Quedarse en casa, para algunxs
Una de las recomendaciones más estrictas en México y tal vez a nivel mundial es quedarte en casa, para evitar el contagio y mitigar los casos a nivel mundial por el COVID-19 el cual ya suman hasta hoy 2,626,321 personas muertas[1].
Yadamy S. L. Acero* Coordinadora Movimiento Estudiantil Cristiano de Mexico -MEC por la Equidad FUMEC ALC –
Ante esta crisis sanitaria las problemáticas socio-políticas con las que cargaba México tales como el desempleo, el trabajo informal, el acceso a la salud pública, la violencia de género, entre otras, se hicieron focos rojos por la grave desigualdad. La preocupación más grande no es ser contagiados por este virus, sino el qué comer día a día. Estar en casa es un lloro, un crujir de dientes para muchas mujeres víctimas de violencia de género que de acuerdo con la Línea de Mujeres de Locatel (que atiende casos de violencia familiar), han recibido 1300 llamadas de auxilio entre enero y marzo, de las cuales 460 fueron solo en marzo.
En la población de la Ciudad de México y del Estado de México, también se reportó que de febrero a marzo del presente año, creció un 32% el número de llamadas que recibidas con denuncias por violencia familiar”.[2]
Frente a este panorama de injusticias, desigualdades y violencias, nuestra vocación como jóvenes cristianos y cristianas se vuelve aún más compleja, las juventudes somos el grupo etario que más podemos resistir a esta pandemia, eso si no padecemos alguna enfermedad genética y/o crónica degenerativa, por lo cual tenemos una responsabilidad aun mayor de generar ideas nuevas pos-covid19.
A continuación, les dejo tres preguntas en las cuales podemos reflexionar desde los espacios públicos donde nos encontramos resistiendo ya sean en el área pastoral-eclesial, en comunicación, en política, en ingenierías, en salud pública, etc.
1. ¿Cómo pensar en la Divinidad en estos tiempos de pandemia? (Santiago 2:14-17) Dice la epístola de Santiago que la fe sin obras es muerta. Creer en Dios no es solo de palabras, sino de acciones, y en tiempos de pandemia como la que vivimos actualmente es rechazar todos discursos y acciones religiosas fundamentalistas que digan que el virus ha sido castigo de Dios porque está enojado con las personas LGBT+ y con las mujeres abortistas. Nuestra responsabilidad es crear nuevas hermenéuticas bíblicas que nos encaminen a desmentir un Dios de odio, de discriminación, misógino, etc. Además, también podemos presenciar que parte de la Imago Dei como son los animales marinos, terrestres, aéreos, los mares, los bosques y el aire están gozando de nuestra ausencia, al parecer nosotrxs hemos sido una pandemia para ellos/as.
2. ¿De qué forma atender el llamado de Jesús cuando dice “ama al prójimo como a ti mismo”? (Marcos 12:28-31 NVI) El COVID-19, aunque se está trabajando en el desarrollo de vacunas, aún no tiene una. Su nivel de contagio y propagación es alto y por lo tanto en algún momento, nuestra “cultura de la cercanía” como latinoamericanxs se verá modificada por una “cultura de la sana distancia” entonces atender el llamado del amor al prójimo se entenderá principalmente como amarme a mi = cuidarme a mí, amar a mi prójimo = cuidar a mi prójimo, pensando en que cuando regresemos a la “normalidad”, los modelos de vigilancia se harán más estrictos, y acercarnos a las personas, en especial a los más desfavorecidos socio-económicamente se hará burocrático y complejo ¿Qué y cómo ir construyendo una cultura de autocuidado (amor a uno misma y al prójimo) y de acción colectiva a la vez?
3 ¿Cuáles son los desafíos que tendremos que aceptar como jóvenes en nuestros respectivos países?
– Salud: En México ha habido agresiones a enfermeras por miedo a ser contagiados. Es necesarios pensar en cómo combatir la violencia y discriminación hacia este sector.
– Educación: actualmente la educación en México se continúa desde casa, con videoconferencia, llamadas, pero no todas las personas cuentan con internet ni con herramientas tecnológicas, eso disminuirá el alcance de la educación a nivel medio y superior si se continúa de esta manera.
– Medio ambiente: continuar con la con cientización del cuidado y el respeto a la tierra, a los mares, al aire, y a los defensores/as ellos. El desafío como juventudes es grande, no pasemos desapercibidos este momento, ni mucho menos actuemos de manera individual. Si tenemos las posibilidades utilicemos los medios tecnológicos para incidir desde lo virtual sin dejar a un lado a los que son intersectados por las múltiples realidades de nuestro país; niños/a mujeres, diversidad sexo-género, adultos mayores, sin techo, refugiados, y más.
