El cuerpo: lenguaje y primer espacio donde desplegar la libertad
Por Mirella Manocchio-
Desnudarse como acto extremo de protesta es lo que hizo en las últimas semanas la joven iraní Mahla Daryaei , que fue detenida y trasladada a un hospital psiquiátrico por su acción.
En Irán está prohibido a las mujeres no sólo descubrirse la cabeza, sino también cantar, bailar y jugar. No es casualidad que el himno de las protestas, escrito en 2022 en honor a Mahsa Amini, diga «Barāye tūye kūche raqsidan» (Para que puedas bailar en la calle).
El Cuadernillo traducido al español, en el que cual colaboró Claudia Florentin, de Con Efe, se puede bajar aquí: https://www.nev.it/nev/wp-content/uploads/2024/11/16-giorni-Fdei-2024_Spagnolo.pdf
Si entonces el cuerpo es el primer espacio donde se percibe y actúa nuestra libertad, toda rebelión debe pasar por él. Hay que oponerse y desenmascarar a un régimen que oculta, fuerza, mutila, subyuga los cuerpos para controlarlos, especialmente los de las mujeres, es lo que querían transmitirnos las mujeres iraníes del movimiento de protesta “mujer, vida y libertad”.
Es en el cuerpo y a través del cuerpo donde se desarrollan nuestras relaciones, positivas o no, lo sabemos bien. Pero hay una manera y una manera de experimentar y hablar de los cuerpos, en particular el de las mujeres, que por un lado es forzada y oculta, mientras que por el otro está comercialmente sobreexpuesta y mercantilizada. El cuerpo de las mujeres, nos dicen quienes se ocupan del sexismo lingüístico, se describe con mil lenguajes que contribuyen a sostener y codificar estereotipos, disparidades, discriminaciones e incluso violencia.
El Cuaderno de la Federación de Mujeres Evangélicas de Italia de los “16 días para superar la violencia” contra las mujeres, El cuerpo es lenguaje – proponiendo de alguna manera un camino inverso al del Cristo Juanino del Logos que se hace carne – quiere entrar en esta trama en el que el cuerpo, concretamente el femenino, se convierte en lenguaje, pero con demasiada frecuencia es presa de un lenguaje fruto de una mentalidad chovinista y patriarcal. Por eso, al Comité Nacional del Fdei y a quienes colaboraron en la construcción del Cuaderno 2024 les pareció necesario desenmascarar sus ambigüedades y prejuicios subyacentes para ofrecer una perspectiva diferente, abrir atisbos de reflexión crítica y proponer horizontes de solidaridad basados en una Visión de fe en la que el cuerpo es presencia habitada por el Espíritu de Dios, Espíritu de amor y de liberación.
Comentarios, versículos bíblicos y breves meditaciones, oraciones y preguntas para el debate, sugerencias de libros y películas para profundizar en el estudio, son una vez más las herramientas que, junto a la nueva editora del Cuaderno, Elena Ribet , se han entregado para guiar a personas, grupos , las iglesias locales en un camino de reflexión y acción que esperamos no se detenga el 10 de diciembre sino que continúe con fuerza, también en nuestros ámbitos institucionales. Se añade al Cuaderno el “dossier 25 de noviembre” con el que el Cn/Fdei quiere apoyar a las iglesias en la sensibilización a través de materiales litúrgicos, poemas y un power point con imágenes sobre el tema. Cada oportunidad de reunión y actividad puede ayudar a involucrar a todos hacia este objetivo.
Nota al margen: La acción fuerte y sin escrúpulos de Mahla Daryaei contra su gobierno nos trajo a la mente la lucha de muchos hombres y mujeres. Varios gobiernos han expresado su solidaridad con la joven detenida por su protesta, reiterando su culpa hacia el régimen de los ayatolás que había provocado la cruel represión, detenciones y ejecuciones de activistas iraníes en los últimos años.
Entonces me hago la pregunta: ¿cómo es posible arrestar a dos jóvenes que huyeron de Irán por su compromiso político y escapar de un compañero violento acusado de contrabandistas? ¿Cómo es posible que Maysoon Majidi y Marjan Jamali , que huyeron para evitar correr el riesgo de ser encarcelados, se encuentren en Italia sufriendo meses de detención sin pruebas sólidas del delito que se les acusa? Toda la solidaridad del Cn/Fdei va para ellos.
La pastora Mirella Manocchio es presidenta de la Federación de Mujeres Evangélicas de Italia
Fuente: Riforma
Traducción: Claudia Florentin, Con Efe
¿Cómo esperar este tiempo de Adviento?
Por L. Susana Vaccaro, Argentina-
Compartimos:
“Aprendan a hacer el bien, busquen la justicia, restituyan al agraviado, hagan justicia al huérfano, amparen a la viuda”. “Vengan ahora y razonemos” (Isaías 1:17-18(a))
El ángel dijo: “Él será para ti un motivo de gozo y de alegría y muchos se alegrarán de su nacimiento” (Lucas 1:14)
Un Tiempo de Espera, activa.
