Día Mundial contra la trata de personas – Trabajar en primera línea para terminar con la trata de personas

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La trata de personas es utilizada en explotación sexual, trabajo forzado, mendicidad forzada, matrimonio forzado; para vender niños y como niños soldados, así como para extraer órganos. Las mujeres representan el 49% y las niñas el 23% de todas las víctimas de la trata. La explotación sexual es la forma más común de explotación (59%) seguida del trabajo forzado (34%).  La mayoría de las víctimas de la trata son víctimas dentro de las fronteras de sus países; las víctimas de la trata en el extranjero se trasladan a los países más ricos.

Desde el Consejo Cristiano de la Mujer de la ACIERA-Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de Argentina dicen:

nos sumamos al reconocimiento a quienes trabajan en este área, y al compromiso de profundizar las acciones que estén al alcance de las Iglesias que componen esta Alianza. Para detectar, contener, y ayudar a toda persona víctima de trata, entendiendo la Fe en Jesucristo como camino a la verdadera libertad en todos los aspectos del ser humano.

En este sentido, existen factores sociales, económicos, culturales, políticos y de otra índole que hacen a las personas vulnerables a la trata. La pobreza, el desempleo, la desigualdad, las emergencias humanitarias, que incluyen los conflictos armados y los desastres naturales, la violencia sexual, la discriminación por motivos de género y la exclusión y marginación sociales, así como una cultura de tolerancia respecto de la violencia contra las mujeres, los jóvenes y los niños, aumentado exponencialmente en tiempos de pandemia. A esta realidad   la sociedad toda, la Iglesia y el Estado, en un trabajo articulado, debemos hacer frente.

El tráfico de personas es un grave delito y una grave violación de los derechos humanos. Cada año, miles de hombres, mujeres y niños caen en las manos de traficantes, en sus propios países y en el extranjero. Prácticamente todos los países del mundo están afectados por el tráfico, ya sea como país de origen, tránsito o destino de las víctimas. 

El Día Mundial contra la Trata fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas a partir del 30 de Julio de 2014, ante la necesidad de crear mayor conciencia de la situación de las víctimas de la trata de personas. Como también de promover y proteger sus derechos, a lo cual invita asimismo a todas las organizaciones de la sociedad civil a sumarse.

Recalcamos y valoramos los esfuerzos de las personas desde todas las organizaciones sociales, y desde los organismos públicos, que luchan en primera línea contra la trata de personas. Gente que trabaja en diferentes aspectos: identificar, apoyar, asesorar y buscar justicia para las víctimas de la trata, y desafiar la impunidad de los traficantes.

Durante la crisis del COVID-19, el papel esencial de estas figuras de socorro se ha vuelto aún más importante, particularmente porque las restricciones impuestas por la pandemia han hecho que su trabajo sea aún más difícil. Aún así, su contribución a menudo se pasa por alto y no se reconoce.

Este día lo representa el Corazón Azul, que refleja la tristeza de quienes sufren la trata, al tiempo que nos recuerda la insensibilidad de aquellos que compran y venden a otros seres humanos.

Los Días Internacionales nos dan la oportunidad de sensibilizarnos ante estos temas tan importantes, y a su vez visibilizarlos frente a la sociedad toda, y los actores que se espera tengan una intervención especial a fin de terminar con este flagelo.

Desde ACIERA nos sumamos al reconocimiento a quienes trabajan en este área, y al compromiso de profundizar las acciones que estén al alcance de las Iglesias que componen esta Alianza. Para detectar, contener, y ayudar a toda persona víctima de trata, entendiendo la Fe en Jesucristo como camino a la verdadera libertad en todos los aspectos del ser humano. 

La Palabra de Dios dice: “Tu adorno será la justicia. Y no tendrás nada que temer porque la opresión se alejará de ti, y nunca más se te volverá a acercar“ Isaías 54:14.

Faculdades EST concederá título de Doctorado Honoris causa colectivo en celebración a los 30 años de Teología Feminista y 75 años de la Institución

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En reunión ordinaria del Consejo de Administración de Faculdades EST celebrada el 25 de junio de 2021, se aprobó colectivamente la concesión del título de Doctorado Honoris causa a Wanda Deifelt, Nancy Cardoso, Lori Altmann, Maricel Mena-López y Mercedes García Bachmann. El homenaje se realizará en una ceremonia solemne, el 26 de agosto, durante el VII Congreso Latinoamericano de Género y Religión, que se realizará del 24 al 26 de agosto, de forma remota.

El galardón tiene lugar en el año en que Faculdades EST cumple 75 años de fundación y 30 años desde la puesta en marcha de la Cátedra de Teología Feminista. El VII Congreso de Género y Religión marcará la reanudación de los eventos académicos y científicos de la institución en el contexto de la Pandemia COVID-19 y debe reunir a cientos de personas de todo el mundo.

La Cátedra de Teología Feminista fue aprobada en 1991 como resultado de la demanda histórica de mujeres que comenzaron a estudiar teología en la década de 1950 y la movilización y articulación estudiantil de la EST en la década de 1990. Compromiso y, a día de hoy, sigue siendo uno de los pocos . “La Cátedra de Teología Feminista fue y sigue siendo fundamental en la formación de ministras y ministras de la Iglesia e investigadoras e investigadoras en el área de la Teología como instrumento para la construcción de la justicia de género y honrando este legado a través del otorgamiento de este título es otro hito en esta caminata ”- dijo la Dra. Marcia Blasi, líder del Grupo de Investigación de Género y Ejecutiva del Programa de la FLM-Federación Luterana Mundial- para la Justicia de Género y el Empoderamiento de las Mujeres.

A lo largo de estas tres décadas, las actividades desarrolladas a través de la Cátedra dieron como resultado una producción sólida y respetada que, hoy, forma parte de la identidad de las Faculdades EST y la Iglesia Evangélica de Confesión Luterana en Brasil. Por lo tanto, “al celebrar los 75 años de las Facultades EST, tiene mucho sentido reconocer la contribución de la Teología Feminista a nuestra institución y renovar nuestro compromiso con esta perspectiva teológica” – dijo el decano de las Facultades EST, Dr. Wilhelm Wachholz.

El Doctorado Honoris Causa, en los términos del artículo 136 inciso III del Reglamento General de las Faculdades EST, se ofrece “a personalidades inminentes que se hayan distinguido por sus actividades a favor del conocimiento, la causa humana o el mejor entendimiento entre los pueblos”.

La propuesta de otorgar este título colectivamente es una forma de afirmar la diversidad de perspectivas y propuestas desarrolladas en el campo de la Teología Feminista, así como una de sus características fundamentales: la producción de conocimiento de manera colectiva o “en un esfuerzo colectivo-em mutirão”, como se dijo Wanda Deifelt, en la Conferencia Inaugural del IV Congreso Latinoamericano de Género y Religión.

Además de la perspectiva universalista que ve a las mujeres como un grupo único y uniforme, invisibilizando los diferentes contextos que marcan la vida de diferentes mujeres, el feminismo ha afirmado categóricamente la necesidad de entender las cuestiones de género en la interrelación con otras marcas de identidad y cuestiones contextuales.. “Las diferentes perspectivas y experiencias, así, enriquecen el conjunto de teologías feministas y sus aportes a la vida de la Iglesia y la sociedad”, dijeron las Coordinadoras del Programa de Género y Religión, Dra. Marli Brun y Ma. Sabrina Senger.

Todas las señaladas para el título tenían y están relacionadas con Faculdades EST, contribuyendo a la consolidación de esta área del conocimiento y sus implicaciones para la vida en la sociedad y en la Iglesia en esta institución. Según la Junta Directiva de la institución, “Celebrar y honrar la Teología Feminista en Faculdades EST es celebrar las múltiples contribuciones que estas mujeres representan en el campo teológico latinoamericano y mundial”.

La ceremonia se podrá seguir a través de internet a través del canal de Youtube de Faculdades EST el 26 de agosto de 2021, a las 19 h.