Referencias bibliográficas:
[1]Conferencia de prensa (2020). Informe diario sobre COVID19 en México. Secretaría de Salud. Abril 24, 2020 https://www.facebook.com/watch/live/?v=2879141198860295&ref=notif¬if_id=1587769466698938¬if_t=live_video_ explicit [2] Noticia Violencia doméstica por aislamiento: problema de salud pública. Aristegui Noticias. Abril 22, 2020. https://aristeguinoticias.com/2204/mexico/covid-19-violencia-domestica-por-aislamiento-problema-de-salud-publica -alumbra/ *
Publicado en La crisis más allá de la crisis: desigualdades, violencia y derechos humanos en tiempos del COVID-19 de FUMEC-ALC
Imagen: https://noticias.arq.com.mx/
Vivir el aislamiento como una experiencia de Gracia
¿Es posible que el estar aislados en nuestros hogares para protegernos de la COVID-19 haya podido llegar a ser una experiencia saludable y de beneficio personal y familiar? Hoy, después de semanas de aislamiento, podemos afirmar que esta nueva experiencia de aparente soledad ha producido cambios favorables en nuestras vidas.
Por Ofelia Miriam Ortega-
¡Cuántas alegrías habíamos olvidado! Hemos tenido tiempo para la amistad, las llamadas telefónicas y las comunicaciones digitales interpersonales, la familia, el juego, el arte, la música, las lecturas, el silencio y la meditación. Quizás nosotros olvidaremos este espacio sacramental, pero la niñez, las personas ancianas, los vecinos que apenas se veían, lo recordarán como momentos vividos en un ritmo desconocido, que produjo alegría, espacios de aplausos en los balcones y en las calles y también de dificultades en la convivencia.
El desierto en la historia de la salvación
Esta experiencia nos ha hecho recordar que el desierto (Éxodo 15:22- 27 y 16 1- 35), el habitar y caminar por sendas aisladas y difíciles sin el suficiente alimento, ha sido un lugar privilegiado por Dios para el logro de cambios y transformaciones personales y sociales. En estos días, hemos escuchado las voces de varias personas que han afirmado : “después de esta etapa de temores al contagio y a una enfermedad que no conocemos , donde hemos abierto nuestros corazones al sufrimiento de los enfermos, y al trabajo incesante del personal médico en su lucha por salvarles, vamos a ser mejores personas, más humanas y más solidarias”. Esperemos que así sea.
La espiritualidad bíblica del desierto
En el evangelio de Marcos 6:31 Jesús dice a sus discípulos: ” Vosotros, venid aparte, a un pasaje despoblado, a descansar un rato. Pues los que iban y venían eran tantos que no sacaban tiempo ni para comer”. Jesús los invitó a la soledad y al descanso.
En el evangelio de Lucas 15:16 leemos: ” Su fama se extendía cada vez más y esa numerosa multitud afluía para oírle y ser curados de sus enfermedades. Pero Él se retiraba a los lugares solitarios, donde oraba”. El “desierto” como idea teológica es la síntesis completa de la espiritualidad bíblica y elemento fundamental para entender la pedagogía de YAHVÉ.
Todos los seres humanos en el Antiguo y Nuevo Testamento, han tenido sus experiencias del desierto, y en él han encontrado su identidad, su misión y la fuerza para ser fieles a Dios y a sí mismos. El estar sometidos a la rutina diaria, a veces excluyente, nos puede impedir la posibilidad de emprender nuevos caminos .Por eso, a través de las realidades contextuales, inesperadas y trastornadoras, como la que hoy vivimos, Dios nos conduce por un espacio espiritual que se asemeja al desierto.
Dos fascinantes historias bíblicas nos dan a conocer la importancia de la construcción de nuevos caminos en medio de las dificultades. Es el camino del desierto, la soledad y el silencio vividos por Elías y Agar.
En 1 Reyes 19:1-16 encontramos la historia de este profeta, deprimido, sin coraje y con miedo, perseguido por el odio de una reina, y apenado por los muchos errores que ha cometido. Desesperado, corre al desierto en busca del amparo de Dios. Allí se refugia en una cueva, se esconde, deseando su muerte.
En medio de su desolación, Elías escucha la voz de Dios con una pregunta de encuentro y compañía; ¿Qué haces aquí, Elías? y la respuesta del profeta muestra su extrema depresión: ” Sólo quedo yo y me buscan para matarme” y la respuesta de Dios es sorprendente para el profeta “Sal fuera y quédate de pie ante mí, sobre la montaña” 1 Reyes 19: 11. Elías salió a la entrada de la cueva esperando poder experimentar la presencia de Dios al pasar junto a él. Pasó un huracán violento, un terremoto, un fuego, pero Dios no estaba en ellos.
Esa fue una lección para el violento y furioso profeta. Recuerda su historia en I Reyes 18: 20-40. Después, él oyó una brisa tenue y una voz que de nuevo le decía ¿Qué haces aquí Elías? Dios obra sin estruendo, sin ruidos innecesarios. Su Presencia se revela continuamente en el silencio. Y su mandato es siempre una promesa de vida: ” Desanda tu camino y regresa”(1 Reyes 19:15).
Ya liberado de sí mismo de su depresión y amargura, Dios enfrenta al profeta a su situación, y lo envía con un programa y una comisión renovadora. Debe ungir a dos reyes en Siria e Israel para el logro de cambios radicales en su entorno, y también elegir y preparar a Eliseo para ser su sucesor. La caminata por el desierto abrió nuevos caminos para su vida y también para el logro de múltiples progresos sociales.
