Aborto en El Salvador y República Dominicana: dos de las leyes más restrictivas del mundo

Compartimos un Informe que pueden bajar en PDF Aquí: https://drive.google.com/file/d/1QPx0bHMhK_xS4ZkoM15IyzdN-J0f-wCl/view?usp=sharing

Y pueden ver parcialmente en este carrete de fotos:

Feminicidio, última etapa de la violencia

No codiciarás la casa de tu prójimo: no codiciarás

la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni u

criada, ni su buey, ni su asno,ni cosa alguna de

tu prójimo (Éxodo 20:17)

COMENTARIO

¿Cuántas veces todavía tenemos que leer que un hombre mata a “su mujer” porque ella se ha distanciado de él o se ha retirado de su dominio?

La mujer como propiedad. Como incluso los 10 mandamientos sugieren. Pero ahora la historia de la interpretación bíblica y teológica de ciertas partes de las Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento es larga donde se cuestiona este concepto de propiedad o se señala que no es parte del mensaje liberador.Pero esto no significa que estos versos deban ser eliminados, al contrario, deben permanecer, permanecer allí para denunciar una práctica violenta.

Es cierto, aunque parezca lo contrario, que hoy hay menos violencia, pero muchas veces se ha vuelto más sutil. Como entonces, hoy se mata a las mujeres porque se las ve como una cosa de la que se puede disponer según los sentimientos de uno.

Pero todos nosotros no somos propiedad de alguien.

Incluso Dios nos dio libertad, no para hacer lo que nos plazca, sino para ser personas responsables los unos de los otros.Estamos llamados a ser libres de impulsos que nos pueden mantener encadenados al principio.

ORACIÓN

Oramos para que se escuchen

las voces de las mujeres abusadas,

para que se lleven a cabo

acciones y cambios significativos

en el tratamiento de las

mujeres en todos los ámbitos

de la sociedad. Amén

PREGUNTA para el debate

¿Cómo obligar a los hombres a superar sus deseos de venganza?

Publicado en MUJERES ATACADAS, VALIENTES Y REBELDES- 16 días para superar la violencia

del 25 de noviembre al 10 de diciembre de 2022 de FDEI con traducción de Con Efe

La anticoncepción, ¿todavía un tabú?

Material de MUJERES ATACADAS, VALIENTES Y REBELDES

16 días para superar la violencia del 25 de noviembre al 10 de diciembre de 2022 de la FDEI de Italia, con traducción al español de Con Efe.

Las chicas italianas de los años setenta se acercaban a sus primeras experiencias sexuales con un cierto temor, cuando no un verdadero terror, a quedarse embarazadas fuera del matrimonio: la familia, salvo en contadas ocasiones, no había proporcionado información sobre cómo prevenir un embarazo que alterara la vida de la persona, y el estigma social sobre las madres adolescentes era muy fuerte. También por esta razón se difundieron los colectivos feministas y los grupos de autoconciencia, que sirvieron para informar y educar a una generación de mujeres conscientes. Tuvimos la suerte de leer y estudiar libros fundamentales como Nosotras y nuestros cuerpos, del Colectivo de Mujeres Feministas de Boston, que nos guiaron en el mundo de la anticoncepción. Nuestra batalla por la aprobación de una ley para la interrupción voluntaria del embarazo fue de la mano de la de la educación sobre la anticoncepción y el uso de centros de asesoramiento.

Por otra parte, las chicas de hoy en día no parecen saber dónde obtener información para entender cómo manejar su cuerpo y defender su control, entre otras cosas porque a menudo consideran que el recurso a los centros de asesoramiento es de dudosa reputación. Otro problema es el costo de los anticonceptivos: sólo tres regiones, Apulia, Toscana y Emilia-Romaña, han activado su distribución gratuita a través de centros de asesoramiento, a pesar de que la ley 405/1975 lo prevé en todo el país. Desgraciadamente, la consecuencia es que un número no indiferente de abortos se produce entre las más jóvenes, incluso menores de edad.

VERSÍCULO BÍBLICO

Cuando Raquel dio a luz, aún quedaba una

distancia para llegar a Efrata. Tuvo un parto difícil.

Mientras sufría para dar a luz, la comadrona

le dijo: “No temas, porque éste es otro hijo

para ti. Cuando su alma partió, pues se estaba

muriendo, llamó al niño Ben-Oni; pero el padre

lo llamó Benjamín. Por lo tanto, Raquel murió y

fue enterrada. (Génesis 35: 16-19)

COMENTARIO

Especialmente en los primeros libros de la Biblia, el deber obligatorio de las mujeres era tener muchos hijos, incluso a costa de su propia vida. La ley del clan estaba por encima de las expectativas de la persona individual. Los dos juicios expresados en esta pequeña historia casi hacen que uno se duela al leerlos: está la comadrona que dice “no tengas miedo, eres una madre perfecta porque vas a dar a luz a otro niño, no pasa nada si te mueres en el parto” y luego su marido Jacob, que se alegra con esta nueva llegada, llamándolo “hijo de la felicidad”, sin ningún pesar por la pérdida de su esposa. El nombre que Raquel había dado al recién nacido, “hijo de mi desgracia”, no tenía ningún valor y ya no interesaba a nadie. Es bueno que a lo largo de los siglos el género femenino haya adquirido conciencia de sus derechos y la autoestima de no ser menos amada por Dios que los varones. Y de no ser una mera máquina reproductora. Ya no tenemos que sacrificarnos en nombre de una idea, una tradición o una cultura patriarcal. El encuentro con Jesús ha transformado nuestras vidas para siempre.