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Conozca un poco sobre las homenajeadas:

Lori Altmann: brasileña, de tradición luterana, escribió el primer trabajo sobre teología feminista disponible en la Biblioteca de Faculdades EST producido por estudiantes. Inició su licenciatura en Teología en la Escuela Superior de Teología – EST, luego de completar su licenciatura en Artes (Licenciatura). En ese momento (1974) no había ninguna mujer ordenada en la Iglesia Evangélica de la Confesión Luterana en Brasil. Fue participante del Grupo de Mujeres de Faculdades EST y promotora de estudios sobre la mujer en el ministerio ordenado, con el objetivo de romper con los prejuicios, la discriminación y la exclusión. Es la primera estudiante del EST en articular y realizar la pasantía en Teología entre pueblos indígenas (1977). Se graduó en Teología en 1982 y fue ordenada pastora de la IECLB en 1990, lo que se llevó a cabo durante una reunión del Consejo de Misiones entre Pueblos Indígenas – COMIN. Su rol como feminista se da en diferentes contextos y movimientos, especialmente en los movimientos eclesiásticos, sociales y académicos y la convivencia con los pueblos indígenas. Trabajó para el IECLB yentre los Suruí (Paiter) de Rondônia y entre los Kulina (Madija) de Acre. Y por COMIN en el Proyecto Indios Desaldeados. Trabajó en CECA – Programa Fe y Ciudadanía. Participó en el Grupo de Estudiantes de Teología de la Facultad de Nuestra Señora de la Asunción, denominado Kuñaite. Tiene una maestría en Ciencias Religiosas del Instituto Metodista de Educación Superior (1994 – actual UMESP), una maestría en Antropología Social de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul – UFRGS (1999) y un doctorado en Teología de – PPG en Faculdades EST (2007). Fue profesora de Antropología en el Centro Universitário IPA en varios cursos de pregrado (2006 – 2009). Actualmente es investigadora del Núcleo de Investigación de Género – NPG (PPG en Faculdades EST), líder e investigadora del Núcleo de Etnología Amerindia – NETA (DAA, ICH, UFPel). Es profesora de la Universidad Federal de Pelotas – UFPel.

Maricel Mena-López: colombiana, teóloga de tradición católica y primera teóloga negra en recibir el título de Doctora en América Latina. Realizó sus primeros estudios en Colombia, cuando realizó un curso técnico-profesional de la Licenciatura en Pedagogía en la Escola Normal Nacional, en 1986. A los 19 años inició la Licenciatura en Ciencias Religiosas en la Pontificia Universidad Javeriana. completado en 1993. En Brasil, obtuvo una Maestría en Ciencias de la Religión, en 1997 y un Doctorado en Ciencias de la Religión, en 2002, ambos de la Universidad Metodista de São Paulo. Activa y formuladora de una teología negra feminista afrocaribeña, que incluye una perspectiva de lectura popular, feminista y negra de la Biblia. Realizó su pasantía postdoctoral en Faculdades EST, trabajando en el Grupo de Identidad y en el Núcleo de Investigación de Género, de 2003 a 2004, contribuyendo en gran medida a los Congresos Latinoamericanos de Género y Religión. Fue miembro del Grupo Atabaque Teología Negra, coordinadora para América Latina del Programa de Teología Feminista de ASETT- Asociacao Ecumenica de Teologos e Teologas del Tercer Mundo (2005-2010) y miembro de NETMAL (1995-2002). Actualmente vive en Colombia, trabajando como profesora en la Universidad Santo Tomás, en Bogotá. Es investigadora senior de Conciencias y líder del grupo de investigación Gustavo Gutiérrez, O.P .: Teología Latinoamericana de la Universidad Santo Tomás, categoría (A) Conciencias Colombia. Participa en varios foros y plataformas internacionales.

Mercedes García Bachmann: Argentina, de tradición luterana, fue la segunda pastora ordenada de la Iglesia Evangélica Unida (IELU) en Argentina. Se licenció en Teología en ISEDET (1981-1985) en Argentina y obtuvo un doctorado en Biblia en la Escuela Luterana de Teología de Chicago (LSTC). Participó en la Comisión de Estudio de la FLM (1985-1990) y en otras instancias de la FLM, predicó en el culto de clausura de la Asamblea de la FLM en Curitiba (1990), en la que fue delegada juvenil y participó en un grupo de estudio hermenéutico que preparó la Asamblea de la FLM en Namibia (2017). Ella es la única mujer con un doctorado en enseñanza bíblica en un centro de capacitación de una de las iglesias luteranas de la FLM en LAC y es la directora del Instituto para la Pastoral Contextual, que brinda capacitación en liderazgo laico y ordenado para su iglesia. . Fue profesora en Isedet, 1999-2016 y su trabajo ha sido reconocido por instituciones de formación en Estados Unidos y Europa donde ha sido profesora invitada. Es una gran defensora y colaboradora de la Red de Mujeres de Iglesias Luteranas de la FLM y es un referente en el mundo ecuménico por su formación profundamente arraigada y contextualizada en el terreno de las comunidades de fe en América Latina.

Nancy Cardoso: Brasileña, de tradición metodista, cofundadora del Grupo de Estudios de Género y Religión Mandrágora / NETMAL, creado en 1989 en la Universidad Metodista de São Paulo. Es Licenciada en Teología por las Faculdades Integradas Benett (1987) y Licenciada en Filosofía por la Universidad Metodista de Piracicaba (2002), Maestría (1992) y Doctora (1998) en Ciencias de la Religión por la UMESP y tiene un posdoctorado en Historia antigua de la Unicamp. Es una de las formuladoras de la Lectura Bíblica Popular y Feminista, trabajando en el Centro Ecuménico de Estudios Bíblicos / CEBI y en la Revista de Interpretación Bíblica Latinoamericana, así como en la Comisión Pastoral de la Tierra / CPT. A partir del trabajo con grupos y comunidades sin tierra, campesinos, ribereños, quilombolas y pueblos indígenas, han formulado una agroecología feminista. Ha colaborado con Faculdades EST a lo largo de los años en diversas actividades y participado en todas las ediciones del Congreso Latinoamericano de Género y Religión. Es profesora del Programa de Posgrado en Estudios Religiosos de la Universidad Metodista de Angola.

Wanda Deifelt: Brasileña, de tradición luterana, fue la primera profesora responsable de la Cátedra de Teología Feminista de las Faculdades EST. Obtuvo su doctorado (1987-1990) en el Programa de Doctorado de la Universidad Northwestern (Evanston, Illinois), su maestría (1985-1986) en el Seminario Teológico Conjunto Garrett-Evangélico y la Licenciatura en Teología en EST Colleges (1980). -1984).Su sólida formación académica y experiencia pastoral, junto con su actitud docente acogedora y su curiosidad epistemológica hacia los temas de la teología feminista, ayudaron a consolidar lo que jugaron las estudiantes de teología de los años ochenta cuando reclamaron la cátedra de Teología Feminista. Fue la primera profesora de la Cátedra de Teología Feminista en Faculdades EST, lideró la creación del Núcleo de Investigación de Género en 1999, uno de los grupos más antiguos del PPG Teología de Faculdades EST vinculado al CNPq y que organiza el Congreso Latinoamericano desde 2004 de Género y Religión. Fue profesora visitante e investigadora en Gurukul Theological College, India (1998), la Universidad de Toronto (2001) y el Stellebosh Institute, Sudáfrica (2019). Se desempeñó como asesora teológica del Consejo Nacional de Iglesias Cristianas (durante la Década Ecuménica de la Solidaridad de la Iglesia con las Mujeres, 1988-98), del Consejo Mundial de Iglesias (como miembro del consejo de administración del Instituto Ecuménico de Bossey, Suiza, 1994-2003) y a la Federación Luterana Mundial (a través de la Comisión Bilateral para el Diálogo entre Católicos y Luteranos, 2008-18). Actualmente es profesora en el departamento de Religión desde 2004 en Luther College, Decorah, Iowa, EE. UU., Y continúa manteniendo asociaciones con EST Colleges a través de actividades con el Grupo de Investigación, así como con el Programa de Género y Religión.

