feminista Magaly Pineda
Núcleo de Apoyo a la Mujer, NAM
Católicas por el Derecho a Decidir RD
Alianza Cristiana Dominicana
Unión Democrática de Mujeres, UDEMU
Católicas por el Derecho a Decidir RD
PROFAMILIA
Círculo de Mujeres con Discapacidad, CIMUDIS
Asociación de Trabajadoras del Hogar, ATH
Federación de Mujeres del Campo de Vallejuelo
Asociación Promoción de la Mujer del Sur, PROMUS
Comunidad de Lesbianas Inclusivas Dominicanas, COLESDOM
Movimiento de Mujeres Dominico Haitianas, MUDHA
Asociación Tú Mujer
Federación de Mujeres del Campo de San Cristóbal FEMUCASC
Red Voces Unidas Acabemos con los Matrimonios infantiles y las Uniones Tempranas y Forzadas
Federación de Mujeres del Campo de Monte Plata FEMUCAM
Federación de Mujeres del Campo de Elías Piña
Federación de Mujeres de Cambita, FEMUCAM
Federación de mujeres campesinas del Cercado-FEMUCACA
Federación de mujeres campesinas del Llano-FEMUCALLA, Elías Piña
Federación de mujeres campesinas de Comendador-FEMUCACO, Elias Piña
Federación de mujeres campesinas de Yaguate-FEMUCAY
Federación de mujeres campesinas de Moca-FEMUCAMO
Federación de mujeres campesinas de Sabana Larga, Elías Piña
Comisión de Mujeres de la Articulación Nacional Campesina.
Repúblika Libre
Fundación Expresiones Artes, Salud y Género, FEARSAGE
Centro de Solidaridad para el Desarrollo de la Mujer, CEMUJER
Movimiento de Mujeres Trabajadoras, MMT
Red de Salud de las Mujeres de América Latina y el Caribe RD
Articulación de Mujeres Campesinas y Afrodescendientes de la CLOC
Vía Campesina, Capítulo Dominicano.
Comité por la Unidad y los Derechos de la Mujer, CUDEM
Asociación de Jóvenes Sembrando para el Futuro, ASOJESF
Unidad Sindical de Mujeres Activas, UNISIMAS CNUS
RDEsdeTodes
Centro de Estudios de Género de Intec, CEGINTEC