PREGUNTA para el debate

¿Por qué la anticoncepción todavía encuentra tantos obstáculos?

ORACIÓN

Dios, fuente de amor inagotable

para todas tus criaturas,

da a las parejas jóvenes serenidad

en la planificación de su

vida en común,

no dejes a las madres solas en

la hora del parto

y acompaña a los cónyuges en

su decisión de cuántos hijos

tener. Amén

Unión de Colectivos Feministas de Urdinarrain: “Nos sembraron miedo y nos crecieron alas”

La Unión de Colectivos Feministas de Urdinarrain (UCFU), en sur de la provincia de Entre Ríos, Argentina, se formaliza como tal en enero de 2021. El nombre hace referencia, en efecto, a la unión de esfuerzos entre tres colectivos feministas de la ciudad: Sororidad y Fe, Las Sororas y Ni Una Menos – Urdinarrain, que desde 2017 venían trabajando alrededor la problemática de la violencia de género en el plano local.

Los tres colectivos comenzaron a trabajar en conjunto a mediados de 2019, ya para 2020 presentaron el proyecto “Acá también pasa” al Municipio de Urdinarrain, el mismo propone un calendario de actividades en diferentes fechas que convocan a las mujeres y disidencias. De este proyecto han surgido convocatorias como la Feria de Mujeres Emprendedoras de Urdinarrain en el marco del Día Internacional de la Mujer; entre otras iniciativas que surgen de la UCFU.

En 2020 y 2021 se han pensado actividades que se puedan realizar respetando los protocolos que la situación sanitaria actual requiere: juntadas al aire libre, con cupo reducido de personas y tomando todos las precauciones posibles como el uso de barbijo, alcohol en gel y distancia social

Entre ellas podemos señalar :

v  Pintar un banco rojo el 3 de Junio del 2020 , en memoria de las victimas de femicidios

v  Elaboración de videos con profesionales , para el Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer

A principios de este año presentamos de nuevo el proyecto “ Acá También Pasa”  y en lo que va del año hemos podido concretar , varias actividades plasmadas en el proyecto :  (además de la Feria de Mujeres Emprendedoras) , unirnos al proyecto “Plantamos Memoria” para la fecha del 24 de Marzo.

Fue así que en lo que va del año hemos podido concretar el sueño colectivo de realizar un mural en el marco del sexto aniversario de Ni Una Menos.

Durante la finalización del año 2020 concursamos en el Programa del Poder Popular dirigido por la provincia de Entre Ríos con la propuesta de utilizar este ingreso financiero para adquirir un parlante y micrófono propios, y así facilitar la gestión del audio durante convocatorias, eventos, marchas y la realización de un mural en conmemoración al sexto aniversario del primer Ni Una Menos, lo que incluía la compra de materiales para limpiar y preparar la pared, así como también la pintura látex y los pinceles o rodillos. Por fortuna nuestra organización ganó esta ayuda, así que solo faltó conseguir pared y armar un boceto.

Para la elaboración técnica del mural los materiales que empleamos fueron látex aptos para exterior de los colores primarios, y unos cuantos pinceles, se utilizó también fijador para impermeabilizar la pared y fondear con blanco, y otra mano como protección finalizada la pintura.

La paleta de color fue pensada por los tonos que identifican el movimiento: violetas, flores que se escurren entre los dedos de un hombre, con ramas y hojas verdes, que te llevan a alas que representan simbólicamente un fénix, con las que podes interactuar posicionándote entre medio de ellas, simulando que son las propias. Los naranjas y amarillos del centro de las flores equilibran y conectan con las alas, provocando contrastes entre los violetas. No hubo prácticamente dibujo previo en la pared, se pintó directamente la figura sin muchas guías, teniendo como referencia un boceto previo realizado en papel con lápices de colores por Camila, tomamos como ejemplo otros murales realizados en Latinoamérica, eligiendo en conjunto logramos concretar la idea de esta manera, funcionando dos conceptos: la opresión y la liberación, lo que lo hace original y con mucho significado para nosotras. Cabe destacar que solo dos de las realizadoras tenían un poco de experiencia previa en la realización de murales, participaron aproximadamente otras diez compañeras que pintaron por primera vez en una pared, acercándolas a las artes plásticas e intercambiando conocimientos, dudas y también construyendo y afianzando los vínculos dentro del grupo.

 

 

Publicada con permiso de TECNOLOGIA HUMANIZADA

La Revista TECNOLOGIA HUAMANIZADA es el medio del uso responsable de la tecnología desde una perspectiva crítica y humanista.

La trayectoria de las mujeres que se enfrentan al fundamentalismo religioso en Pakistán

Sara Hylton/National Geographic

Sara Hylton/National Geographic

Capire entrevistó a Bushra Khaliq, de la Marcha Mundial de las Mujeres, sobre la lucha de las mujeres de Asia Meridional por derechos y libertad.

Por Capire

En Pakistán, la cultura y la vida cotidiana están dominadas por la religión. Desde 1977 se produjo la islamización que condujo a la formación de la República Islámica de Pakistán. La Constitución y las leyes fueron ajustadas al Corán y a la sharia[1]. De este modo, la religión va mucho más allá de una cuestión personal o política: es la ideología del Estado y sus instituciones, son leyes que imponen una serie de barreras a la vida y autonomía de las mujeres y minorías religiosas. La criminalización y penalización institucionalizada por cargos de “blasfemia”[2] forma parte del control del Estado sobre la vida de las mujeres y representa un reto a la organización feminista y popular.