Traducción del portugués: Con Efe Comunicaciones

Faculdades EST concederá título de Doutorado Honoris causa coletivo em celebração aos 30 anos de Teologia Feminista e 75 anos da Instituição

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Em reunião ordinária do Conselho de Administração da Faculdades EST realizada no dia 25 de junho de 2021 foi aprovada, por unanimidade, a concessão do título de Doutorado Honoris causa de forma coletiva a Wanda Deifelt, Nancy Cardoso, Lori Altmann, Maricel Mena-López e Mercedes García Bachmann. A homenagem será realizada em cerimônia solene, dia 26 de agosto, durante o VII Congresso Latino-Americano de Gênero e Religião que ocorrerá de 24 a 26 de agosto, de modo remoto.

A concessão acontece no ano em que a Faculdades EST comemora 75 anos de fundação e 30 anos desde a implementação da Cátedra de Teologia Feminista. O VII Congresso de Gênero e Religião marcará a retomada dos eventos acadêmicos e científicos da instituição no contexto da Pandemia de COVID-19 e deve reunir centenas de pessoas de todo o mundo.

A Cátedra de Teologia Feminista foi aprovada em 1991 como fruto da demanda histórica de mulheres que começaram a estudar teologia na década de 1950 e da mobilização e articulação estudantil da EST na década de 1990. A EST foi a primeira instituição da América Latina a assumir esse compromisso e, até os dias de hoje, permanece sendo uma das poucas. “A Cátedra de Teologia Feminista foi e continua sendo fundamental na formação de ministras e ministros da Igreja e de pesquisadores e pesquisadoras da área de Teologia como instrumento da construção da justiça de gênero e honrar esse legado através da concessão desse título é mais um marco nessa caminhada” – afirmou a Dra. Marcia Blasi, líder do Núcleo de Pesquisa de Gênero e Executiva do Programa da FLM para Justiça de Gênero e Empoderamento da Mulher.

Ao longo dessas três décadas, as atividades desenvolvidas através da Cátedra resultaram numa produção sólida e respeitada que, hoje, faz parte da identidade da própria Faculdades EST e da IECLB. Por isso, “ao celebrarmos os 75 anos da Faculdades EST faz todo o sentido reconhecer a contribuição da Teologia Feminista na nossa instituição e renovar o nosso compromisso com essa perspectiva teológica” – afirmou o reitor da Faculdades EST, Dr. Wilhelm Wachholz.

O Doutorado Honoris Causa, conforme artigo 136, inciso III, do Regimento Geral da Faculdades EST é oferecido “a personalidades iminentes que tenham se distinguido por suas atividades em prol do conhecimento, da causa humana ou do melhor entendimento entre os povos.” A proposta de conceder esse título de forma coletiva é uma forma de afirmar a diversidade de perspectivas e propostas desenvolvidas no campo da Teologia Feminista, bem como uma de suas características fundamentais – a produção do conhecimento de forma coletiva ou “em mutirão”, como afirmou Wanda Deifelt, na Conferência de Abertura do IV Congresso Latino-Americano de Gênero e Religião.

“Para além da perspectiva universalista que vê as mulheres como um conjunto único e uniforme, invisibilizando os diferentes contextos que marcam a vida de diferentes mulheres, o feminismo tem afirmado de forma categórica a necessidade de compreender as questões de gênero na inter-relação com outros marcadores de identidade e questões contextuais”. “As diferentes perspectivas e experiências, assim, enriquecem o conjunto das teologias feministas e suas contribuições para a vida da Igreja e da sociedade” – afirmaram as Coordenadoras do Programa de Gênero e Religião, Dra. Marli Brun e Ma. Sabrina Senger.

Todas as indicadas ao título tiveram e têm relação com a Faculdades EST, contribuindo para a consolidação dessa área do conhecimento e suas implicações para a vida em sociedade e na Igreja nessa instituição. Conforme o Conselho de Administração da instituição, “Celebrar e honrar a Teologia Feminista na Faculdades EST é celebrar as múltiplas contribuições que essas mulheres representam no campo teológico latino-americano e mundial”.

A cerimônia poderá ser acompanhada pela internet através do canal do Youtube da Faculdades EST no dia 26 de agosto de 2021, às 19 horas. 

Conheça um pouco das homenageadas

Lori Altmann: brasileira, de tradição luterana, escreveu o primeiro trabalho sobre teologia feminista disponibilizado na Biblioteca da Faculdades EST produzido por estudantes. Iniciou sua graduação em Teologia na Escola Superior de Teologia – EST, após conclusão da graduação em Letras (Licenciatura). Na época (1974) não havia nenhuma mulher ordenada na Igreja Evangélica de Confissão Luterana no Brasil. Foi participante do Grupo de Mulheres na Faculdades EST e impulsionadora dos estudos sobre mulheres no ministério ordenado, visando romper com preconceitos, discriminação e exclusão. É a primeira estudante da EST a articular e realizar o estágio de Teologia entre povos indígenas (1977). Graduou-se em Teologia em 1982 e foi ordenada pastora da IECLB, no ano de 1990, ocorrida durante reunião do Conselho de Missão entre Indígenas – COMIN. Sua atuação como feminista acontece em diferentes contextos e movimentos, especialmente em movimentos eclesiais, sociais e acadêmico e convivência com povos indígenas.Trabalhou pela IECLB entre os Suruí (Paiter) de Rondônia e entre os Kulina (Madija) do Acre. E pelo COMIN no Projeto Índios Desaldeados. Trabalhou no CECA – Programa Fé e Cidadania. Participou do Grupo de Estudantes de Teologia da Faculdade Nossa Senhora de Assunção, denominado Kuñaite. Possui mestrado em Ciências da Religião pelo Instituto Metodista de Ensino Superior (1994 – atual UMESP), mestrado em Antropologia Social pela Universidade Federal do Rio Grande do Sul – UFRGS (1999) e doutorado em Teologia pelo – PPG da Faculdades EST (2007). Lecionou Antropologia no Centro Universitário IPA para diversos cursos de graduação (2006 – 2009). Atualmente é pesquisadora no Núcleo de Pesquisas de Gênero – NPG (PPG da Faculdades EST), líder e pesquisadora no Núcleo de Etnologia Ameríndia – NETA (DAA, ICH, UFPel). É professora da Universidade Federal de Pelotas – UFPel. 

Maricel Mena-López: colombiana, teóloga de tradição católica e primeira teóloga negra a receber o título de Doutora na América Latina. Realizou seus primeiros estudos na Colômbia, quando fez Curso técnico-profissionalizante de Bacharelado em Pedagogia, pela Escola Normal Nacional, em 1986. Aos 19 anos iniciou sua Licenciatura em Ciências Religiosas, pela Pontifícia Universidade Javeriana, concluída em 1993. No Brasil, fez Mestrado em Ciências da Religião, em 1997 e Doutorado em Ciências da Religião, em 2002, ambos pela Universidade Metodista de São Paulo. Atuante e formuladora de uma teologia negra feminista afro-caribenha, incluindo uma perspectiva de leitura popular, feminista e negra da Bíblia. Obteve seu estágio pós-doutoral na Faculdades EST, atuando no Grupo Identidade e no Núcleo de Pesquisa de Gênero, de 2003 a 2004, contribuindo grandemente com os Congressos Latino-Americanos de Gênero e Religião. Foi membra do Grupo Atabaque Teología Negra, coordenadora para América Latina do Programa de Teología Feminista da ASETT- Asociacao Ecumenica de Teologos e Teologas do Terceiro Mundo (2005-2010) e integrante da NETMAL (1995-2002). Atualmente vive na Colômbia, atuando como Docente da Universidad Santo Tomás, em Bogotá. É investigadora Senior Conciencias e líder do grupo de pesquisa Gustavo Gutiérrez, O.P.: Teología Latinoamericana da Universidad Santo Tomás, categoría (A) Conciencias Colombia.  Participa de diversos fóruns e plataformas internacionais. 

