Prohibición de uso de velo islámico. ¿Laicidad o islamofobia de género?
Manifestaciones en Mumbai: protestas contra el derecho a portar velo en la escuela – Reuters
El Tribunal Supremo de la India, llamado a pronunciarse urgentemente, ha confirmado la decisión adoptada por el Tribunal Superior del Estado sureño de Karnataka de aplazar hasta el 14 de febrero el examen de la decisión del gobierno local de prohibir el uso del pañuelo islámico (hijab) en las escuelas. Esta iniciativa está provocando la abstención de las clases de las estudiantes musulmanas en Karnataka, pero también una protesta que se está extendiendo a muchas zonas del país, como el territorio de Delhi y las ciudades de Mumbai y Calcuta. También hay reacciones en el vecino Pakistán musulmán.
La ganadora del Premio Nobel Malala Yousufzai, de nacionalidad pakistaní y residente en el extranjero, condenó la prohibición, motivada oficialmente por “el deseo de promover la secularización de la educación”, pero que musulmanes (y otros) consideran políticamente motivada porque daría la bienvenida a la propaganda pro-hindú de los partidos que -empezando por el partido gubernamental nacional, el Bharatiya Janata Party- apoyan la identidad hindú de la India, en un momento en que el país se enfrenta a importantes elecciones.
Por Maryam Camejo, Cuba-
Siguen las noticias y los debates sobre la prohibición de usar el velo a las estudiantes musulmanas en la India. Comparto esta reflexión aquí en aras de arrojar un poco de luz para abordar este tema desde la comunicación y la inclusión.
Quizá sería más preciso decir que agregan una prenda al uniforme al usar el hijab. Sin embargo, el asunto aquí es más profundo. Se trata del modelo de sociedad por el que abogas. Los colegios y el Estado pueden ser laicos, ahora, la laicidad puede entenderse como laicidad negativa o positiva.
Laicidad negativa la tienes en Francia, por ejemplo, donde se puede practicar cualquier religión pero no quieren mujeres con hijab en lugares públicos, trabajando. Laicidad positiva es cuando efectivamente entiendes que todos tienen derecho a practicar su religión y la práctica se construye desde la inclusión y/o diversidad y pluralidad que existe en dicha sociedad.
Desde ese punto de vista, si una mujer musulmana entiende que el hijab es obligatorio para ella religiosamente y quitárselo es como si a ti te dijeran que te quites la blusa, entonces debes permitirle ir así. Lo mismo que si un cristiano se ponga un crucifijo, o un hindú lleve turbante. Ejemplo de esto lo tienes ahora mismo en Cuba, donde en las escuelas de medicina se les ha pedido a las musulmanas que usen el hijab del color del uniforme.
Ahora, decretar leyes y normas que obligan a las musulmanas a quitarse el velo para estudiar, en un país donde hay tantas tantas musulmanas, es una norma creada intencionadamente para impedir su libre desarrollo no solo educacional y profesional sino también (y sobre todo) psicológico.
Muchos estudios existen ya sobre la construcción de modelos de sociedades inclusivos y en lo referido a mujeres musulmanas coinciden que ir contra el hijab es una manifestación clarísima de islamofobia de género.
Sugiero que los busques, porque ayudarán a comprender que en este mundo existimos muchos y todos tenemos derecho a desarrollarnos libremente siempre que esa libertad no violente a otros. Así que te llamo a la reflexión.
Jornada Mundial de Oración: “La fuerza del cuidado: mujeres, economía y trata de personas’
Una Jornada Mundial de oración y reflexión se celebra este 8 de febrero, con el lema “La fuerza del cuidado: mujeres, economía y trata de personas’. Se reflexiona sobre la problemática de explotación que viven particularmente las mujeres.
Las Unions de superiores y superioras generales de los institutos religiosos han organizado la Jornada de oración y reflexión la trata de personas, que se puede seguir on line aquí:
https://preghieracontrotratta.org/?lang=es
Josefina, símbolo de emancipación
La festividad de Josefina Bakhita se celebra cada 8 de febrero. Esta fiesta fue instituida por el papa Francisco para la Jornada Internacional de oración y reflexión contra la trata.