Para comprender mejor el impacto del fundamentalismo religioso en la vida de las mujeres de Pakistán, Capire entrevistó a Bushra Khaliq, directora ejecutiva de Mujeres en Lucha por el Empoderamiento (Women in Struggle for Empowerment – WISE) y representante de Asia en el Comité Internacional de la Marcha Mundial de las Mujeres. Lee la entrevista a continuación:

Son muchos los retos a los que se enfrentan las mujeres pakistaníes. La violencia tiene profundas raíces en la sociedad, y los movimientos feministas aún tienen un largo camino por delante. En los últimos años, los movimientos religiosos fundamentalistas están ganando terreno. ¿Podrías contextualizar la situación política y religiosa en Pakistán y cómo la llamada tercera ola de fundamentalismo religioso ha afectado a la vida de las mujeres?

La religión se ha vuelto más influyente en nuestra vida cotidiana. Es un tema cotidiano. Los derechos de las mujeres, incluyendo la movilidad, la decisión sobre el matrimonio, su propia apariencia, la sexualidad, están todos controlados por el sistema patriarcal, articulado con la religiosidad. En Pakistán, la edad mínima para casarse es de 16 años para las chicas y 18 para los chicos. No podemos reclamar nuestros documentos nacionales de identidad ni firmar contratos hasta los 18 años, pero podemos casarnos a los 16. Esa noción proviene, en gran medida, de la religión, que dice que una vez que una niña llega a la pubertad, está apta para casarse, lo que da lugar a muchos matrimonios forzados.

En todo Pakistán, las mujeres exigen que se eleve la edad mínima para el matrimonio de las niñas a los 18 años, pero la ley es muy estricta y ha sido redactada según la sharia y esa mentalidad religiosa. Los parlamentarios y otros intelectuales religiosos siempre se unen para oponerse a esa demanda. Muchas niñas se ven obligadas a casarse a los 16 años y enfrentan las consecuencias de esa unión y la violencia. En segundo lugar, hay una institución llamada Consejo de Ideología Islámica, una estructura y un comité dirigidos principalmente por hombres. Deciden las leyes, y cada vez que presentamos quejas sobre lo que sufren las mujeres y las niñas, el consejo se muestra muy resistente y rechaza nuestras demandas. Dicen que nuestras demandas son “no islámicas” y que estamos influenciadas por las agendas occidentales.

Cerca del 3% de la población de Pakistán pertenece a minorías religiosas (el 97% de la población es musulmana). La Constitución establece que todas las personas son iguales y tienen garantizados los mismos derechos, pero la práctica, en cambio, va en sentido contrario. Presenciamos incidentes de mujeres de esas minorías, entre ellas cristianas e hindúes, que a menudo son obligadas a convertirse al Islam. Las personas de esas minorías están desamparadas, porque si buscan ayuda en la policía, no se les hará justicia.

En realidad, en Pakistán, cualquier pensamiento o discusión progresista sobre la emancipación de la mujer puede convertirse en una amenaza contra la seguridad de aquellos que plantean el tema.

¿Cómo se relaciona esta situación política y religiosa con las políticas económicas?

En cuanto a la relación de esta mentalidad con la construcción de la autonomía económica de las mujeres en nuestro país, vemos que estamos en la posición más baja. Nuestra participación en la población activa sólo alcanza el 23%. Esto se debe a que el concepto que asumen los hombres es lo siguiente: que la mujer debe ocuparse de la casa y de los hijos. No se considera que salir sea bueno para ellas. El cuerpo, las elecciones, el concepto de desarrollo de las mujeres está dirigido y controlado por los hombres de la familia. El patriarcado regula nuestras vidas. Nuestro movimiento y movilidad están restringidos y la mayoría de las veces no estamos seguras cuando salimos de casa. Cuando una mujer sale, puede ser acosada, humillada, violada, irrespetada.

Además, la situación económica y social de las mujeres se ve afectada por esa mentalidad. Aquí tenemos las leyes de la herencia. Entre hermanos, el hijo recibirá una herencia dos veces mayor que las hijas. La parcela que recibimos de los ahorros de nuestros padres se reparte en base a la discriminación. Este tipo de recurso podría ayudar a las mujeres a mejorar su condición económica. Pero acá la mayoría de los hermanos y padres establece formas de privar a sus hijas de la herencia.

Vemos que solo un pequeño número de mujeres trabaja y participa en la vida pública. Hay buenos ejemplos de más mujeres que se convierten en empresarias, que buscan nuevas profesiones, pero todavía vemos que la mayoría se ve obligada a quedarse en casa haciendo trabajos de cuidados no remunerados. Este es el ciclo de comprensión y prácticas que nos hace más vulnerables y menos activas económicamente.

Las mujeres participan en el sector agrícola, en la pesca e industria como obreras, pero el capitalismo, la mentalidad patriarcal y sobre todo la mentalidad religiosa son los tres obstáculos estructurales y sistémicos para la autonomía económica de las mujeres.

¿Cómo es la situación en otros países de Asia del Sur? ¿Esos son elementos comunes?