Mercedes Garcia Bachmann: argentina, de tradição luterana, foi a segunda pastora ordenada da Igreja Evangélica Unida (IELU) na Argentina. Graduou-se em Teologia no ISEDET (1981-1985) na Argentina e doutorou-se em Bíblia no Lutheran School of Theology at Chicago (LSTC). Participou da Comissão de estudos da FLM (1985-1990) y de otras instancias de la FLM, pregou no culto de encerramento da Assembleia da FLM de Curitiba (1990), na qual foi delegada juvenil e participou de um grupo de estudos hermenêuticos que preparou a Assembleia da FLM na Namíbia (2017). É a única mulher com doutorado em Bíblia dando aula num centro de formação de uma das Igrejas Luteranas membros da FLM da LAC e é diretora do Instituto para la Pastoral Contextual, que faz formação de liderança leiga e ordenada de sua igreja. Foi professora no Isedet, 1999-2016 e seu trabalho tem sido reconhecido por instituições de formação nos EUA e na Europa onde ela tem sido professora visitante. É uma grande incentivadora e colaboradora da Rede de Mulheres das Igrejas Luteranas parte da FLM e é uma referência no mundo ecumênico por sua formação profundamente enraizada e contextualizada no chão das comunidades de fé na América Latina.

Nancy Cardoso: brasileira, de tradição Metodista, cofundadora do Grupo de Estudos de Gênero e Religião Mandrágora/NETMAL, criado em 1989 na Universidade Metodista de são Paulo. É graduada em Teologia pela Faculdades Integradas Benett (1987) e Licenciatura em Filosofia pela Universidade Metodista de Piracicaba (2002), Mestra (1992) e Doutora (1998) em Ciências da Religião pela UMESP e tem pós-doutorado em História Antiga pela Unicamp. É uma das formuladoras da Leitura Popular e Feminista da Bíblia, atuando no Centro Ecumênico de Estudos Bíblicos/CEBI e na Revista de Interpretação Bíblica Latino-Americana, bem como na Comissão Pastoral da Terra/CPT. A partir do trabalho com grupos e comunidades sem-terra, camponesas, ribeirinhas, quilombolas e indígenas têm formulado uma agro-ecoteologia feminista. Tem colaborado com a Faculdades EST ao longo dos anos em diversas atividades e participou de todas as edições do Congresso Latino-Americano de Gênero e Religião. É professora no Programa Pós-Graduação de Estudos da Religião na Universidade Metodista de Angola. 

Wanda Deifelt: brasileira, de tradição luterana, foi a primeira professora responsável pela Cátedra de Teologia Feminista das Faculdades EST. Realizou seu doutorado (1987-1990) no Programa de Doutorado da Northwestern University (Evanston, Illinois), seu Mestrado (1985-1986) no Joint Garrett-Evangelical Theological Seminary e o Bacharelado em Teologia nas Faculdades EST (1980-1984). A sua sólida formação acadêmica e sua experiência pastoral, juntamente a sua postura docente acolhedora e sua curiosidade epistemológica voltada para os temas da teologia feminista, ajudaram a sedimentar aquilo que as estudantes de teologia da década de oitenta protagonizaram quando reivindicaram a Cátedra de Teologia Feminista. Foi a primeira professora da Cátedra de Teologia Feminista na Faculdades EST, liderou a criação do Núcleo de Pesquisa de Gênero em 1999, um dos grupos mais antigos do PPG Teologia das Faculdades EST vinculado ao CNPq e que tem organizado desde 2004 o Congresso Latino-Americano de Gênero e Religião. Foi professora visitante e pequisadora no Gurukul Theological College, na Índia (1998), na Universidade de Toronto (2001) e Stellebosh Institute, na África do Sul (2019). Serviu como assessora teológica ao Conselho Nacional de Igrejas Cristãs (durante a Década Ecumênica de Solidariedade das Igrejas com as Mulheres, 1988-98), ao Conselho Mundial de Igrejas (como membro do conselho curador do Instituto Ecumênico Bossey, na Suíça,1994-2003) e à Federação Luterana Mundial (através da Comissão Bi-lateral de Diálogo entre Católicos e Luteranos, 2008-18).  Atualmente é professora do departamento de Religião, desde 2004, no Luther College, em Decorah, Iowa, EUA, e segue mantendo parcerias com as Faculdades EST por meio de atividades junto ao Grupo de Pesquisa, bem como ao Programa de Gênero e Religião.

NUEVA CONVOCATORIA!! Arte para publicación colectiva

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NUEVA CONVOCATORIA!! Arte!!

Convocamos a mujeres de todas las edades, comunidades de fe, denominaciones y colectivos que realicen arte con mirada de género, a enviar foto de alguna producción artística propia para una publicación colectiva que estamos gestando.

La pieza artística debe estar fotografiada o escaneada, en formato jpg de alta resolución

-Cada participante podrá enviar hasta dos (2) imágenes en archivos individuales digitales (formato: .JPG, .TIFF o PDF) con 300 DPI de resolución.

-Estas podrán ser a color o en blanco y negro.

-La técnica y género serán libres (fotografía, dibujo, ilustración, collage, etc).

-La propiedad intelectual debe ser directamente de la participante, por lo tanto, es la autora quien se hace responsable de constatar que no existan derechos de terceros sobre las imágenes presentadas.

-Las imágenes quedarán registradas bajo la Licencia de publicación Creative Commons y bajo estas condiciones se hará uso de la imagen.

-La participación será libre y gratuita, así mismo las participantes no recibirán retribución económica por el uso de su material.

-Pedimos contenga nombre y apellido de la autora y/o seudónimo si prefiere ser publicada con él,

país y correo electrónico, Iglesia o comunidad religiosa

a la que pertenece, (si así lo desea)

Enviar a Conefe@protonmail.com

Lucía Ramón: “Los Evangelios los han interpretado varones”

Lucía Ramón PH: Xavier Cervera

Lucía Ramón PH: Xavier Cervera

JOSEP PLAYÀ MASET
BARCELONA

La Fundació Joan Maragall invita desde 1997 a personalidades de relieve del pensamiento cristiano para exponer las líneas maestras de un libro que elaboran por encargo de la entidad. Y el jueves pasado la invitada fue Lucía Ramón, profesora de la Facultad de Teología de València, con el tema Feministas agnósticas y feministas cristianas: un diálogo inexplorado .

SOBRE EL EVANGELIO

“Hasta ahora los textos los han interpretado prácticamente solo clérigos y varones”

Uno de sus libros anteriores tiene un título muy sugerente: Queremos el pan y las rosas .

Cuando hablo de feminismo hablo de un proyecto social, político, de igualdad de oportunidades para todos, independientemente del sexo. Las religiones han contribuido en parte a la limitación de las posibilidades y los derechos de las mujeres, pero también han servido para dar fuerza a las mujeres, afirmarse en su dignidad y rebelarse ante situaciones injustas. Y entre estas mujeres que son un referente vital están esas trabajadoras de Massachusetts de principios del siglo XX que se manifestaban para pedir mejores condiciones de trabajo en la industria textil con las pancartas de “pan y rosas”. Reclamaban no solo justicia económica sino también el deseo de tener una vida plena. Las rosas son el reconocimiento de la dignidad de las personas, el poder gozar de las bellezas de la vida. Me preocupa especialmente que el rostro de la pobreza en el mundo sea femenino. Hay que empujar para cambiar esta situación, también desde el ámbito de la espiritualidad de las religiones.

¿Qué puede aporta la visión de la mujer a la Iglesia católica?

La experiencia vital de nacer mujer y vivir en un cuerpo de mujer en una sociedad que es patriarcal, en mayor o menor medida, implica diferencias y experiencias distintas. La teóloga latinoamericana Ivone Gevara habla de “la expresión femenina del mal”. La violencia sexual, el no tener acceso al poder o el mal de la ignorancia son experiencias reales que se han de tener en cuenta. Si hablamos de la prostitución solo desde una perspectiva masculina habrá una experiencia de vida que quedará oculta. La realidad es compleja y cambiante. El hombre es socializado para la autonomía y el trabajo en el espacio público, y las mujeres fundamentalmente hemos sido educadas en el cuidado, la atención a los demás. Hasta hace poco se daba por hecho que había una masa de mujeres que se encargaban del cuidado de niños, ancianos, enfermos, en un marco de economía informal. Y cuando las mujeres nos hemos incorporado al trabajo, ha empezado lo que Adela Cortina llama la “extinción de la mujer cuidadora”. Hay elementos de la vida que no son monitorizables, no se puede pagar para que te den consuelo, ni para tener cuidados afectivos o atención, pero son valores que necesitamos. Y que los hombres también deben desarrollar. Como las mujeres debemos desarrollar valores masculinos, la autonomía, el sentido de la responsabilidad, no buscar príncipes azules…

¿Y la Iglesia ayuda?

