Manual de Cristianismo e LGBTI+ : E eu te darei as chaves do reino dos céus”
E eu te darei as chaves do reino dos céus”_* (Mateus 16, 19a) é o versículo que orientou a elaboração desta publicação. Que estas chaves abram portas que permitam ao ar circular. Que igrejas e comunidades de fé, de portas abertas, possam não só acolher, mas *celebrar as experiências LGBTI+*.
“Por isso este manual se apresenta como um molho de chaves: cada uma delas tem por objetivo destrancar as múltiplas portas desses tantos armários, criando saídas que permitam reconhecer e celebrar as individualidades, as diferenças e as singularidades de cada pessoa que se coloca nessa jornada em direção a uma vivência libertária do cristianismo. Saídas que permitam celebrar verdadeiramente a diversidade como a dádiva que é – expressão maior da Criatividade Divina”.
Você pode baixar *gratuitamente* em: https://drive.google.com/file/d/1-zxqrzB1Ptpb90w3BuYeqW4R4Vem3NPe/view
Las cruces de hoy: cuerpos, patriarcado y fundamentalismos
La Comunidad Teológica de México presentó su publicación semestral: OIKODOMEIN, REVISTA DE REFLEXIÓN TEOLÓGICA Y CAPACITACIÓN PASTORAL, de diciembre 2021. En este número el eje gira sobre las cruces de hoy: cuerpos, patriarcado y fundamentalismos.
El Comité Editorial de la Comunidad Teológica de México, en la presentación dice: Los textos de este número enuncian el coraje de hacer frente a las cruces impuestas de la vida, de vivir los cuerpos a placer, de caminar en disidencia en la búsqueda de la justicia y libertad, de la expresión del ser pese a las cargas duras que se imponen. Son una muestra de lo que representa tomar la causa del mensaje en la Divinidad: las consecuencias de la denuncia a los poderes opresivos y la importancia de tomar los espacios que nos corresponden en la vida, ¡la magnífica vida digna que se nos ha arrebatado a través de la historia! Disidencia, feministas, cuerpos, espacios, territorio, virilidad y placer, son palabras
clave de lo que encontrarán en los ensayos de este número en letras de escritores y escritoras imperdibles.
Para introducir en el tema se publica la conferencia de la teóloga brasileña Ivone Gebara, “El retroceso del pensamiento teológico progresista y el crecimiento del pensamiento conservador”, en la que la autora analiza los procesos hacia el conservadurismo en la Iglesia Católica Romana, desde una perspectiva feminista.
Hilda María Cristina Mazariegos Herrera presenta un avance de su investigación acerca de las disidencias sexo-genéricas en iglesias protestantes-evangélicas y cómo se manifiestan. La antropóloga mexicana se acerca a las mujeres que buscan caminos críticos a la normatividad de sus iglesias al partir de la experiencia de tres mujeres, a las que da nombres bíblicos para narrar sus historias: Magdalena, Dalila y Lilith.
Por otra parte, la teóloga brasileña Angelica Tostes, reflexiona sobre la teología eróticamente protestante desde la mirada de los movimientos corporales latinoamericanos. Nos invita a comprender las experiencias de los cuerpos y las sexualidades en el cristianismo y a resignificar las doctrinas. Revisando los trabajos de Marcella Althaus-Reid y Nancy Cardoso se propone teopoetizar un erotismo feminista de la Reforma protestante para trazar caminos hacia
una vivencia de la tradición protestante. Málenny Cruz Sánchez interroga a las iglesias sobre la posibilidad de construir una iglesia inclusiva, de abrirse a la posibilidad de ver a Dios multidiverso. Una confrontación a los fundamentalismos que pasan por alto el multifacetismo de Dios y su creación.
Se publican también dos documentos: “Sor Juana Inés de la Cruz, primera teóloga de América”, de la teóloga argentina Beatriz Melano, y “Sansón o la virilidad trágica”, de Jean-Daniel Macchi y Catherine Vialle. El número cierra con la sección de reseñas y comentarios a cargo de Luis Vázquez Buenfil y Jael de la Luz.
Con todo ello las autoras y los autores de este número 21 de Oikodomein aportan reflexiones desde distintas perspectivas que enriquecen el pensamiento teológico.