India, Pakistán, Bangladesh y Afganistán están en Asia del Sur. La mayoría de los problemas son comunes a todos los países de la región. En la India hay raíces patriarcales que afectan la vida cotidiana de las mujeres, sin embargo, por otro lado, se separan el Estado y la religión. Vemos que hay una intensa movilización social. Las mujeres salen a las calles en estas estupendas movilizaciones sociales, rompiendo barreras y el silencio. Las mujeres y los hombres agricultores enfrentan las leyes favorables al agronegocio. Al principio, millones de agricultores salieron a las calles para protestar, pero más tarde miles y miles de agricultoras también salieron a las calles, protestando y creando una nueva historia de resistencia. Pese a todas las dificultades, hay mujeres estupendas y valientes que también luchan contra la mentalidad religiosa y patriarcal.

En Afganistán, las mujeres llevan 40 años sufriendo la injerencia hegemónica de Estados Unidos en nombre del desarrollo, la yihad[3] y la guerra contra el terrorismo. Los derechos de las mujeres no son una prioridad. Se cometen muchos delitos y actos de violencia contra las mujeres afganas, no sólo en el hogar, sino en el parlamento, en la calle. El terrorismo y el extremismo son uno de los problemas, pero el modo como se destruye la vida de las mujeres es también un gran problema y un desafío.

Del mismo modo, en Bangladesh, la religión tiene un gran impacto en la vida de las personas. En la última década, vemos un avance en el país. Proponen leyes progresistas y se integran a las mujeres en las actividades económicas. Muchas mujeres comienzan hoy a participar en la vida pública, aunque sean oprimidas en la vida privada. Sin embargo, la pobreza y otros problemas sociales siguen existiendo.

Si tienes una opinión divergente sobre esos temas, eres más vulnerable en esos sitios. Por supuesto, acá enfrentamos una multiplicidad de estratos de la agenda patriarcal, religiosa y capitalista, pero junto a eso vemos que los movimientos feministas y populares son liderados de una forma magnífica en todos esos países. Nos da fuerza y esperanza de una vida digna, derechos básicos, poder de decisión sobre nuestra propia sexualidad, nuestros cuerpos y nuestras elecciones.

¿Cuáles son las estrategias de las mujeres para defenderse de este fundamentalismo religioso?

Tengo que hablarles de la reciente ola feminista en Pakistán, que es más inclusiva en lo que se refiere a las propias mujeres. Los temas que destacamos nunca han sido debatidos en la esfera pública. La primera ola de feminismo surgió hace unos 60 o 70 años, cuando las mujeres empezaron a luchar por la participación en la vida pública y comenzaron a implicarse en labores filantrópicas. Comenzó con mujeres de grandes familias adineradas que venían de un entorno político.

Desde la islamización [que comenzó bajo el régimen militar entre 1977 y 1986], las mujeres de Pakistán impusieron una enorme resistencia. Las personas progresistas manifestaron su resistencia y podemos decir que esa fue la segunda ola del feminismo acá. Desafiaron las leyes islámicas, que tenían un sesgo negativo contra los derechos de las mujeres y afectaban su vida económica, política y social. Por un lado, nos enfrentábamos a la dictadura militar y, por otro, a la mentalidad religiosa de los partidos políticos. El gran movimiento de resistencia liderado por las mujeres desafió las leyes, prácticas y conceptos negativos e institucionalizados.  

La tercera ola consiste en una protesta contra la opresión social, la violación, el patriarcado, el capitalismo y la violencia contra las mujeres. Estudiantes, profesionales, personas trans y gente que trabaja en organizaciones no gubernamentales se unieron al movimiento y plantearon sus propios temas relacionados con las privaciones económicas a las que se enfrentaban. Se cuestionaba el sistema capitalista y los debates sobre la igualdad cobraban cada vez más fuerza. Fue en esa época que empezaron a surgir organizaciones sociales y las ONG, por lo que surgieron muchas voces procedentes de distintos rincones.

Hoy, desde hace cuatro o cinco años, las personas trans y no binarias, las mujeres con discapacidad, las mujeres con baja formación, trabajadoras rurales, obreras, mujeres comunes, intelectuales, están todas juntas en el liderazgo bajo la consigna “Aurat march”, una expresión urdu que significa “las mujeres marchan”. Las mujeres protestan y denuncian la cultura de la violación, la dominación masculina en los hogares, en las calles, en el trabajo. Denunciamos el acoso sexual y exigimos respeto y dignidad para todas las personas.

No podemos decir esas palabras en público, pero en la colectividad, las mujeres están juntas. Esta unidad es la mejor estrategia para denunciar esta violencia y combatir esas fuerzas.

Hemos avanzado a pesar de que todos los años, en el Día Internacional de Lucha de las Mujeres, los fanáticos religiosos y los extremistas arman un gran alboroto y atacan a las mujeres y las niñas. Este año, la ley contra la blasfemia estaba en votación y eso dio un propósito a las mujeres del país. Están en las calles, planteando temas difíciles que nunca antes habían sido discutidos en la esfera pública, como la violación, la violencia sexual, las cuestiones reproductivas y la religión forzada, y se les acusa en base a las leyes contra la blasfemia. Así es posible ver cómo se puede emplear el mal uso de la religión para silenciar las voces de las mujeres.

[1] La sharia es la ley islámica, basada en el Corán y los hadices, textos complementarios de esa fe. Se adopta en varios países de mayoría musulmana.

[2] Heredadas de los británicos e implantadas en la década de 1980, las leyes contra la blasfemia en Pakistán castigan a quienes insultan al Islam. Se sabe que hay abusos de esta legislación para castigar a quienes luchan por sus derechos y por la libertad de expresión, incluidos hombres, mujeres, escritores y escritoras, periodistas y minorías religiosas.