El discurso teológico, la predicación, el acompañamiento espiritual, los hacen fundamentalmente varones clérigos célibes… y esta otra experiencia de la vida, esta cultura ética propia de la mujer está ausente. Me parece una pérdida trágica que una institución desaproveche este potencial.

¿Qué aportación puede hacer el cristianismo a la liberación de la mujer?

He planteado las críticas, pero la propia espiritualidad y la experiencia cristiana de Dios afirma la dignidad de las mujeres y su creatividad. Los Evangelios, pese a estar escritos por varones, en un contexto patriarcal, destacan muchos encuentros de Jesús con mujeres que estaban oprimidas, con todo tipo de dolencias, y ese encuentro las libera y empuja a la acción. En tiempos del imperio romano, el cristianismo se consideraba casi una religión de mujeres. Hay muchas mujeres a las que su experiencia religiosa les impulsó a proponer nuevas formas de vida, proyectos sociales.

Pero los Evangelios se utilizan también para justificar…

…Aquí es donde cobra importancia la teología femenina. Estos textos tienen lecturas distintas, hay que interpretarlos en su contexto histórico y hasta ahora solo lo han hecho prácticamente clérigos y varones. Hay que deconstruir esas lecturas.

Dígame algún ejemplo.

Asociar a María Magdalena con una prostituta es un error que no aparece en los textos y sin embargo se ha dado por bueno. En la película de Mel Gibson La pasión de Cristo vuelven a identificarla con la prostituta que llora a los pies de Jesús, y eso no tiene nada que ver con los textos originales. También son importantes las traducciones. En el Nuevo Testamento aparece una carta a Junia, la apóstol, y el traductor la masculinizó como Junias. Se da por hecho que en la última cena no hubo mujeres, y cómo no iba a haber mujeres si estaban todos juntos. Muchas veces estas suposiciones vienen de la historia del arte. La Iglesia griega venera a María Magdalena como apóstol de los apóstoles, fue ella quien anunció la resurrección, y el papa Francisco la quiere recuperar como la primera apóstol.

¿En el tema de la mujer y la religión hay posturas antagónicas?

Es lo que he planteado en la Fundació Joan Maragall. Hay una postura apologética desde dentro, el discurso oficial, que defiende que la religión dignifica sin darse cuenta de las prácticas discriminatorias. Se hace una defensa en bloque de toda la tradición, y eso pasa en todas las religiones. Y luego está un feminismo que cree que la religión es el problema, y que hay que acabar con las religiones para acabar con el patriarcado. Pero no reconoce la pluralidad de tradiciones, con sus conflictos y sus disidencias. La realidad no es algo monolítico, sino dinámico, como lo puede ser el catalanismo o el marxismo. Y, además, al negar la pluralidad negamos que para muchas mujeres, y especialmente para las empobrecidas, la espiritualidad y la religión son una dimensión importante en sus vidas a la que no quieren renunciar. No podemos plantear a las mujeres que tengan que elegir entre igualdad y espiritualidad. Podemos tenerlo todo, las que queramos; y luego habrá mujeres a las que no les interese esa dimensión espiritual. A mí la Iglesia me ha dado mucho, lo que no me impide ver esos problemas.

¿La Iglesia ha dado pasos, pero el acceso de la mujer al sacerdocio es un tema tabú?

Hablar del papel de la mujer a mí ya me resulta inquietante cuando en realidad todos somos bautizados y tenemos la misma misión. Jesús no propuso unas bienaventuranzas, unos mandamientos o unos ritos para entrar en la Iglesia diferenciados entre hombres y mujeres. Esas diferencias surgieron después, en el contexto greco-romano. El tema del sacerdocio es fundamental, porque es necesario para tener a acceso a cualquier lugar de toma de decisiones, para pertenecer a la jerarquía visible. Por muchas declaraciones positivas y elogiosas hacia las mujeres, la realidad es que no podemos acceder a esos estos ministerios. A las teólogas feministas, las argumentaciones que se dan nos parecen poco consistentes. No hay una objeción clara en la Biblia contra el sacerdocio femenino, tiene que ver más con una tradición. El último argumento que se ofrece es la masculinidad de Jesús. Pero a nadie se le ocurrirá negar el sacerdocio a un negro o a un eslavo, aunque no sean judíos, y sí se les niega a las mujeres por el hecho de serlo. ¿Somos tan diferentes como para negar que las mujeres podamos representar a Cristo?

Publicado en La Vanguardia el 11/10/2020

Curso “Capacitación en Derechos para Prevenir las Violencias contra las Mujeres”

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En el marco del proyecto Cerrando Brechas II relanzan el curso “Capacitación en Derechos para Prevenir las Violencias contra las Mujeres”  dictado por primera vez en el 2020, destinado a integrantes de organizaciones de la sociedad civil y personas que se desempeñen en ámbitos locales de todo el país.

El curso es llevado adelante por ELA, CAREF, FEIM, MEI y la Fundación Siglo 21 en el marco del proyecto Cerrando Brechas II: Desnaturalizando violencias ocultas para erradicar la violencia de género promoviendo la igualdad que cuenta con el apoyo financiero de la Unión Europea. 

La capacitación es de modalidad asincrónica y autoadministrada, tendrá un cupo limitado y tiene una extensión de 4 semanas y se realizará entre el 2 de agosto  y 27 de agosto.  Cada semana se abrirá un módulo nuevo. Las clases son grabadas, por lo cual los y las estudiantes podrán ver los videos y realizar las actividades a su propio ritmo a lo largo de la semana. 

Además de un espacio de formación, el curso busca generar un espacio de reflexión que pueda acercar a tomadoras/es de decisión y a la ciudadanía, para de este modo mejorar las políticas públicas locales para prevenir, asistir y erradicar las violencias contra las mujeres. Es por ello que cada uno de los módulos está acompañado de un foro de debate.

El primer módulo aborda los tipos y modalidades de las violencias contra las mujeres; el segundo ofrece herramientas para la prevención y la asistencia de mujeres que atraviesan situaciones de violencia; el tercer módulo aborda los derechos humanos, género y migración; y en el cuarto se estudian las diferentes formas de medición de las violencias contra las mujeres. Cada módulo contará con una consigna para realizar y al final del curso se realizará una evaluación de conocimientos. Se entregarán certificados a quienes completen la totalidad del curso. Quienes tengan interés en participar deberán completar sus datos en un formulario y se realizará un proceso de selección, para garantizar una participación federal. 

Además, próximamente estaremos lanzando dos nuevos cursos virtuales:

  • “Conceptualización y abordaje de la violencia política contra mujeres, lesbianas, travestis y trans”: Este curso está destinado a personas con interés en militancia sociopolítica, estudiantes y académicos/as de ciencias sociales y políticas, trabajadores/as del ámbito de la política. Tiene como objetivo introducir conceptos básicos sobre la violencia de género por motivos de género y los impactos en la participación política de mujeres, trans y travestis, conocer la normativa nacional vigente y su aplicación, facilitar herramientas para actuar en casos de violencia y promover el compromiso en su prevención y erradicación incentivando la reflexión colectiva para producir un cambio sociocultural en el ejercicio político. El curso tendrá una duración de 5 semanas (del 30 de agosto al 01 de octubre). La inscripción se abrirá el 9 de agosto

  • “Violencia laboral: cómo abordar y dar respuesta a la violencia de género en el ámbito del empleo”: Este curso destinado a sindicatos y empleados/as y personal jerárquico de empresas tiene como objetivo introducir conceptos básicos para identificar situaciones de acoso y violencia por motivos de género en el ámbito del empleo, conocer el convenio 190 de OIT que entró en vigencia este año en Argentina y facilitar herramientas para actuar en cumplimiento de la nueva normativa, e incentivar la reflexión colectiva para producir un cambio sociocultural en las relaciones sociales laborales. El curso tendrá una duración de 5 semanas (del 04 de octubre al 05 de noviembre). La inscripción se abrirá el 13 de septiembre.

