¡Marta y María hoy nos invitan a visitar su casa!

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Lucas 10: 38-42

Leamos juntas este hermoso texto, en el evangelio de Lucas tenemos cantidad de relatos de mujeres y escenas cotidianas de discipulado. Hay muchos otros textos con diálogos desafiantes y transformadores de Jesús con mujeres.

Pastora Mariela Pereyra-

Algunas pistas necesarias para leer el evangelio propuesto:
En la época de Jesús estaba totalmente normado el lugar de la mujer, dentro de su casa y al servicio del varón (padre, hermano, marido). El evangelio de Lucas relata ampliamente la imagen de la mujer judía dominada por la casa, el estado y el templo, aunque al mismo tiempo trae a escena a la profeta, la impura, la extranjera. En el mundo del Nuevo Testamento nada es tan lineal, ni simple de interpretar realmente.

En aquella época se consideraba una bendición no haber nacido mujer y las mismas no tenían acceso a la educación, ni siquiera podían hablar en público. Jesús quiebra los estereotipos de la época, dialoga, llama y discute con mujeres, en muchas ocasiones tiene él un cambio de actitud o de visión sobre el tema planteado.
Como podemos imaginar, y así lo atestiguan los textos, los apóstoles fueron superados ante los cambios sociales y religiosos de la predicación de su maestro, tantas veces intentaron ponerlo dentro de la norma establecida por sus tiempos. Jesús, sin embargo, seguía llamando y predicando hacia otra realidad posible, la del Reino de Dios, donde la justicia habita para todas las personas sin distinción.

En la realidad de Covid 19 hemos visto la injusticia en el trato y el lugar de las mujeres, ante la crisis es evidente el retroceso en la vida “dentro de casa”, aun cuando quedaron varones y mujeres los roles y funciones siguieron siendo injustos y opresivos.
Las invito a compartir algunas preguntas, con ustedes mismas y/o con sus pares:

¿Cómo estamos hoy de puertas para adentro, hay distribución de tareas equitativa y digna para las personas que habitan la casa?
¿Tenemos tiempo de sentarnos y descansar, escuchar, pensar y orar?
¿Vemos incremento en el maltrato verbal y/o físico?
¿Cómo nos estamos relacionando las personas con quien habitamos?

De las puertas para adentro…
Volviendo al texto vemos que Jesús es recibido en la casa de estas dos mujeres, es tan significativo que tienen nombre: Marta y María.
Como es costumbre y mandato Jesús es recibido y atendido como se esperaba. Sin embargo si miramos la escena más de cerca podemos ver claramente el lugar de una de las hermanas, María una discípula de Jesús a sus pies y él enseñando. En realidad probablemente las dos están escuchando, pero una tiene la posibilidad de ser exclusivamente discípula en ese momento. ¿Por qué Marta no deja todo y se sienta también? Hace lo que quiere o más bien hace lo que puede, ella ve una injusticia en la acción de María que “no la ayuda”.

Para la mayoría de las mujeres la distribución de tareas se ha triplicado y cuadriplicado en esta realidad de Corona Virus, los hogares se han transformado en lugar de demanda constante y ya no hay tiempo a solas, siempre estamos al servicio de … el trabajo, la familia, la tarea escolar, las “reuniones virtuales”, los quehaceres de casa, las compras etc., etc.

Hoy también es necesario volver a denunciar que toda persona que tienen su vida disminuida por roles estereotipados vive una situación injusta y violenta. ¿Cómo construir hogares de paz basados en la desigualdad y la falta de oportunidades? Injusticias que siguen manteniendo al sexismo, clasismo y racismo no tienen lugar en el diálogo y discipulado cristiano. Una teóloga llamada Dorothe Sölle decía que las lágrimas de las mujeres son la manifestación más fuerte de la impotencia frente a la legalidad de la injusticia. ¿Cuánta bronca, impotencia y dolor guardadas por generaciones necesitan ser sanadas?

La importancia de los nuevos hábitos
La sociedad civil ha incorporado rápidamente nuevos hábitos de higiene, transporte y salud pública. Entendemos por hábito cualquier comportamiento aprendido (es decir, no nacemos con ningún hábito) mediante la repetición en forma automática y sin pensar en ello.

Con campañas mediáticas y gubernamentales incorporamos el lavado de manos y uso de barbijos, por ejemplo. Pues bien, si podemos incorporar esos hábitos, podemos muy bien también desaprender aquellas otras actitudes automáticas que nos han sido enseñadas.

Nadie nace machista, nadie nace violento/a, nadie nace racista. Es en nuestros hogares, sociedades e incluso iglesias que transformamos los hábitos en cultura ó dictámenes inamovibles.
Ahora es una excelente hora para ser discípulas y discípulos, sentarnos a escuchar y transformar el hábito y dinámica interna de los hogares que habitamos. Urge volver a resignificar la dinámica de nuestras realidades, nuestras casas y la forma en que nos relacionamos son hoy foco de atención.

Estimadas hermanas, estimados hermanos, partiendo desde lo más pequeño y cotidiano se encuentran los caminos a otras realidades, otro mundo donde puede habitar la justicia y la paz. Hemos aprendido y también podemos ver como los hábitos se reeducan, se transforman y hasta algunos desaparecen con mucho compromiso, cambio de visión y la ayuda de Dios.

Hoy pedimos a la Divina Sabiduría que nos guíe, proteja y bendiga para encontrar caminos de justicia y bienestar. En el evangelio de Lucas 10: 42 leemos: María ha escogido la mejor parte!
Trabajemos unidas y unidos para que las personas puedan escoger, elegir caminos sin violencia y presiones ajenas. Vamos a ser compañeras y compañeros en el discipulado y la vida plena, eso es posible en el encuentro con Jesús y en el diálogo constante y transformador.

Material ofrecido por la Red de Mujeres y Justicia de Género de AL y el Caribe de la Federación Luterana Mundial. 

Claudia Florentin