[3] Yihad es un término árabe que significa compromiso, lucha, esfuerzo. También es uno de los conceptos del Islam, que incluye los deberes religiosos para el mantenimiento y la difusión de la fe. El término suele ser utilizado por grupos extremistas para referirse a la defensa armada y al combate religioso contra los “infieles” o no musulmanes.

Entrevista realizada por Bianca Pessoa e Tica Moreno
Edición de Helena Zelic
Traducido del portugués por Luiza Mançano

Viajamos virtualmente al Congreso de las Mujeres Gunas

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Visitamos el Congreso de las mujeres Gunas

Del 6 al 9 de marzo de 2020 se realizó el congreso de las mujeres indígenas Gunas (Bundorgan) en Uggubseni (Panamá). Se realizó con el objetivo de fortalecer y compartir el trabajo de las mujeres gunadule. Ellas pensando en las generaciones que vienen se organizaron para que sus sabidurías puedan seguir trasmitiéndose y defender su tierra, su identidad.

El pueblo se ubica entre Colombia y Panamá. De 2.610 personas reconocidas como Gunadule (Cuna-Tule o Kunas), 1.280 son Dule Omegan (mujeres). 

Jocabed, que es parte del Equipo de Con Efe, pertenece a este pueblo, así que iremos conociendo un poco más de sus historias, costumbres, tradiciones y esperanzas.

En Colombia hay 2.610 habitantes del pueblo Gunadule (censo 2018 del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, DANE), y en Panamá, 80.000 (censo oficial 2010, datos suministrados por el Congreso General de la Cultura Guna, principal autoridad tradicional de los Gunadules). En Colombia se concentran en dos resguardos: Maggilagundiwala, en Arquía, Chocó, e Ibgigundiwala, Caimán Nuevo, sobre la región del Golfo de Urabá en Antioquia. En Panamá están asentados en las 360 islas y arrecifes en las tres comarcas Guna Yala, Madungandí y Wargandi del territorio ancestral Dagargunyala (Darién) y en las nueve provincias panameñas. (Datos de Agenda Propia)

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HISTORIA DE LA BANDERA DE LA REVOLUCIÓN GUNA DE 1925

El 16 de febrero de 1992, María Waga Ebinkili Colman, nieta de Ologindibbilele Simral Colman,  habla por primera vez sobre la bandera de la revolución guna, gracias a un grupo de personas de la comunidad de Usdub que la entrevistan para conocer de parte ella lo que sabía de la historia de la bandera. Waga Ebinkili después de más de 70 años, rememoró y  dibujó la figura de la cruz gamada frente a varios testigos.

En el momento de la confección de la bandera ella tenía apenas 11 años de edad. Un día su abuelo le pidió que le hiciera una bandera. Waga Ebinkili recuerda:

“Mi abuelo me dijo un día que le confeccionara una bandera.  Yo no sabía como hacerla, empecé a diseñar de acuerdo a mi imaginación. Luego se la mostré al abuelo Colman quien aceptó gustosamente.  E inmediatamente se la impuso su significado”.

La bandera tenía tres franjas, en la parte superior e inferior eran de color rojo, en el centro era de color blanco, encima de la misma se incluía una esvástica inversa (la cruz gamada de color negro).

La bandera de la cruz gamada sería utilizada como bandera representativa de la Revolución Dule de 1925. La misma sería la bandera oficial para las festividades de la revolución durante el mes de febrero.

El  señor Gálvez Pérez Peña de la comunidad de Agligandi (2011), en un documento inédito escribió:

·         En el fondo de color rojo simboliza la sangre fue derramada al enfrentar desde tiempos pasados con sus adversarios.

·         El color blanco simboliza la paz que reinará después de la lucha.

·         En el centro la figura de una cruz gamada es la insignia de una planta medicinal de los gunadule que usaban para el conocimiento, en la lengua guna lo llaman (Aggebandur) se le parece señalando los cuatros puntos cardinales. 

·         El color de la figura es negro simbolizando los días y las horas de tinieblas que reina en la lucha de nuestros antepasados padres.

Mapa de Agenda Propia

Visitamos el Seminario Luterano Augsburgo-Con perspectiva de género SEMLA

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VAMOS A MÉXICO

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En este tiempo de virtualidad, visitamos hoy al Seminario Luterano Augsburgo-SEMLA de la ciudad de México, que abre la formación bíblica teológica con perspectiva de género.

El Seminario Luterano Augsburgo, es un espacio que fue abierto en 1964 en la Ciudad de México y trabajó durante 17 años en la preparación de alumnos para las Iglesias Luteranas de la Región de América Latina y México.

Debido a diversos factores, en 1981 cierra y reabre sus puertas en 1998 con el deseo de continuar sirviendo a las iglesias principalmente de México a través de estudios teológicos presenciales, es en este período cuando de las iglesias luteranas envían a las mujeres a estudiar teología, aunque todavía sin la visión de que llegaran al pastorado.

Pero al terminar sus estudios, tres mujeres logran ser ordenadas en la Iglesia Luterana Mexicana y también en este período por primera vez dirige la Institución una mujer, quién ha sido fundamental para el proceso de cambio dentro del equipo de profesoras y profesores.

Hoy la pastora Angela Trejo  es Coordinadora del Seminario. Ella nos recalca que el puesto se llama así porque dan énfasis al trabajo en equipo. Y Ángela es la Primera mujer en ocupar ese cargo.

El Seminario Luterano Augsburgo abre la posibilidad en el año del 2011 a cursos en línea y eso abrió un horizonte en donde se logró colocar en toda América Latina, pero al mismo tiempo ha desarrollado un espacio en donde el trabajo de género se trabaja y se reflexiona.