CURSO – “Capacitación en Derechos para Prevenir las Violencias contra las Mujeres”

Fechas: Del 02 de agosto al 27 de agosto

Horario: Las clases son grabadas, no tienen horario fijo. 

Costo: Gratuito

Inscripción: Complete el formualario AQUÍ

Consultas: inscripciones@ela.org.ar 

La criminalización del aborto exacerba las desigualdades y la discriminación

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Este miércoles Human Rights Watch, organización no gubernamental dedicada a la investigación, defensa y promoción de los derechos humanos, presentó su informe ‘¿Por qué me quieren volver hacer sufrir?’: El impacto de la criminalización del aborto en Ecuador, en el que, a través de 128 páginas, muestra cómo se ven afectadas las vidas de las mujeres y niñas cuando son criminalizadas por abortar, incluso, por sufrir emergencias obstétricas.

Estas mujeres, adolescentes y niñas acusadas por aborto experimentaron violaciones a sus derechos humanos, y a sus derechos sexuales y reproductivos. También sufrieron violaciones al debido proceso y enfrentaron obstáculos para conseguir una defensa legal. 

 

Para el informe, HRW estudió 148 casos de personas que fueron judicializadas por aborto, entre 2009 y 2019, en los cuales 120 mujeres y niñas, 20 acompañantes y 8 proveedores de la salud fueron procesados penalmente por aborto.

 

En Ecuador, el aborto consentido constituye un delito penado con hasta 2 años de prisión en el caso de las mujeres que dan su consentimiento para realizarse un aborto, y entre 1 y 3 años para los profesionales de la salud que lo practiquen. Solo se contemplan excepciones si la vida y la salud de la persona embarazada están en riesgo, y en casos de violencia sexual.

 

De los 148 casos analizados por la organización, 38 cumplieron penas en prisión o estuvieron privadas de la libertad durante el juicio; 73% de estos procesos se iniciaron después que profesionales de la salud denunciaron ante la Policía, violando el secreto profesional, y en 99 casos la Policía interrogó a las mujeres en el hospital, sin un abogado presente, lo cual constituye una violación al derecho de la defensa adecuada. 

Además, en el 58% de los casos los defensores públicos asignados recomendaron a sus clientas que se declararan culpables para evitar un juicio; sin embargo, quienes se sometieron a estos procesos abreviados tuvieron más probabilidades de recibir penas de prisión, cerca del 81% de las acusadas cumplieron penas, contra 19% que se enfrentaron a juicio. 

Ximena Casas, investigadora de las Américas, división de Derechos de la Mujer, de Human Rights Watch, presentó las principales conclusiones a las que llegó la organización:

  • Una legislación restrictiva contra el aborto no impide que las mujeres aborten. Cuando un Estado bloquea el acceso a los procedimientos, lo que causa es que las mujeres acudan a métodos inseguros, siendo las más afectadas las que tienen menos recursos.

  • La criminalización en Ecuador disuade a las personas gestantes a solicitar el acceso a prácticas seguras. Por otra parte, refuerza el estigma social al aborto y genera miedo a la persecución penal entre mujeres y profesionales de la salud.

  • En Ecuador las mujeres y las niñas están siendo judicializadas por aborto, incluyendo quienes tienen abortos espontáneos, emergencias obstétricas, o que requieren atención postaborto.

  • Las mujeres criminalizadas experimentaron violaciones a sus derechos, al secreto profesional y al debido proceso.

  • El actuar de fiscales y jueces arrojaron prácticas permeadas por estereotipos de género y consideraciones religiosas. En 25 casos que esquivaron prisión, las mujeres tuvieron que hacer tareas comunitarias en orfanatos, o terapias psicológicas enfocadas en convertirlas “en buenas madres”.

  • Parte de la discriminación se origina por falta de información completa, clara, accesible y actualizada en materia de salud reproductiva.

  • La criminalización del aborto no afecta por igual a las personas, en los 148 casos analizados, el 81% fueron contra mujeres y niñas, siendo la mayoría de población indígena o afrodescendiente, el 61% tenían entre 18 y 24 años y el 12% eran niñas en situación de pobreza.

El 28 de abril de 2021, la Corte Constitucional del Ecuador dictó una sentencia por la que despenalizó el aborto para quienes resulten embarazadas de una violación sexual; previamente, la ley permitía los abortos únicamente si la persona tenía discapacidad intelectual. El 28 de junio, en cumplimiento de lo resuelto por la corte, la Defensoría del Pueblo presentó una nueva ley ante la Asamblea Nacional, que reconoce el derecho al aborto en todos los casos de violación sexual, conforme a estándares en derecho internacional de derechos humanos.

Ante ello, HRW instó a la Asamblea Nacional de Ecuador a eliminar todas las sanciones penales para el aborto y al presidente Guillermo Lasso a trabajar con las autoridades pertinentes para garantizar el acceso al aborto no punible conforme a la legislación vigente.

De acuerdo con la organización, Ecuador debería implementar de manera cabal e inmediata la decisión de la Corte Constitucional de Ecuador, que reconoce a todas las personas que queden embarazadas como resultado de una violación el derecho a un aborto no punible, asegurar el acceso pleno al aborto legal y dejar de judicializar a las mujeres y niñas que buscan atención médica esencial.

“La Asamblea Nacional debe promulgar entonces leyes que ratifiquen la obligación constitucional de asegurar el secreto profesional y que especifique que en caso de emergencia obstétrica vinculadas con aborto no existe la obligación de denunciar el caso, así como asegurar que el marco regulatorio para todos los casos de violación que van a discutir en los próximos meses no incluya la obligación de denunciar los casos de violencia sexual y segundo, la objeción de conciencia”, externó Casas. 

Rebecca Reingold, directora asociada de O’Neill Institute, de la Universidad de Georgetown, indicó que estos problemas no son exclusivos de Ecuador. De acuerdo con una investigación multipaís que realizó dicho instituto en Argentina, México, Colombia, El Salvador, Perú, y República Dominicana, en la región se observa una falta de respeto a las garantías de las mujeres. 

Las mujeres que son encarceladas por temas relacionados al aborto no tienen conocimiento de sus derechos, ni cuentan con la asignación a tiempo de un defensor público y se encuentran con un sistema que asume primero su culpabilidad sobre su inocencia. Además, de sufrir maltratos a lo largo de sus procesos, pruebas invasivas que no son obligatorias, y orilladas a confesar delitos que no cometieron, lo cual tiene afectaciones a su salud física y mental.

 

ABORTO, UN PENDIENTE EN CENTROAMÉRICA

El aborto es un tema de salud pública por estar vinculado tanto a la salud y vida de las mujeres, como a sus derechos sexuales y reproductivos. Cuando el Estado garantiza los derechos sexuales y reproductivos, las mujeres recuperan la opción de elegir y la posibilidad de acceder a procedimientos de aborto seguro con personal de salud capacitado, insumos necesarios, tecnologías e información adecuada y servicios de calidad. 

“Desafortunadamente, Centroamérica es la región del mundo que tiene el mayor número de países que criminalizan el aborto. Es un pendiente enorme. Es la realidad más retrógrada y más violenta que existe en el mundo contra las mujeres”, mencionó María Antonieta Alcalde Castro, directora de Ipas CAM (Centroamérica y México).

 

En Ipas CAM hemos documentado que la criminalización por aborto es un problema de salud pública y de justicia social que se traduce en discriminación e injusticia contra las mujeres más vulneradas, con menos oportunidades de acceder a servicios seguros de salud y con más posibilidades de ser encarceladas, extorsionadas, chantajeadas, y manipuladas.

Subrayamos la necesidad de Estados laicos en la región, que generen políticas públicas y legislación con una visión prioritaria de atención a las mujeres, niñas y adolescentes, con enfoques de derechos humanos, de justicia social y de equidad de género.