La revista puede bajarse libremente aquí: https://www.comunidadteologica.org.mx/Publicaciones
Cacerolazo y movilización en Uruguay “contra la cultura de la violación”
En Uruguay, una mujer de 30 años hizo una denuncia en la que asegura que fue abusada sexualmente por un grupo de hombres en la madrugada del pasado domingo en Montevideo. El caso ha acusado indignación y repudio en el país. Se prepara una movilización de repudio en todo el territorio nacional.
La mujer relató que, tras conocer a un hombre en un bar e ir a su apartamento para mantener relaciones sexuales consentidas el domingo por la noche, en la vivienda entraron otros dos hombres y entre los tres la violaron. Las pericias forenses constataron la violación, pero los tres detenidos se negaron a someterse a una prueba de ADN, por lo que hubo que recurrir a una autorización judicial para ello. La fiscal espera pedir prisión preventiva para los acusados, luego de que logre reunir las pruebas suficientes.
Esta denuncia de violación grupal ha generado cuestionamientos sobre cuánto hace Uruguay para proteger a las víctimas de delitos sexuales y castigar a los violadores.
La Red Uruguaya contra la Violencia Doméstica y Sexual, que agrupa a diversas organizaciones de la sociedad civil, reclamó el martes un “cambio cultural” para evitar hechos como el denunciado.
La Intersocial Feminista ha convocado para este viernes 28 una movilización en todo Uruguay “contra la cultura de la violación”, después del reciente caso del abuso grupal a una mujer, que aún está bajo investigación. “Movilización Nacional / Mujeres, Disidencias y Feministas Autoconvocadas / ¡Que arda! / Nos movilizamos contra la cultura de la violación”, reza el llamamiento del colectivo difundido este jueves en sus redes sociales para que las mujeres marchen este viernes en todo el territorio uruguayo.
Además, se recomienda que quienes no puedan desplazarse a las marchas participen desde casa con un “cacerolazo” y acompañan esta petición con el dibujo de un mapa de Uruguay de colores rojos y anaranjados y la leyenda “¡Hasta que arda!”.
En el pronunciamiento la Red dice:
El origen de la violencia de género Cuando afirmamos que en la violencia basada en género es la única en la cual se culpabiliza a la víctima, se nos tilda de exageradas. Lamentablemente, este doloroso e indignante hecho, de la violación en manada de una mujer en el barrio del Cordón en Montevideo, demuestra claramente la veracidad de nuestras afirmaciones. Se sostiene que las mujeres no deben salir solas, vestirse provocativamente y menos ejercer su derecho a la sexualidad concurriendo al domicilio de un varón que conocen recién. Lástima que a la inversa, en lugar de pretender que las mujeres sigan atadas a las tradiciones patriarcales, no se vea necesario cambiarlas: que lo varones no sean una amenaza para las mujeres y que respeten su derecho a una vida libre de violencia.
Se sostiene que la justicia “está flechada a favor de las mujeres”, si así fuera los “presuntos violadores” estarían esperando la prueba de ADN en la cárcel. Hace muchos años que venimos reclamando un cambio cultural que implica el cumplimiento de la Ley 19580: enseñar perspectiva de género y violencia basada en género en el sistema educativo, desde jardinera a la Universidad y, sensibilizar y capacitar en forma sistemática en el sistema de justicia.
Mientras este tema no sea realmente #emergencianacional, mientras sigamos educando “princesas” y “campeones”. Mientras “cuidemos” a las niñas y adolescentes y estemos “orgullosos/as” de las “hazañas sexuales de los varones”, perpetuando la cultura de la depredación varonil , las mujeres seguiremos siendo violadas y sin tener una adecuada respuesta institucional.
A comienzos del siglo XX, el país aprobó leyes pioneras sobre temas como el divorcio por sola voluntad de la mujer o el voto femenino. Y en la década pasada se volvió uno de los pocos países de la región en despenalizar el aborto voluntario, así como el primero del mundo en legalizar el mercado de marihuana.
Pese a eso, esta violación trae al debate el sistema cultural que sostiene el patriarcado, la cultura de la violación y las leyes y sistemas judiciales que quedan inactivas ante tanta violencia. “Hace muchos años que venimos reclamando un cambio cultural que implica el cumplimiento de la Ley 19580: enseñar perspectiva de género y violencia basada en género en el sistema educativo, desde jardinera a la Universidad y, sensibilizar y capacitar en forma sistemática en el sistema de justicia”, afirman las mujeres de la Red.