Está abierto para que cualquier persona pueda cursar presencial, sea como laica como para el pastorado. Hay estudios en línea: Diplomado en fe cristiana y en tradición luterana y próximamente se ofrecerá el Diplomado en Biblia con énfasis en género.

Pastora Angela Trejo

Pastora Angela Trejo

Nos emociona decir que esta Institución da un paso en la reflexión de género. Estamos con capacidad para capacitar a docentes de las otras instituciones, iglesias y cualquier organización  social que desee prepararse para tener lo necesario desde el enfoque de género…comenzamos con el primer taller en Masculinidades para profesores y profesoras. Siempre hemos sido ecuménicos por lo que tenemos alumnado de otras iglesias y gente que no es de una fe”, nos dice Angela Trejo.

La capacitación en masculinidades para profesores/as impartida por Raúl Méndez puede encontrarse en: https://www.facebook.com/watch/?v=695699474314657

“Con perspectiva de Género SEMLA, es un programa donde buscamos contribuir al diálogo necesario que permita a las comunidades o grupos de fe, nos pensemos como actores activos que inciden en el proceso hacia la equidad y el respeto a todas las personas”.

Se puede participar de los talleres en línea y también podemos visitar a iglesias y comunidades dando estos temas.

Video promocional editado y publicado por SEMLA

Costos: Cursos en Línea 80 dólares por materia

http://semla.org/inscripciones/

Facebook: https://www.facebook.com/semla.augsburgo/

 

 

 

Fundación “Voz de la mujer”

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Viajamos virtualmente a Uruguay. Vamos!!

Nos encontramos con Blanca Armand Pilón. Blanca vive en Uruguay y es pastora emérita de la Iglesia Evangélica Valdense del Río de la Plata. En 1992 fundó “La Voz de la Mujer” y para nosotras desgrana la historia.

“Porque al andar se hace camino…”

         Hacer memoria es volver a pasar por el corazón, dice Eduardo Galeano. Esa memoria que de a ratos se vuelve atrevida, y de pronto se torna perezosa, vaya a saber una por qué. Memoria que conlleva fuertes y diversas implicancias.

         Una implicancia personal, íntima, que hace que una recorra hacia atrás, descubra rostros ya casi olvidados, vidas con sus historias que quedaron registradas en cuadernolas que están guardadas en alguno de los estantes de las bibliotecas; nombres, muchos nombres que están registrados pero ya no tienen rostro, no porque hayan sido olvidados o no importen, simplemente porque la memoria va haciendo lugar a lo nuevo, las nuevas necesidades con sus rostros e historias concretas. Y en esa recorrida aparece la emoción de recuerdos regados por alguna lágrima que nubla la visión por algunos segundos; aparece el esfuerzo realizado acompañado de sentimientos como el miedo, la omnipotencia, la impotencia; aparecen imágenes de encuentros, de muchos encuentros, abrazos, de miradas cómplices, de desafíos, de risas, construyendo mística de liberación y de empoderamiento frente a tanta muerte, tanta indiferencia, tanto poder opresor.

        Existe también la implicancia institucional. Aquella que nos hace analizar el papel de la organización a través del paso del tiempo, los avances y retrocesos, los cambios y sobre todo la participación y su relación con la búsqueda de una ciudadanía activa con y para las mujeres.

        El movimiento que dio lugar a la Fundación Voz de la Mujer comenzó en Nueva Helvecia (Dpto de Colonia), Congregación Evangélica, en mayo de 1992. A fines del año 1991, un grupo de mujeres unidas por el dolor y la discriminación de las situaciones de divorcio y/o separación golpearon la puerta del escritorio pastoral solicitando un lugar y un acompañamiento. Dar un lugar siempre es más sencillo que el compromiso de acompañar que implica tiempo, energías y capacitación permanente. No fue una decisión fácil y rápida; fue puesta en oración, fue pensada y sopesada porque la percepción de que se abría algo que no sabíamos que era y hacia dónde se podía dirigir formaba parte de la toma de decisión. Y esa sensación indescriptible de saber que no había marcha atrás. Finalmente en mayo de 1992 comenzamos juntas el Grupo de ayuda mutua a mujeres en situación de separación y/o divorcio.

Primer Momento: reunirse para acompañar, escuchar, reparar, sanar, poner en palabras el dolor y descubrir situaciones que implicaron una toma de decisión en la tarea y una búsqueda de capacitación específica en Violencia Doméstica. El Grupo de ayuda mutua se reunía quincenalmente, participaron cientos de mujeres de varias ciudades del departamento, mujeres de las iglesias, mujeres de la sociedad civil, mujeres de clases sociales diferentes, jóvenes, adultas y adultas mayores, juntas, las unía una misma necesidad y una misma búsqueda. Encontraron un espacio, se apropiaron de él, lo llenaron de contenido, de experiencias, de llantos y risas, de luchas y sueños, encontrando juntas una nueva mirada al dolor desde la esperanza resucitada en vida. El Grupo de ayuda mutua funcionó alrededor de 5 años. De ese mismo grupo surgieron mujeres que se percibieron a sí mismas con la capacidad de ayudar a otras, específicamente en la temática de Violencia Doméstica. Por lo que solicitamos a una organización ecuménica en Buenos Aires la preparación de un curso que reuniera mujeres de Uruguay, Argentina y Paraguay en una capacitación conjunta. Eso se logró y un grupo de unas 6 mujeres viajamos mensualmente por tres años a capacitarnos y a supervisar el trabajo que inmediatamente comenzamos. Un tiempo profundo de movilización interna y externa, de deconstrucción de tantas formas aprehendidas de ser mujeres, analizando esos procesos de socialización de género tan naturalizados, re-significando nuevas formas de cuidados, preparándonos de alguna manera para interactuar en el espacio más público que para nosotras fueron los hospitales y policlínicas de ciudades del departamento. Desafiadas a construir nuevas formas de relacionamiento al interior de nuestras familias, comunidades y en la tarea concreta de la atención a mujeres en situación de VD. Valorizando críticamente el mundo público, generando estrategias de intervención.