¿Y si en este tiempo vamos por el camino de la empatía?
¿Desde ese Dios de la Vida que amamos y sabemos que es empático?
¿Desde ese Dios que no quiere sustituirnos, sino que nos motiva a saber escuchar a mi prójima y hacer algo bueno como lo hicieron una vez por nosotras?
¿Desde ese Dios que busca continuamente la liberación de las personas para una verdadera humanización?
Expresar que vivimos tiempos difíciles quizás sea redundante para muchas, pero no podemos negar que nuestros tiempos, en Argentina y el mundo, están ligados a mensajes, publicidades, imágenes, discursos de odio, violencia, guerras, miedos…
Nosotras que decimos que somos gestoras de vida, de proyectos, de iniciativas con el único fin de reproducir esperanza en todas las personas a quienes se les ha mermado su dignidad y el normal desarrollo humano, en estos últimos días de 2024, tomemos la iniciativa.
Primero, tenemos que sentirnos convocadas a nosotras mismas, luego estimular a nuestra familia y después a otras compañeras que deseen unirse a este sentimiento.
Segundo que no es un tiempo cualquiera, no es un marketing comercial, turístico… y no tengo ninguna negación a estas cosas; yo también compro regalos, viajo, pero este tiempo es otra cosa, tiene un valor que nada es comparable.
Es un tiempo de Alguien que tiene que llegar, no es un alguien que nos habla lejano como la teología clásica. Ese Alguien es quien se duele con el sufrimiento de su creación, que no es indiferente a la injusticia, la opresión y el dolor. Ese Alguien salió de su lugar para traer libertad, Salvación, Paz, Amor, identificación con lo humano.
Por todo esto somos nosotras las que tenemos que preparar un tiempo, y darnos cuenta que hay una realidad, no para vivir en el mes de diciembre, una vez al año, sino siempre.
Por ello, nuestra fe tiene que ser certera porque ya sabemos que Jesús nació y que no quedó en un pesebre sino que cada día es un presente contínuo, obrando en la historia de nuestra vida personal, colectiva, de nación y de todo el mundo. Dios siempre está ahí!
En este tiempo de Adviento…
Un Adviento que acuda a los lugares donde la vida es penosa, triste, desahuciada…
Un Adviento que motive a tener fe aunque haya momentos de larga espera, muy desconocidos, como tuvo que transitar María.
Un Adviento que busque a aquellos/as con quienes puedan adherir la fe que mueve montañas, como lo hizo María en el encuentro con su prima Elisabeth y otras mujeres que seguramente estaban ahí…
Un Adviento que invite a sacar a la luz lo que por años venimos atesorando con enseñanzas bíblicas, formaciones teológicas, seminarios, prédicas, cursos, talleres, esto que es muy importante “no sirve” si no las usamos como herramientas para abrir caminos de paz, para terminar con rencores, divisiones, falta de perdón desde la falla de nuestras personalidades y no desde lo que Dios hace con nosotras.
Un Adviento que sirva para comprender mejor la realidad de nuestros contextos y las nuevas demandas culturales, sociales, humanas porque si no respondemos con claridad y amor, desde la enseñanza y vida de Jesús, nos ponemos del lado de la injusticia-opresión por estar plantados en un fundamentalismo que tanto daño hace por no tener la interpretación correcta de la Palabra de Dios.
Un Adviento que no naturalice los abusos en la niñez; los feminicidios, la orfandad de los hijos/as que quedan sin sus madres, el abandono a los adultos/as mayores.
Un Adviento como un tiempo de agradecer el país que vivimos sin olvidar la defensa de nuestra democracia, para que la misma satisfaga una vida justa para todos los ciudadanos/as.
Un Adviento de renovación, de alegría, de canto, de aire fresco, de celebraciones litúrgicas colectivas, ecuménicas. A todas nos gusta defender nuestras comunidades de fe, pero jamás amparar lugares rígidos, cerrados donde nunca se cambian mandatos, formatos, modelos de años, no, sino contribuyamos para que sean espacios de liberación donde las inequidades de la vida, una vez que reflexionamos en conjunto la Palabra de Dios, se disipan, no el problema, pero sí la forma de encararlos.
Un Adviento que no deje de memorar a todas las mujeres de la historia, las invisibilizadas, a las que hemos conocido por lecturas, por estudiarlas, o si son contemporáneas, por encuentros con ellas; si sus experiencias han sido valiosas, no las ocultemos (no le hagamos el juego al patriarcado).
Un Adviento de actitudes solidarias, esperanzadoras, que posean luminosidad.
¿Cómo vamos a celebrar el nacimiento de Jesús sin coherencia?
Es un llamado a despertar, a encender las velas, a estar preparadas.
Como dijera alguien…
Vayamos por la distancia más corta, por el círculo más cercano. ¡Vayamos!
Dios se basta a sí mismo pero
ha preferido estar con su creación
y por ello nos envió a Jesús
y EL se “abajó”, se hizo carne.
El Adviento es El!
La autora es Pastora Jubilada-Emérita