El Informe puede descargarse aquí

Consentimiento libre, previo e informado: un instrumento de autodeterminación indígena

Rede Ambiental Indígena, 2021

Rede Ambiental Indígena, 2021

Por Capire

El consentimiento libre, previo e informado (CLPI) es el derecho de una nación, grupo o comunidad indígena a determinar su propio desarrollo y el derecho a ejercer la autodeterminación ante decisiones gubernamentales o empresariales que afecten a sus territorios. Es libre en el sentido de no estar sometido a la fuerza o coerción, informado al incluir todas las informaciones y contextualizaciones y previo por ocurrir antes de la realización de cualquier proyecto, de manera consentida respetando la autorización – o no – otorgada por las comunidades. Este texto fue elaborado con información del webinario Feminismos Indígenas: Consentimiento Libre, Previo e Informado [Indigenous Feminisms: Free, Prior and Informed Consent], realizado por la Red Ambiental Indígena [Indigenous Environmental Network – IEN].

Si bien ese derecho ha sido reconocido en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (DNUDPI), los grupos y movimientos indígenas de todo el mundo aún deben luchar para garantizarlo. El debate con respecto al CLPI es importante para las mujeres indígenas porque ofrece perspectivas no solo sobre la protección de la tierra, sino también sobre la protección de los cuerpos. Para que los gobiernos garanticen la protección de las comunidades indígenas, ese derecho fue defendido en el proyecto de ley conocido como THRIVE Act¹, presentado por la Red Ambiental Indígena con el propósito de reconocer el deber del gobierno federal de los Estados Unidos de adoptar una agenda económica justa y ecuánime.

¿Cómo se conectan el CLPI y el feminismo?

Para Ashley Nicole Engle de IEN, “feminismo indígena significa nuestra capacidad, como mujeres indígenas, de reivindicar verdaderamente nuestra identidad y nuestros roles tradicionales en la sociedad”. El término “feminismo”, sin embargo, solo pasó a ser utilizado por mujeres indígenas hace unos años.

“En los últimos 20 años, un movimiento de mujeres indígenas ha reivindicado el derecho a adoptar el término ‘feminismo’, y esto se ha expresado de diferentes formas, como el feminismo comunitario y el feminismo indígena. Creo que hay todo un esfuerzo de las mujeres indígenas para construir ese concepto de feminismo, de luchar y trabajar para construir relaciones de género igualitarias en la comunidad”, explica Myrna Kay Cunningham, líder feminista de la comunidad indígena Miskito en Waspán, Nicaragua.

La colonización patriarcal ha dominado el continente americano, amenazando y atacando a las comunidades indígenas. Esto aún afecta a la vida de las mujeres. El feminismo indígena surge, así, como una perspectiva de autodeterminación de las mujeres sobre cómo deben ser sus vidas. Al defender el bienestar de la comunidad, los feminismos indígenas luchan por el consentimiento libre, previo e informado, conscientes de los impactos que tiene la economía, basada principalmente en el petróleo y el gas, en sus vidas. “Al sistematizar el CLPI pudimos ayudar a garantizar la normalización de una cultura de consentimiento con los pueblos indígenas de nuestra nación, y esto significará el fin de los oleoductos ilegales y la reducción de casos de desaparición y asesinato de mujeres, niños y familiares indígenas”, dice Ashley.

¿Cómo se aplicó esto en el continente americano?

Actualmente, el concepto de “consulta significativa a las naciones indígenas” es utilizado por la administración Biden en los Estados Unidos. Este tipo de práctica gubernamental deja en manos de las agencias federales la decisión de cómo se consultará a las personas sobre los temas que les afectan directamente. Muy a menudo, la consulta se realiza para reemplazar el consentimiento, aunque no son prácticas equivalentes.

“El gobierno Biden es más receptivo a escuchar nuestras voces y establecer alianzas con nosotras para desarrollar esas políticas. Por otra parte, estamos lidiando con una agenda neoliberal, por lo que nuestra incidencia política se vuelve más importante que nunca. El gobierno editó el acto administrativo sobre una consulta significativa, pero necesitamos presionar más. Necesitamos asegurarnos de que el CLPI sea sistematizado en forma de ley federal, de modo que nuestros derechos inherentes como pueblos indígenas sean protegidos”, explicó Ashley.

En Latinoamérica, muy pocos países tienen leyes que aborden específicamente el consentimiento libre, previo e informado. En Nicaragua, desde 1987, la Constitución establece que todo tipo de trabajo y explotación de recursos naturales debe ser aprobado por la población de aquel territorio en particular. Este proceso se inicia a nivel de la comunidad, pasa al territorio que unifica a varias comunidades, y sigue al gobierno regional, donde se toma la decisión.

Ese tipo de práctica no es común en la mayoría de los países de la región. Los países que han ratificado la ConvenciónN.º 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales pueden legalmente reducir ese derecho y solo aceptar realizar consultas, no implementar el CLPI, como una forma de firmar acuerdos con las comunidades indígenas.

Realizar una consulta no significa que las comunidades indígenas tienen poder de autodeterminación sobre sus propios territorios, su política y su economía. Se trata solo de una estrategia utilizada para dar un tono democrático a los grandes proyectos corporativos. En estos casos, las empresas transnacionales trabajan junto al Estado para llevar adelante proyectos que refuerzan la explotación, además de promover la manipulación, la desinformación, las divisiones territoriales y la cooptación de líderes, entre otros mecanismos.

Consentimiento libre, previo e informado: protección de la tierra y de los cuerpos

El CLPI es una respuesta popular a las prácticas de explotación y proyectos extractivistas que invaden, capturan y contaminan territorios. Es una demanda de participación popular en estos procesos de toma de decisiones que impactan la tierra, las comunidades y las generaciones futuras. Las poderosas instituciones coloniales deberán ceder el poder que han robado a las naciones y a las comunidades indígenas.

El CLPI también significa libertad y soberanía sobre los cuerpos. “Cuando hablamos de ‘proteger el cuerpo y proteger la tierra’, queremos decir que este cuerpo no sobrevive si no es parte de la relación que tenemos entre las personas, la naturaleza y el mundo espiritual. Pensamos en los diferentes aspectos de esa persona. No se trata solo, por ejemplo, de los derechos reproductivos… Estamos hablando del derecho a hablar su idioma, a practicar su espiritualidad, a ser parte de la comunidad. Esta es una lección importante que las mujeres indígenas han enseñado”, dice Myrna.

Red Ambiental Indígena, 2021.

Hablar de consentimiento libre, previo e informado también significa definir acciones para asegurar que se escuchen las voces de las mujeres. Para Myrna, el trabajo de las feministas indígenas juega un rol importante en el cambio de las prácticas culturales que oprimen a las mujeres. Proteger la tierra significa proteger el cuerpo y “todo el aspecto intangible de la relación que es la base de la cultura de los pueblos indígenas”.

Otro elemento del feminismo indígena se refiere a la ampliación de perspectivas sobre la violencia. La violencia contra la naturaleza es también violencia contra las poblaciones indígenas. Las luchas feministas por el consentimiento libre, previo e informado representan un camino hacia la restauración de la autonomía indígena, enfrentando a los abusos coloniales y garantizando el acceso de las personas a tierra, aire y agua saludables para muchas generaciones futuras.

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Texto por Bianca Pessoa
Edición por Tica Moreno y Helena Zelic
Traducción del portugués por Aline Lopes Murillo
Idioma original: inglés

De la feminización del cuidado a la economía del cuidado

Según cifras del Observatorio de Igualdad de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe -CEPAL, como consecuencia de la división sexual del trabajo, antes de la crisis social y sanitaria las mujeres de la región dedicaban tres veces más de tiempo que los hombres en labores de cuidado. Esta sobrecarga se potenció durante el confinamiento afectando a las mujeres de forma desproporcional. A lo que se suma, que el ámbito de trabajo de cuidados remunerados –donde están sobrerrepresentadas–se caracteriza por una baja remuneración y condiciones laborales precarias.