En el desierto las personas más vulnerables entran en la historia de la salvación
En estos días de aislamiento en Cuba nos ha alegrado la noticia de la continua atención a las personas en los hogares de ancianos. El cuidado a las personas de edad avanzadas o con dificultades para la movilidad, no les ha faltado el alimento o los medicamentos .La educación continua para la niñez y la juventud con clases organizadas a través de la televisión y la correspondencia. O sea, que los períodos de aislamiento también pueden usarse para proporcionar atención y amor solidario a las personas más necesitadas.
Esta misma experiencia fue la de Agar, excluida de su hogar, rechazada por ser mujer, esclava, egipcia, y pobre. Esta historia fue incluida en la historia patriarcal con un significado muy profundo. El desierto siempre fue el lugar a donde el pueblo pudo escapar, esconderse, sobrevivir y a la vez ser nutridos y sostenidos por Dios. Es el lugar donde se refugió el pueblo de Israel después del Éxodo. También es el lugar donde aprendemos a depender enteramente en Dios y en sus promesas. Es el lugar donde Dios proporcionó el pan y el agua y donde también les ofreció los Diez Mandamientos.
Así que Agar también encontró la presencia de Dios en el desierto (Génesis 16: 7-16). Agar es la primera mujer en el Antiguo Testamento que recibió una ” aparición”, y aún más que eso, hay solamente dos mujeres en la Biblia que tienen un encuentro directo con Dios- esta experiencia se llama ” Teofanía”, ellas fueron Agar y María Magdalena.
Me gusta mucho la frase del encuentro de Agar con el mensajero de Dios: “Agar, ¿de dónde vienes y a dónde vas?”. Dios está interesado en nuestro pasado y en nuestro futuro, y su presencia está siempre allí, en medio de la aflicción y la soledad… Dios “oye” y ” provee”.
Dios quiere salvar la vida de su hijo Ismael, por eso Agar le llama ” el Dios que ve” y dice ” Dios me ha visto y todavía estoy viva”(Génesis 16:13-14). Dios es el “Dios de la VIDA”. Por eso inspiró en AGAR coraje y esperanza, abrió sus ojos y le ofreció agua, las acciones del amor de Dios son muy concretas, a veces a través de acciones sencillas, pequeñas, como el ofrecimiento de un vaso de agua al sediento. Después le dio a conocer la gran promesa para su hijo Ismael que llegaría a ser el fundador de una gran nación (Génesis 16:10-12).
La caminata después de la experiencia de Gracia en el desierto
Elías y Agar continuaron su camino, la experiencia del desierto los cambió y les proporcionó nuevas visiones para la vida futura.
El aislamiento en nuestros hogares terminará, ¿cuándo? No lo sabemos. Ahora estamos experimentando nuevas formas de vida en la familia, en las iglesias, en el vecindario, en las calles, en la búsqueda de los alimentos necesarios, en el arte y las lecturas que hemos disfrutado, en las llamadas telefónicas, en los mensajes de WathSaap, que nos han hecho llorar y reír, en los llantos compartidos por las enfermedades y las muertes, en las oraciones intercesoras y los mensajes y sermones escritos en la soledad pero siempre compartidos con alegría.
Tenemos que analizar cuáles son las experiencias positivas que hemos alcanzado en esta etapa de aparente soledad y aún las negativas pueden tener válidas enseñanzas. Tenemos que preguntarnos ¿Qué cambios hemos experimentado? ¿Seremos mejores personas después de esta difícil etapa de aislamiento? ¿Mejoraremos las relaciones familiares? ¿Cultivaremos la amistad como un don gratuito y generoso que puede sostenernos? ¿Asumiremos el llamamiento para continuar el servicio desinteresado que se ha practicado durante el aislamiento?
Recordemos que el camino de Jesús de Nazaret que hemos asumido, demanda de nosotros un discipulado del peregrinaje. No podemos permanecer aislados. En la escena bíblica de la transfiguración (Lucas 9:28-39) el discípulo Pedro trata de organizar tres chozas o tres tiendas para permanecer aislados en la montaña! Se equivocaron los discípulos! La invitación es siempre hacia el camino. Somos iglesias, religiones, y comunidades ecuménicas siempre peregrinas. La experiencia de la Gracia de Dios en el desierto es un tiempo de encuentro maravilloso, pero siempre nos lleva de la pasión a la resurrección, a la creación de un mundo nuevo.
Termino esta reflexión con un poema de León Felipe:
Ser en la vida romero… solo romero.
Que no hagan callo las cosas,
ni en el alma, ni en el cuerpo…
pasar por todo una vez, una vez solo y ligero
ligero, siempre ligero.
Que no se acostumbre el pie
a pisar el mismo suelo,
ni el tablado de la farsa,
ni la losa de los templos,
para que nunca recemos,
como el sacristán los rezos
Que no hagan callo las cosas
ni en el alma ni en el cuerpo.
Pasar por todo una vez,
una vez solo y ligero, siempre ligero.
Foto: Miriam Millán @pepitasdesandia84