TE INVITAMOS A LEER SOBRE CULTURA DE LA VIOLACIÓN EN CLAVE TEOLÓGICA EN NUESTRA BIBLIOTECA:
Crimen de Honor, guerra y religión.Memorias de mujeres violadas
Sacrificio del cuerpo femenino en la biblia hebrea
Violencia sexual y desplazamiento a la luz del libro de Jueces
La educación es un Derecho que debe ser protegido comunitariamente
La educación es un derecho humano, un bien público y una responsabilidad colectiva.
La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 24 de enero Día Internacional de la Educación, en celebración del papel que la educación desempeña en la paz y el desarrollo.
Sin una educación de calidad, inclusiva y equitativa para todos y de oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida, los países no lograrán alcanzar la igualdad de género ni romper el ciclo de pobreza que deja rezagados a millones de niños, niñas, jóvenes y personas adultas.
En la actualidad, 262 millones de niños, niñas y jóvenes siguen sin estar escolarizados, más de la mitad de los cuales son niñas.
617 millones de niñex y adolescentes no pueden leer ni manejan los rudimentos del cálculo; menos del 40 por ciento de las niñas del África Subsahariana completan los estudios de secundaria baja y unos 4 millones de niños, niñas y jóvenes refugiados no pueden asistir a la escuela. El derecho a la educación de estas personas se ve afectado y eso es inaceptable.
En los últimos años, el número de niñas sin escolarizar se ha reducido considerablemente: en la actualidad, casi nueve de cada diez niñas van al colegio durante la etapa de educación primaria, según datos mundiales de la Unesco.
La situación empeora cuando las niñas crecen. En algunas culturas, cuando entran en la adolescencia se considera que ya son los suficientemente mayores para trabajar o incluso para casarse y se ven obligadas a dejar sus estudios.
Este panorama de desventaja se invierte en la educación superior. Las estadísticas demuestran que, en la gran mayoría de países, hay más chicas que chicos que acceden a estudios universitarios.
Sin embargo, las tendencias mundiales también confirman una creencia muy extendida: las carreras de letras son para chicas y las de números, para chicos.
Según datos de la Unesco, dos de cada tres estudiantes de carreras relacionadas con la educación son mujeres. Por otro lado, los chicos siguen acaparando la mayoría de estudios en el ámbito de las ciencias, la ingeniería y la construcción. Aún quedan muchas barreras y estereotipos por romper.
Las mujeres representan solo un 28% de las personas investigadoras en todo el mundo. Y no solo eso, sino que la mayoría de mujeres científicas trabajan en el sector público, mientras que los investigadores hombres copan el sector privado, que es donde se ofrecen mejores oportunidades laborales y salarios.
Para este año, Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, con motivo del Día Internacional de la Educación. dijo: “En esta época excepcional, no podemos seguir haciendo lo mismo de siempre. Si queremos transformar el futuro, si queremos cambiar el rumbo, debemos repensar la educación. Se trata de forjar un nuevo contrato social para la educación, como se pide en el informe de la UNESCO sobre los Futuros de la educación, publicado el pasado mes de noviembre. Tenemos que reparar las injusticias del pasado y orientar la transformación digital hacia la inclusión y la equidad. Y necesitamos que la educación contribuya plenamente al desarrollo sostenible, por ejemplo, integrando la educación ambiental en todos los planes de estudios y formando a los docentes en este ámbito.” –
Fuentes: Unesco, Unicef y La Vanguardia
Desastre ambiental en Perú: Exigen contener la expansión y atender a personas y ecosistemas afectados
A días del derrame (el 15 de enero) de más de 6 mil barriles de petróleo en la playa Bahía Blanca, en Ventanilla como consecuencia de las operaciones de la subsidiaria Repsol, en la refinería La Pampilla S.A.A., la contaminación ambiental se sigue expandiendo en el litoral peruano afectando especies marino-costeras de 20 playas de los distritos de Ventanilla, Santa Rosa, Ancón y Chancay. La empresa niega su responsabilidad ante las acusaciones del Gobierno de Castillo. Frente a esta situación instituciones, plataformas y organizaciones de sociedad civil dieron a conocer un Pronunciamiento al que se sumaron organizaciones vinculadas a las comunidades de fe: Red Iglesias y Minería, Red Uniendo Manos contra la Pobreza, Asociación Paz y Esperanza, Colectivo Evangélico Defensores de la Creación y Renovemos Nuestro Mundo.