En 2018 ONU Mujeres presentó el informe: Reconocer, Redistribuir y Reducir el Trabajo de Cuidados. Prácticas Inspiradoras en América Latina y el Caribe[1],  que puso en evidencia  el trabajo de cuidados que realizan las mujeres, con el propósito de llevar el tema a la agenda social, económica y política a nivel regional y nacional como eje transversal de las políticas  en materia de redistribución y reducción del trabajo de cuidados.  

No obstante, la implementación de este tipo de políticas por parte de los gobiernos ha sido incipiente, a pesar que en 2020, un mes antes de la crisis –durante la  XIV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe–, los gobiernos de la región aprobaron el Compromiso de Santiago[2] en el cual establecieron: 

  • Implementar políticas contracíclicas sensibles a las desigualdades de género para mitigar los efectos de crisis y recesiones económicas en la vida de las mujeres, y promover marcos normativos y políticas que dinamicen la economía en sectores clave, incluido el de la economía del cuidado.

  • Contabilizar los efectos multiplicadores de impulsar la economía del cuidado en términos de participación laboral de las mujeres —incluidos los trabajos vinculados a los conocimientos tradicionales, el arte y la cultura de las mujeres indígenas, afrodescendientes, rurales y de las comunidades de base—, bienestar, redistribución, crecimiento de las economías, y el impacto macroeconómico de dicha economía del cuidado.

  • Diseñar sistemas integrales de cuidado desde una perspectiva de género, interseccionalidad e interculturalidad y de derechos humanos que promuevan la corresponsabilidad entre mujeres y hombres, Estado, mercado, familias y comunidad, e incluyan políticas articuladas sobre el tiempo, los recursos, las prestaciones y los servicios públicos universales y de calidad, para satisfacer las distintas necesidades de cuidado de la población, como parte de los sistemas de protección social.

Hoy sabemos que lejos de implementar lo acordado en la región, tenemos el panorama de la peor crisis social y económica de la historia reciente, cuya consecuencia es la caída de 7,1% del Producto Interno Bruto -PIB en 2020.  Lo que en materia de igualdad de género significa un retroceso de más de 18 años en la participación laboral de las mujeres, según expresó recientemente Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de CEPAL: “La tasa de participación laboral de las mujeres se situó en 46% en 2020, mientras que la de los hombres en 69%. Hay una contundente salida de las mujeres del mercado laboral, además de un aumento de la informalidad y el desempleo”.

Probablemente, previendo las consecuencias de la pandemia en la vida de las mujeres, en 2020 ONU Mujeres y CEPAL presentaron el documento Cuidados en América Latina y el Caribe en tiempos de Covid-19[3]. Hacia sistemas integrales para fortalecer la respuesta y la recuperación, en el que proponen algunas recomendaciones a los gobiernos, entre las que se encuentran la integración a los sistemas de bienestar, del cuidado como cuarto pilar – siendo los otros: educación, salud, y seguridad social– para alcanzar una justa organización social que contribuya a lograr la igualdad de género. 

El documento propone la construcción de sistemas integrales de cuidados como un factor fundamental para el logro del empoderamiento de las mujeres, ya que aseguraría el acceso al cuidado de quienes lo requieren y garantizaría los derechos a las personas que cuidan. Y además, constituiría un elemento clave para la recuperación socioeconómica al convertirse en un generador directo e indirecto de empleo y un facilitador de que otros sectores de la economía funcionen adecuadamente.

Desde el movimiento feminista por la salud de las mujeres hace años que  hemos alertado sobre  la urgencia de fortalecer las políticas públicas de cuidados desde un enfoque integral que incluya políticas económicas, de empleo, salud, ya que la feminización del cuidado afecta la interrelación de las autonomías de las mujeres y las niñas: la física, la económica y la política. A lo que se suma, que los efectos desproporcionados de la pandemia las sobreexponen y refuerzan la pobreza monetaria y de tiempo; lo que constituye una violación de sus derechos fundamentales. 

Ante las consecuencias nefastas de la crisis y sus afectaciones desproporcionadas en la vida de las mujeres, especialmente, las más empobrecidas, apoyamos las declaraciones de Alicia Bárcena quien afirmó recientemente  que se requiere una política exterior feminista para lograr una recuperación transformadora con igualdad en la región: “Una política exterior feminista no solo significa que los Estados garantizan los derechos de las mujeres dentro y fuera de las fronteras de su territorio. También implica la promoción del multilateralismo con el fin de abordar de forma coordinada los nudos estructurales de la desigualdad de género…”.

Las declaraciones de Alicia Bárcena necesitan ser amplificadas y respaldadas por el movimiento feminista en la región. Cabe resaltar que la semana pasada se realizó el Foro de París de la Campaña Generación Igualdad, donde los gobiernos del mundo se comprometieron a través del diálogo público a establecer una agenda de acciones concretas y acelerar la implementación  de los acuerdos asumidos en la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer en Beijing en 1995.

Desde la RSMLAC seguiremos haciendo seguimiento a esta agenda, y continuaremos incidiendo en los espacios multilaterales, representando las demandas del movimiento de mujeres y feminista por una vida plena y digna.  Así mismo, continuaremos fortaleciendo las capacidades de las defensoras en la región a través de la cualificación en la argumentación basada en la evidencia, en el monitoreo y en la incidencia multinivel como herramientas para la exigibilidad de los compromisos adoptados por los estados de la región, al interior de los países de América Latina y el Caribe.

[1] https://lac.unwomen.org/es/digiteca/publicaciones/2018/11/estudio-reconocer-redistribuir-y-reducir-el-trabajo-de-cuidados

[2] https://conferenciamujer.cepal.org/14/sites/crm14/files/20-00089_crm.14_compromiso_de_santiago.pdf

 

[3] https://www.cepal.org/es/publicaciones/45916-cuidados-america-latina-caribe-tiempos-covid-19-sistemas-integrales-fortalecer

Línea telefónica sobre sexualidad, una experiencia exitosa entre la juventud de Paraguay

El 6 de julio cumple un año operando el servicio telefónico del grupo de adolescentes y jóvenes “Somos Pytyvõhára”.

A un año de servicio, el 6 de julio a las 19 horas las encargadas del proyecto celebrarán con un vivo por Instagram y Facebook para compartir la experiencia y responder consultas sobre sexualidad. En un año, cerca de 400 adolescentes y jóvenes ya han contactado con el servicio EIS De Par a Par en busca de información sobre sexualidad.

La línea telefónica brinda atención amigable, confidencial y de par a par (de jóvenes para otros adolescentes/jóvenes) sobre dudas en temas relacionados a la sexualidad. Se ha dado respuesta a las consultas de alrededor de 400 adolescentes y jóvenes. Paraguay no cuenta con una política pública de Educación Integral de la Sexualidad.

Este tema sigue siendo tabú en la sociedad e incluso el Ministerio de Educación ha colocado barreras, como ocurrió en el 2017 con la resolución N° 29664, la cual prohíbe todo material sobre teoría de género en la educación. Según datos del Ministerio Público, de enero a abril del 2021 se registraron 848 denuncias de abuso sexual hacia niñas, niños y adolescentes.

En todo el 2020, según la Dirección General de Información Estratégica en Salud, se registraron 12.468 partos de niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años. Estas cifras son el reflejo de una falta de políticas públicas de prevención y protección en materias de derechos sexuales y derechos reproductivos. Además, la atención en los servicios de salud amigables para adolescentes es ineficiente, lo cual se agravó en este contexto de pandemia.

Los servicios no se encuentran disponibles en todo momento, muchas veces faltan profesionales y recursos. Otra dificultad en el acceso es que no se cuenta con estos servicios en todas las ciudades del país.

El servicio EIS De Par a Par atiende de lunes a viernes de 11 a 18 horas.

Ofrece información sobre métodos anticonceptivos, dudas sobre los cambios del cuerpo en la adolescencia, ciclo menstrual, servicios de salud amigable y otras consultas relacionadas a la sexualidad.

El trabajo se realiza con el apoyo de Base Educativa y Comunitaria de Apoyo (BECA) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas en Paraguay (UNFPApy).

Redes sociales

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