La santa fue secuestrada cuando era una niña, y años más tarde vendida en distintas ocasiones. Tuvo una fuerte vivencia de esclavitud, hasta tal punto que olvidó su nombre. Sin embargo, ella eligió el nombre de Bakhita, que significa, en árabe, afortunada.
No se conocen datos exactos sobre su vida, se dice que podría ser del pueblo de Olgossa en Darfur, y que 1869 podría ser el año de su nacimiento. Creció junto con sus padres, tres hermanos y dos hermanas, una de ellas su gemela.
La captura de su hermana por unos negreros que llegaron al pueblo de Olgossa, marcó mucho en el resto de la vida de Bakhita, tanto así que más adelante en su biografía escribiría: “Recuerdo cuánto lloró mamá y cuánto lloramos todos”.
En su biografía Bakhita cuenta su propia experiencia al encontrarse con los buscadores de esclavos. “Cuando aproximadamente tenía nueve años, paseaba con una amiga por el campo y vimos de pronto aparecer a dos extranjeros, de los cuales uno le dijo a mi amiga: ‘Deja a la niña pequeña ir al bosque a buscarme alguna fruta. Mientras, tú puedes continuar tu camino, te alcanzaremos dentro de poco’. El objetivo de ellos era capturarme, por lo que tenían que alejar a mi amiga para que no pudiera dar la alarma.
Sin sospechar nada obedecí, como siempre hacia. Cuando estaba en el bosque, me percate que las dos personas estaban detrás de mí, y fue cuando uno de ellos me agarró fuertemente y el otro sacó un cuchillo con el cual me amenazó diciéndome: ‘Si gritas, morirás! Síguenos!'”.
Los mismos secuestradores fueron quienes le pusieron Bakhita al ver su especial carisma.
En esclavitud
Luego de ser capturada, Bakhita fue llevada a la ciudad de El Obeid, donde fue vendida a cinco distintos amos en el mercado de esclavos.
Nunca consiguió escapar, a pesar de intentarlo varias veces. Con quien más sufrió de humillaciones y torturas fue con su cuarto amo, cuando tenía más o menos 13 años. Fue tatuada, le realizaron 114 incisiones y para evitar infecciones le colocaron sal durante un mes. “Sentía que iba a morir en cualquier momento, en especial cuando me colocaban la sal”, cuenta en su biografía.
El comerciante italiano Calixto Leganini compró a Bakhita por quinta vez en 1882, y fue así que por primera vez Bakhita era tratada bien.
“Esta vez fui realmente afortunada – escribe Bakhita – porque el nuevo patrón era un hombre bueno y me gustaba. No fui maltratada ni humillada, algo que me parecía completamente irreal, pudiendo llegar incluso a sentirme en paz y tranquilidad”.
En 1884 Leganini se vio en la obligación de dejar Jartum, tras la llegada de tropas Mahdis. Bakhita se negó a dejar a su amo, y consiguió viajar con él y su amigo Augusto Michieli, a Italia.
La esposa de Michieli los esperaba en Italia, y sabiendo la llegado de varios esclavos, exigió uno, dándosele a Bakhita. Con su nueva familia, Bakhita trabajo de niñera y amiga de Minnina, hija de los Michieli.
En 1888 cuando la familia Michieli compró un hotel en Suakin y se trasladaron para allá, Bakhita decidió quedarse en Italia.
La conversión a la religión
Bakhita y Minnina ingresaron al noviciado del Instituto de las Hermanas de la Caridad en Venecia, tras ser aconsejadas por las hermanas. Esta congregación fue fundada en 1808 con el nombre de Instituto de las Hermanas de la Caridad en Venecia, pero son más conocidas como Hermanas de Canossa.
Recién en el Instituto, Bakhita conoció al Dios de los cristianos y fue así como supo que “Dios había permanecido en su corazón” y le había dado fuerzas para poder soportar la esclavitud, “pero recién en ese momento sabía quién era”. Recibió el bautismo, primera comunión y confirmación al mismo tiempo, el 9 de enero de 1890, por el Cardenal de Venecia. En este momento, tomó el nombre cristiano de Josefina Margarita Afortunada.