El Pronunciamiento completo aquí:
A días del derrame de más de 6 mil barriles de petróleo en la playa Bahía Blanca, en Ventanilla como consecuencia de las operaciones de la subsidiaria Repsol, en la refinería La Pampilla S.A.A., la contaminación ambiental se sigue expandiendo en el litoral peruano afectando especies marino-costeras de 20 playas de los distritos de Ventanilla, Santa Rosa, Ancón y Chancay, con el riesgo inminente de extenderse hacia el norte, además de impactar dos áreas naturales protegidas (Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras, Islotes de Pescadores y la Zona Reservada Ancón) y la vida, salud, seguridad alimentaria y economía de centenas de familias que se dedicaban a actividades como la pesca, turismo y comercio en las zonas afectadas.
1. RESPONSABILIDAD DE REPSOL. Exigimos a la empresa y a su matriz que asuma su responsabilidad directa por este desastre ambiental, contenga y controle el avance del petróleo con una respuesta rápida y oportuna, con materiales y tecnología pertinentes. Asumiendo sus responsabilidades indicadas en su Plan de Contingencia. En cumplimiento del principio de debida diligencia, debe desplegar toda acción necesaria e idónea para controlar el derrame, asegurando la protección del ambiente y de todas las formas de vida. Asimismo, debe remediar los daños que ha ocasionado a los ecosistemas garantizando su restauración, y compensaciones justas e inmediatas a las y los pescadores artesanales y familias afectadas.
2. RESPONSABILIDAD DEL ESTADO La refinería La Pampilla debe ser cerrada preventivamente hasta que se aseguren las condiciones de seguridad para su funcionamiento, garantizando su equipamiento para contextos de desastre natural, estación de rescate de animales, barreras flotantes, entre otras. Demandamos al Estado que establezca acciones para detener la propagación de la contaminación como convocar a expertos internacionales que tengan experiencia en el manejo de este tipo de situaciones. Estas acciones deben ser lideradas por la Autoridad Marítima Nacional, según sus competencias. Es importante que la Comisión de Crisis incluya también a: representantes de gobiernos subnacionales de la zona impactada, asociaciones de pescadores, personas afectadas y representantes de la sociedad civil con expertiz en estos temas. Además, la Fiscalía en Materia Ambiental de Ventanilla, debe desarrollar de manera diligente las investigaciones para determinar la responsabilidad de este crimen ambiental.
3. SALUD HUMANA. La empresa Repsol y el Estado deben garantizar equipos de protección adecuados para todas las personas que participan en tareas de limpieza, a fin de prevenir daños graves e irreversibles en su salud. De manera URGENTE se requiere estrategias y acciones inmediatas de atención en salud de la población de la zona afectada por el derrame de petróleo, especialmente de niños, niñas y mujeres gestantes y personas en situación de vulnerabilidad, que se encuentran expuestas al hidrocarburo y que podría evidenciar efectos negativos en su salud a mediano y largo plazo. Para ello se requiere que el Ministerio de Salud active e implemente un estrategia de atención de salud en el marco del Plan Especial Multisectorial para la Intervención Integral a favor de la Población Expuesta a Metales Pesados, Metaloides y otras sustancias químicas tóxicas, garantizando el presupuesto necesario.
4. INSTITUCIONALIDAD AMBIENTAL. El desastre en Ventanilla viene evidenciado la debilidad institucional del Estado para atender estas emergencias que en los últimos años se han vuelto comunes en el país en la Amazonía y en la Costa Norte del Perú. Urge fortalecer la capacidad evaluadora, fiscalizadora y sancionadora del Estado, que recae en el OEFA; y la respuesta de los distintos sectores del Estado frente a emergencias ambientales. Además, es necesario acortar los plazos de remediación actualmente vigentes y resolver los vacíos legales que permiten la evasión de responsabilidades de las empresas ante desastres ecológicos y delitos ambientales como el ocurrido en La Pampilla.