Año 1995: Sin abandonar aún el Grupo de ayuda mutua, la tarea se centró en la demanda de atención a mujeres sobrevivientes de VD. Comenzó la titánica tarea de ubicarnos dentro de los hospitales para atender. Fue un proceso duro, cargado de indiferencias e invisibilidades. Sólo las mujeres que recibían la atención acompañaban a otras. Prácticamente no existíamos, no se consideraba la VD como un problema de salud, nos cambiaban todas las semanas de lugar de atención, desaparecían los afiches que colocábamos. Fue difícil hacer alianzas, sólo se conseguían cuando una enfermera o personal administrativo o de limpieza solicitaban atención para ellas o para alguien conocido. Si el mundo masculino se basa en alianzas, nosotras decidimos comenzar a implementar alianzas. Para eso hicimos talleres de sensibilización en los propios centros. La necesidad nos unió una vez más y poco a poco fuimos viendo los frutos de una siembra de sensibilidad en el compromiso. Llegamos a tener grupos de atención en 5 centros de salud de cinco ciudades del departamento durante 10 años consecutivos, en la búsqueda de una descentralización que llegara al mayor número posible de mujeres en situación de VD. La atención fue semanal hasta el año 2009 que conveniamos con el INMUJERES, en un Servicio Especializado centralizado en el Hospital de la ciudad de Rosario. Hoy, también a partir de la incidencia política, continúa el Servicio Especializado en el departamento, con 2 centros de atención a mujeres (Rosario y Colonia), un equipo de atención a varones agresores y varones con dispositivo tobillera, un equipo territorial que se ocupa de la prevención, sensibilización y capacitación.

        Pero necesitábamos respaldo institucional. Lo buscamos en alianzas con compañeras y compañeros, pastoras/es en muchos casos, y con directivos de las iglesias. Para eso generamos una serie de talleres sobre VD con perspectiva de género desde el texto bíblico. Si la teología de la liberación era nuestro anclaje ahora la mirábamos desde la teología feminista. Me produce asombro hoy ver los avances de las comunidades de fe (aunque se lo que aún falta). Cuando la mirada de género atraviesa nuestras vidas y nuestros saberes ya no es posible ser la misma persona y no se puede retroceder, no se puede vivir en comunidad mirando para otro lado. “No se puede echar vino nuevo en odres viejos”, dijo por ahí Jesús. A veces se me ocurre pensar que si la Reforma Protestante fue de muchas maneras transformadora, la Teología Feminista con su análisis de Género ha producido y sigue produciendo profundas transformaciones en la mirada de una Divinidad que nos iguala desde las diferencias. Llevamos nuestros talleres a comunidades de la Argentina, Paraguay y del Uruguay. Necesitábamos personas sensibles a la hora de tomar decisiones para apoyar proyectos a favor de la superación de la VD. A nivel internacional las iglesias protestantes se alinearon en programas comunes, compartiendo además recursos económicos para hacer posible la tarea.

         En lo que hace a la sociedad civil del departamento también implementamos talleres de sensibilización siendo invitadas en prácticamente todas las ciudades (liceos, escuelas, escuelas del hogar, clubes, rotarios, comisarías). Como quien dice “trillamos” el departamento.

         Buscamos también el respaldo político. Primero usamos la prensa escrita, artículos que dieran cuenta de la problemática de la VD en el departamento. Después salimos en programas televisivos departamentales y en programas de radio también de alcance departamental. Cuando consideramos que los ediles departamentales se habían mínimamente informado de la situación, hicimos alianza con la única edila (partido colorado 1996). Fue ella que presentó la preocupación y la necesidad de que el cuerpo legislativo departamental estuviera informado. Fue así que fuimos invitadas en el año 1996 a presentar la situación de la VD en el departamento en una reunión ordinaria del Legislativo que declaró de interés departamental la VD, además de acordar con la Comisión de Derechos Humanos del Poder Legislativo departamental y recibir el apoyo a los cursos de capacitación que organizamos.

         Pero la participación ciudadana en la superación de la VD es un proceso de construcción colectiva que requiere el desarrollo de la autonomía, el empoderamiento, un nuevo discurso que dé cuenta de una mirada crítica a los roles tradicionales de género. No era suficiente con la tarea de intervención, y la sensibilización. Por lo cual desarrollamos básicamente tres nuevas tareas: la de promoción y prevención del maltrato y abuso sexual, dirigida a niñas, niños y adolescentes (que incluye programas que realizamos en escuelas, clubes, iglesias, liceos, grupos juveniles); talleres de desvictimización, dirigido a mujeres que habían pasado por los centros de salud, para que compartieran y se conocieran en un momento nuevo de sus vidas. Porque si en un momento de sus vidas fueron muy vulnerables y se beneficiaron de un servicio seguían siendo y nunca lo habían dejado de ser sujetas de derechos. Era necesario salir del aislamiento que el violento les había impuesto, recuperar su autoestima, tomar la palabra, escucharse y hacerse escuchar porque tenían mucho para decir en esto de que lo personal es social y es profundamente político. Cuando asumieran su ciudadanía activa estarían asumiendo su propio proceso de emancipación.