“¡Aquí llego a convertirme en una de las hijas de Dios!”, fue lo que manifestó en el momento de ser bautizada, pues se dice que no sabía como expresar su gozo. Ella misma cuenta en su biografía que mientras estuvo en el Instituto conoció cada día más a Dios, “que me ha traído hasta aquí de esta extraña forma”.
La Señora de Michieli volvió de Sudán a llevarse a Bakhita y a su hija, pero con un gran coraje, Bakhita se negó a ir y prefirió quedarse con las Hermanas de Canossa. La esclavitud era ilegal en Italia, por lo que la señora de Michieli no pudo forzar a Bakhita, y es así que permaneció en el Instituto y su vocación la llevó a convertirse en una de las Hermanas de la Orden el 7 de diciembre de 1893, a los 38 años de edad.
Bakhita, la religiosa
Fue trasladada a Venecia en 1902, para trabajar limpiando, cocinando y cuidando a los más pobres. Nunca realizó milagros ni fenómenos sobrenaturales, pero obtuvo la reputación de ser santa. Siempre fue modesta y humilde, mantuvo una fe firme en su interior y cumplió siempre sus obligaciones diarias.
Algo que le costó demasiado trabajo fue escribir su autobiografía en 1910, la cual fue publicada en 1930. En 1929 se le ordena ir a Venecia a contar la historia de su vida. Luego de la publicación de sus memorias, se convirtió en un gran personaje, viajando por todo Italia dando conferencias y recolectando dinero para la orden.
La salud de Bakhita se fue debilitando hacia sus últimos años y tuvo que postrarse a una silla de ruedas, la cual no le impidió seguir viajando, aunque todo ese tiempo fue de dolor y enfermedad. Se dice que le decía la enfermera: “¡Por favor, desatadme las cadenas… es demasiado!”. Falleció el 8 de febrero de 1947 en Schio, siendo sus últimas palabras: “Madonna! Madonna!”
Miles de personas fueron a darle el último adiós, expresando así el respeto y admiración que sentían hacia ella. Fue velada por tres días, durante los cuales, cuenta la gente, sus articulaciones aún permanecían calientes y las madres cogían su mano para colocarla sobre la cabeza de sus hijos para que les otorgase la salvación. Su reputación como una santa se ha consolidado. Josefina ha sido recordada y respetada como Nostra Madre Moretta, en Schio.
De esclava a santa
Fue santificada por el pueblo, por lo que en 1959 la diócesis local comenzó las investigaciones para encontrarla venerable. Todo salió muy bien y fue así que el 1 de diciembre de 1978 fue declarada Venerable. Por tanto, el proceso para declararla santa empezó con gran auge y el 17 de mayo de 1992 fue beatificada por Juan Pablo II y se declaró día oficial de culto el 8 de febrero.
Fuentes: propias y ACIPrensa
WACC ofrece tres becas completas para comunicadoras/es, periodistas y publicistas de Argentina
La Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana (WACC) ofrece 3 becas completas para comunicadoras/es, periodistas y publicistas de Argentina para la cohorte 2022 del Diplomado de Comunicación, Género y Derechos Humanos dictado por Comunicar Igualdad. Se privilegiará a comunicadoras/es pertenecientes a comunidades de fe.
Los requisitos son:
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Ser ciudadana/o argentina/o.
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Dedicarse a la comunicación en el campo del periodismo, la publicidad, la comunicación institucional u organizacional o la docencia, o estar cursando los últimos años de una carrera vinculada a comunicación.
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Se privilegiará a comunicadoras/es pertenecientes a comunidades de fe.
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El criterio de selección de becaries será federal.
La fecha final para aplicar a las becas es el viernes 25 de febrero .
Hasta ese día pueden enviarse completos los formularios FICHA y CARTA a la casilla capacitacioncomig@gmail.com
Sobre el Diplomado:
El Diploma de Comunicación, Género y Derechos Humanos es una propuesta académica de la Asociación Civil Comunicación para la Igualdad, que cuenta con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y de la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) de la Organización de Estados Americanos (OEA)
Además de apoyar la Diplomatura CIM/OEA participa de la co-certificación junto a Comunicación para la Igualdad.
La formación fue declarada de interés por la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual de Argentina.
Tiene como objetivo principal: Contribuir para que la comunicación sea un espacio inclusivo y no sexista.