5. CIUDADANÍA. Instamos a la ciudadanía a seguir vigilantes ante este caso, haciendo presión para que la empresa se responsabilice y el Estado cumpla con sus funciones de garantizar la seguridad de la población afectada. Urge movilizarnos por el fortalecimiento de la institucionalidad ambiental y porque se promueva la protección de los ecosistemas frente a estos desastres ambientales. Las muestras de solidaridad y movilización son necesarias, siempre con información, responsabilidad y cuidando nuestra salud.
Fuente: ALC Noticias
Un ex sacerdote cuenta su historia: “La Iglesia es un mundo lleno de gays que condena la homosexualidad”
Imagen: Carlos Lebrato
El exsacerdote uruguayo Julio Boffano da cuenta en su libro Conocerme me hizo libre de su periplo como gay dentro de la Iglesia Católica, desde Montevideo hasta el núcleo más alto del poder en Roma. El doble discurso y los abusos sexuales a niños y niñas son algunos de los temas de su libro.
Por Adrián Melo-
Julio César Boffano apenas había salido de la adolescencia cuando decidió convertirse en seminarista y luego sacerdote jesuita. Su libro autobiográfico Conocerme me hizo libre (Planeta Uruguay) que es best-seller en Uruguay -lanzado en septiembre ya va por la tercera edición- puede leerse como un Bildungsroman, la novela de educación de un joven que quiere abrazar el sacerdocio cristiano y en el camino asume que es gay. Y al mismo tiempo descubre que la institución de su vocación “ha sido históricamente un lugar de refugio para gays y lesbianas”.
Según afirma el autor, mientras la prédica religiosa hegemónica condenaba a la homosexualidad, los muchachos vivían en comunidades exclusivamente de varones -y las muchachas con muchachas- escapando de la presión social y familiar y sin tener que dar explicaciones a su círculo íntimo respecto de por qué no se casaban o no tenían novia/o. Pero a la vez, Boffano denuncia el lado más oscuro de la institución religiosa: el abuso sexual por parte de sacerdotes a niñas, niños y adolescentes que el autor reconoce como una práctica sistemática que la Iglesia se empecina en “esconder bajo la alfombra”.
Roma, “el centro católico del mundo gay”
Nacido en la pequeña localidad de Paysandú, el autor pasó unos años en Montevideo hasta que en calidad de religioso jesuita decidió ir a Roma, ciudad a la que describe como “el centro católico del mundo gay”. “La prostitución masculina se mantiene en Italia gracias a la curia”, afirma en su libro. “En los alrededores de la estación central de trenes de Roma, curas, obispos y cardenales del Vaticano van a contratar trabajadores sexuales, muchas veces jóvenes inmigrantes indocumentados llegados de África o América que tienen sexo por unos euros. En algunos casos van a los apartamentos particulares. Cuando el cura te presenta a los sobrinos… Tienen un montón de sobrinos; cuando eso sucede, desconfía”.
Instalado en el Colegio de la Chiesa de Jesús, la iglesia principal de la Orden Jesuita en Italia y en el mundo, Boffano convivió con compañeros de diversas nacionalidades. “Pensé que no había jesuitas gays y resulta que estaba lleno. En la Iglesia se refieren a ellos como “los que cantan en el coro” o “los de la parroquia”.
¿Cuál fue tu objetivo al publicar el libro?
-Mi objetivo no era ser escandaloso. A nivel personal era terapéutico y a nivel social puede funcionar como ayuda a mucha gente con vivencias similares. En el libro narro mi proceso personal de asumirme gay dentro de una institución que condena la homosexualidad y también de asumirme como sobreviviente de un abuso sexual en mi niñez. Entonces, los dos objetivos fundamentales fueron destapar las hipocresías en general y en particular el tema de los abusos sexuales de parte de miembros de la Iglesia católica que, en Uruguay y en Argentina, aún no ha saltado. En Argentina hay solamente 60 o 70 curas denunciados, lo cual es insólito.
¿Cuáles son las dificultades de ser sacerdote y salir del clóset?