La tercera tarea fue la de capacitación. Basándonos en nuestro propio aprendizaje, conceptual, metodológico y práctico elaboramos un curso de 11 seminarios que diera cuenta de un aprendizaje articulando lo personal, lo social y lo cultural de la VD. Elaboramos propuestas desde la perspectiva de género para desarrollar prácticas nuevas, creativas en el desempeño de roles y las relaciones vinculares. Ese curso lo llevamos por siete departamentos de nuestro país (Salto, Paysandú, Soriano, Colonia, Montevideo, Rocha, Río Negro) y en la provincia de Santa Fe, invitadas por la Municipalidad de Reconquista. Dirigido a profesionales, líderes comunitarios contó en casi todos los lugares con personal policial. La capacitación se transformaba para nosotras en la posibilidad de superación de la injusticia, luchábamos no sólo contra la VD sino también contra la violencia institucionalizada en lo económico, lo cultural, lo político, lo religioso, la violencia que produce el déficit de participación y el no acceso a los lugares donde se resuelve sobre la vida de las mujeres. Era imprescindible cuestionar las formas instituidas desde el patriarcado en la toma de decisiones, de resolución de conflictos, y fundamentalmente del ejercicio del poder, en las familias, en el ámbito laboral, en las comunidades, en el poder político y el real acceso de las mujeres a esos espacios de debate y resolución.

         Fueron años fermentales. Implicaron un hacer continuo pero nunca un olvidarse de la conciencia reflexiva. Era el trabajo directo con las mujeres, escuchar sus demandas lo que iba produciendo también la modificación y adecuación de la tarea

En todo ese tiempo nos sentimos parte de. De un movimiento mayor que de alguna manera contenía nuestros esfuerzos, nos proveía de herramientas conceptuales, nos desafiaba a ampliar los marcos desde donde pensar y sentir la tarea. Participamos en toda instancia de formación que surgiera en nuestro país. Nos encontramos y conocimos con otras organizaciones. Invitamos a otras organizaciones al departamento. Formamos parte de redes mayores (hasta el día de hoy). Organizamos movidas de incidencia política en el departamento. Estuvimos atentas al debate internacional del movimiento feminista. Participamos de instancias mayores: Encuentro de Teólogas y Pastoras de América Latina y el Caribe (Nicaragua) sobre Violencia de Género; Encuentro Feminista en Córdoba (2006) donde estuvo como expositora Nancy Fraser. Encuentro Mundial en Estocolmo “Religiones por la Paz”, exponiendo sobre la VD. No nos sentíamos solas y a la vez afirmábamos el trabajo en el territorio como una tensión a sostener.

HOY: asistimos a cambios importantes, tanto a nivel internacional, de la región, como del país.

          La Fundación Voz de la Mujer nació como movimiento instituyente en el departamento. Y vela permanentemente por no olvidarse de ser movimiento.

Su nombre habla del tiempo en que lo recibió y fue dado por las mujeres que participaban en el Grupo de ayuda mutua. Hoy hablaríamos de la voz de las mujeres, pero no lo modificamos porque remite a su propia historia y proceso.

La organización fue construyendo una voz propia y es escuchada. Construye cotidianamente un discurso y una plataforma de acción. Tiene presencia en la sociedad civil, en las comunidades religiosas y también entre los actores políticos y una legitimación social. Tiene el grado de representación social que las mujeres le puedan brindar a través de la participación activa. Por eso no puede ni debe desprenderse de la base a quien sirve y de quien recibe la identidad.

Hacia una ciudadanía activa….nuevamente.

“La reactivación de la ciudadanía en el mundo moderno depende tanto de la recuperación de un mundo común y compartido (cómo sobrevivir a la alienación), como de la creación de numerosos espacios de participación en donde los individuos pueden demostrar sus identidades y establecer relaciones de reciprocidad y solidaridad” (Hanna Arendt).

Nuevamente se hace necesario construir estrategias que salgan al encuentro de las necesidades de hoy sin abandonar identidades, y que además puedan profundizar el diálogo con el Estado.

Entendemos que debemos participar de la política social porque ella es garantía de los derechos sociales. Porque la Participación Ciudadana, es factor sustantivo del ejercicio de derechos. Y por eso…”el reconocimiento de la diversidad de intereses, capacidades y propuestas provenientes de la sociedad civil, el reconocimiento de su autonomía para organizarse y desarrollar una mirada crítica a la vida cotidiana, a los problemas del país y a la acción de gobierno, son perspectivas indispensables a la hora de generar canales de interacción del Estado con las Organizaciones de la Sociedad Civil.”

         Es la construcción de un nuevo paradigma: la Democracia Genérica, la que considera efectivamente la ciudadanía de las mujeres. Las mujeres encontramos necesario proponer sustancialmente un proceso de incorporación real sostenido de equidad. Para lograrlo necesitamos establecer un proceso claro de deconstrucción patriarcal y proponer la creación de alternativas reales en el orden social y cultural que incluya el quehacer teológico como también en instituciones del estado y la sociedad civil que lo posibiliten y lo impulsen.

Una Democracia Genérica entendida como el reparto paritario de poderes, profundamente evangélico: Del Poder que se roba al Derecho del Poder (Evangelio de Lucas 8: 46-48)

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