-Es muy difícil ser un homosexual asumido dentro de la Iglesia. Esta afirmación puede parecer engañosa, pero es verdad. Por un lado, uno está en un mundo cerrado, lleno de hombres y lleno de gays, y al mismo tiempo es parte de una institución que condena la homosexualidad como un sentimiento y una práctica aberrante. Más a la práctica que al sentimiento, pero, en definitiva, a los dos. Existe en la Iglesia el Código Maritain. Es la “amistad amorosa”. Un amor de hombre a hombre que no incluye el amor carnal ni la atracción sexual; esta se sublima en un amor casto hacia las virtudes del ser amado. En un momento, aún en Montevideo, yo me dije: tengo que contárselo a un cura formado porque esto que estoy sintiendo es un problema. Elegí a un cura que me inspiraba confianza, desde mi vulnerabilidad. “Me parece que soy homosexual”, le dije y el cura me contesta: “Yo soy gay y estoy orgulloso de serlo”, y me dio un beso en la boca. Y enseguida me dijo ”¿Querés hacer el amor conmigo?”. A mí, eso me apabulló. No solo es incorrecto, es un abuso de autoridad.
¿Y qué pasó al llegar a Roma?
-Llegar a Roma fue como llegar a la capital del desbunde y el desborde erótico, a la vez tuve encuentros y desencuentros con mi conciencia. En Montevideo, antes de viajar, un compañero jesuita, que tenía más clara mi homosexualidad que yo mismo, me dijo: “Cuando llegues a Roma, comprá en cualquier kiosco una guía gay, y vas a aprender a moverte en la ciudad”. Yo no sabía nada de esto, no sabía que iba cruzarme con compañeros jesuitas y otros religiosos en saunas y orgías.
¿Cómo conciliaste durante ese tiempo lo que llamás el desborde sexual gay y ser cura?
-Yo voy contando en mi libro con algo de ingenuidad, cómo era ser elegido de Dios, que es lo propio de la vocación sacerdotal, y a la vez sentir deseos y emociones que la institución te dice que son pecado. Entonces hacés el camino de preguntarte “¿Dios se equivocó?” a “lo que estoy sintiendo no está tan mal”. Lamentablemente en Roma, lo importante era que si tenía sexo no me descubrieran. Pero los problemas con mi conciencia apuntaban a no normalizar las hipocresías.
El pecado de Sodoma
Salvo en el Levítico no hay condena explícita a la homosexualidad en la Biblia. Y hay descripción de grandes amores -David y Jonatan, Rut y Noemí-. ¿Te apoyaste en exégesis?
-En tiempos bíblicos no existía el concepto de homosexualidad y tenían relaciones muy libres. Lo del pecado de Sodoma en realidad hace referencia al pecado de no hospitalidad y no tiene nada que ver con la homosexualidad como fue dicho siglos después en una errónea interpretación. “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, dice la Biblia y mi interpretación de ese lema me cambió la vida. Yo intentaba reflexionar sobre estas cuestiones y sobre el celibato en diferentes ámbitos como los estudios de teología en la Pontificia Universidad Gregoriana. También me aproximé a la teología de la liberación y a la teología queer. ¿Y si Dios fuera mujer o gay?
En el libro escribís que particularmente Juan Pablo II y Benedicto estaban rodeados de gays. ¿Cómo convive eso con una prédica homofóbica?
-Lo importante es no decirlo, que no se sepa, no i
mporta con quién te acostás, me dijo un superior, lo importante es que no se sepa. En el caso gay: que no seas un militante de eso es lo más importante, además de no decirlo explícitamente. En todo caso es un pecado y un pecado se perdona y se sigue adelante.
¿Podías ayudar miembros de la comunidad LGTBIQ desde tu rol de sacerdote?
-Sí, muchísimas veces. Uno de los problemas fue mi estilo de confesor. Cuando me decían “Soy gay, Padre“, yo les respondía “¿Y cuál es el pecado?“. Lo importante era hacer reflexionar si se hacía mal a otra persona o a sí mismo. Después de eso se empezaba a correr la bola: el sacerdote que confiesa los jueves es más abierto. Las autoridades me dijeron que tenía que ser más ortodoxo. Yo decía que siempre apelaba al Evangelio, jugaba en el límite. Intenté liberar de la culpa a gays y lesbianas y transmitir ese amor de Dios por la diferencia.
¿Qué te decidió a dejar de ser sacerdote?
-Yo quería: una vida sin hipocresías ni relaciones sexuales a escondidas. Que yo no tuviera que ocultar ser gay, porque es parte de mi identidad y Dios me hizo así. Además, con más de treinta años y estando en Roma comencé a recordar que había sido víctima de abuso sexual en la niñez. Hubo un momento en que yo no podía formar parte de una institución que frente a delitos sexuales cometidos contra niños y niñas niega, minimiza, victimiza. Tampoco quería terminar como el cardenal que describo en el libro que, estando desnudo conmigo en la cama, se burla de las creencias religiosas. Yo sigo siendo creyente y no fue fácil dejar.
¿Qué era In-ternos?
-Fue un intento de reivindicar un modo diferente de ser cura. Éramos un grupo de sacerdotes gay que nos reuníamos a reflexionar sobre el celibato y la castidad entre varones. Hay miedo de hablar del celibato en la homosexualidad porque lo natural en la iglesia es la heterosexualidad. El celibato no es solo la renuncia a la mujer. ¿Qué pasa con los que somos gays? De eso no se habla. Reflexionábamos sobre estas cosas para tratar de ser mejores en nuestra profesión. Desde diferentes posiciones yo critico tanto el celibato y la castidad como la confesión.
¿Qué aspectos criticás de la confesión?
-La confesión tiene sus trampas. Castigan más a un cura que haga público o quiera denunciar un delito que le hayan dicho en marco del sacramento de la confesión, que a un abusador. El sacramento te prohíbe que develes lo confesado, lo cual es una encerrona. A la víctima la manda a rezar, a olvidar.
¿Por qué sostenés que la ICAR (Iglesia Católica, Apostólica y Romana) se convirtió en lugar sistemático para cometer abusos sexuales contra menores?
-Porque la práctica es negar, ocultar o hacer pasar como que fueron excepciones. La práctica es trasladar al cura abusador de un lugar al otro y sabemos que los abusos no son lapsus. El abusador sigue dejando víctimas allí donde es trasladado. Hay una concepción de que el abuso no es delito sino un pecado o una enfermedad. El cuerpo es lo negativo, lo que hay que salvar es el alma. Por eso los curas son trasladados de un lugar a otro. Hay que salvar el alma y el cuerpo no es sometido a la justicia civil y penal. De hecho, los abusadores en la Iglesia se sienten exculpados porque se convencen a sí mismos de que no están rompiendo el celibato al tener sexo con varones, aunque se trate de niños.
¿Qué factores intervienen y favorecen el abuso por parte de religiosos consagrados?
-El abuso se comete en una posición de poder y confianza que ejerce quien tiene ese poder sobre el menor. Un cura o es un pastor actúa en calidad de representante de Dios con lo cual la conducta de abusador es doblemente perversa. Como espejo ético, el cura traiciona a esa comunidad que representa. A través del liderazgo conferido impone sobre la comunidad el silencio, dañando a las víctimas para mantener la institución y su imagen idealizada. Ese negar y silenciar son las únicas maneras que suelen encontrar no solo las jerarquías sino también muchos de la comunidad de creyentes para recomponer esa autoestima colectiva, esa honestidad de la que carecen. Entonces se forman dos bloques irreconciliables: los que creen y los que no creen a ultranza por más que les muestren la foto. Por eso, yo digo, formemos el tercer bloque, el de las víctimas y los sobrevivientes. Lo más común es que la víctima lo calle, que la familia no le crea. Dejar de negar es empezar el proceso para convertirse en sobreviviente.
¿Por qué crees la persistencia de la Iglesia en negar lo sistemático de los abusos?
-Entiendo que en toda organización hay una resistencia importante cuando alguien la enfrenta con estas verdades en la cara. Te sentís ofendido, son temas con los que no sabés cómo lidiar. Lo más simple y cobarde es negarlo, decir que se trata de una conspiración. Recomiendo No se lo digas a nadie, un documental polaco sobre el abuso sexual de la Iglesia católica en Polonia. Hay un momento en que los obispos declaran que todo es mentira y lo plantean como una conspiración contra la ICAR. Supongamos que fuera una conspiración, ¿no debería investigarse igual desde el punto de vista organizacional? Te piden encubrir por un concepto erróneo de imagen institucional, y lo que más les ha preocupado no son las víctimas, son las arcas y los millones que han costado y seguirán costando las denuncias, porque esto sigue pasando. Como multinacional de la fe, importa más mantener los recursos laborales cada vez más escasos, el prestigio de la institución y de algunas personas que la representan que las víctimas y sobrevivientes.
Sodoma, la investigación del mundo del Vaticano del sociólogo Frédéric Martel, está muy citada en tu libro. ¿Coincidís con su hipótesis de que el secreto y la represión de toda sexualidad hace que se silencien también los abusos sexuales?
–El libro de Martel me sirvió mucho. Él le daba un marco más de investigación y yo narraba una experiencia personal. En efecto, el silencio funciona como amenaza. Yo tuve contacto y sexo con cardenales y obispos y sé que algún abusador les llegó a decir “si vos me jodés con esto, yo tengo pruebas que vos sos homosexual”. Tiene que ver con una institución que silencia y niega todo tipo de sexualidad. En definitiva, si se puede reconocer un vínculo entre abuso y la homosexualidad en el seno de la institución, es éste. Toda esa maraña de silencios, protecciones e influencias que hay dentro de la iglesia y que oculta todos los vínculos amorosos y sexuales colaboran y permiten el manto de silencio sobre los abusos y también sobre la pedofilia. Porque tenemos doble vida, porque se calla, porque hay relaciones de poder y de chantaje. Yo me callo y todos lo hacemos. Nadie “levanta la perdiz” porque no sabemos dónde puede terminar el escándalo.
Actualmente sos concejal en un distrito de Montevideo. ¿Te definís como un activista gay? ¿Proponés políticas específicas al respecto?
-Sí. Mi incursión en la política es
parte de mi intento por hacer cosas por los demás, por mantener mi vocación de servicio que me viene del sacerdocio. La cantidad de gente que me contacta después de lo del libro es impresionante. Es una cuestión aparte el hecho de ser un niño varón y violado en una sociedad patriarcal y machista, los efectos que produce sobre la subjetividad, las relaciones y la intimidad. La idea es crear una fundación para poder acompañar el proceso de víctimas a sobreviviente. Sea por abusos de curas, entrenadores deportivos, tíos o por quien sea.
Publicado en Las 12
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Construído em muitas mãos
Um trabalho bem feito como esse só foi possível graças à dedicação da equipe do Empodere Sua Irmã, e o apoio do Serviço Anglicano de Diaconia e Desenvolvimento (SADD); da União de Mulheres Episcopais Anglicanas do Brasil (UMEAB); da casa de acolhimento de mulheres em situação de violência, Noeli dos Santos, e da Casa A+.
CAREF y su trabajo de apoyo a mujeres migrantes
Un día como hoy, a Marcelina Meneses la tiraron del tren junto con su bebé, al grito de “boliviana de mierda”. Madre e hijo murieron en el acto. A raíz de este hecho, y gracias a la lucha de su familia, cada 10 de enero se conmemora el #DíaDeLasMujeresMigrantes. Así lo recuerda la Comisión Argentina para Refugiados y Migrantes-CAREF, una organización Basada en Fe.
Más de 20 años después de aquel crimen, las situaciones de discriminación basadas en la nacionalidad o el color de piel, siguen siendo recurrentes en nuestro país. Por eso insistimos en que ser mujer (cis o trans) migrante debe dejar de ser un factor de riesgo en la vida de las mujeres.
Este 10 de enero queremos visibilizar las estrategias de lucha y organización que migrantes y refugiadas despliegan históricamente en distintos puntos de la Argentina, para transformar sus vidas y la de sus comunidades.
Estos son fragmentos de la revista “Las que fuimos, las que somos. Relatos de vidas en movimiento”, elaborada por CAREF en el marco del Proyecto Cerrando Brechas II. Junto con la periodista Cecilia González donde cuentan 10 historias que expresan todo lo que se pone en juego cuando una decide migrar.
Acerca de Caref
Es una asociación civil sin fines de lucro que trabaja por los derechos de las personas migrantes, refugiadas y solicitantes de asilo desde 1973.
Promueven los derechos humanos de las personas migrantes, refugiadas y solicitantes de asilo a través de la construcción de prácticas y normas que favorezcan su integración en condiciones de justicia e igualdad.
La Comisión Argentina para Refugiados y Migrantes está compuesta por cinco iglesias: Evangélica Discípulos de Cristo, Evangélica del Río de la Plata, Evangélica Metodista Argentina, Evangélica Valdense del Río de la Plata y Evangélica Luterana Unida.