Abriendo Caminos, Teología Feminista y Teología Negra Feminista Latinoamericana

Silvia Regina de Lima Silva - Universidad Bíblica Latino Americana – Costa Rica-

¿Desde donde surge nuestra teología? Somos mujeres afrodescendientes en la diáspora africana. Cargamos una África dentro del corazón. Más que una “África real” traemos una África mítica, simbólica, una construcción utópica que alimenta nuestros sueños y deseos de liberación, de vida con dignidad. Ese es un lugar teológico que vamos dibujando y reconstruyendo comunitariamente. Retrata el mundo que deseamos y que buscamos edificar. Somos negras en una sociedad racista. Somos mujeres en un mundo androcéntrico y sexista. Experimentamos un “no lugar6 ”. La identidad negra es parte de un proyecto de afirmación, frente la negación y exclusión. Encontramos en el pasado una teología que legitimó la esclavitud y el racismo. Hoy buscamos no solo la desligitimización de esa teología como también, queremos recuperar la teología como un aporte en proceso de afirmación de la identidad negra, en el rescate de la ciudadanía negra. Teológicamente buscamos el reconocimiento del rostro negro como “imagen y semejanza de Dios”. El “no lugar”, mencionado anteriormente, se transforma en lugar del grito, de protesta, de reivindicación. Es también el lugar a partir del cual construimos nuevas relaciones. Es el lugar del empoderamiento, de la afirmación, del descubrimiento de un Dios cómplice y compañera en este caminar en búsqueda del propio rostro y de vida con dignidad.

La lucha contra la discriminación y el racismo, hace con que esta teología esté enraizada en los movimientos y organizaciones de los empobrecidos y empobrecidas y una a otros grupos que comparten de la misma realidad de exclusión. Conscientes de la exclusión creciente que promueve la globalización neoliberal, pensamos la negritud y el compromiso feminista desde el mundo de los pobres y buscamos juntos el otro mundo posible, la sociedad que respete la vida, proteja los más débiles, posibilite a cada una e a cada uno ser con dignidad en las diferencias. La construcción de las alternativas es otro importante lugar teológico de donde emerge la teología negra feminista.

“Ahora puedo decir que soy negra y que me siento orgullosa en ser negra. Pero, no siempre fue así. Antes de me aceptar como soy tuve una confrontación con mi Dios por me haber creado así, negra. Me parecía un Dios injusto. Como era posible me haber creado solo para el sufrimiento… a pueblos enteros de negras y negros condenados a sufrir eternamente”. Varias. Beber de fuentes distintas . Teología desde las mujeres indígenas y negras de Latinoamérica. Consejo Mundial de Iglesia / CLAI. Quito, 2002, p.1.

Transformar la teología La Teología Negra Feminista, desde el inicio de su reflexión se ha deparado con la rigidez del discurso teológico patriarcal. Para nosotras, hacer teología significó entrar en un edifico ajeno, muy bien estructurado, con bases firmes, no movibles, pero a la vez un edifico inhabitable y poco transitado. Los pasillos angostos, las salas apretadas muchas veces no caben nuestros cuerpos exuberantes o si entramos se nos hace difícil movernos. Aún así, es importante pasar por ahí, conocer la teología que por siglos nos ha ignorado, discriminado y hacer teología desde un lugar distinto. Eso implica en asumir el doble desafío anunciado al inicio de esta reflexión, o sea, la deconstrucción de la teología hegemónica patriarcal y el anuncio de nuevas comprensiones acerca de Dios, una teología alternativa que nos posibilite recuperar el ser persona con dignidad. Compartimos algunos elementos que brotan de nuestro quehacer teológico.

Recuperación del cuerpo como lugar de manifestación de Dios – En la Teología Feminista Latinoamericana encontramos la afirmación del cuerpo como lugar teológico. En a Teología Negra, este reaparece como el cuerpo negro. La experiencia de la discriminación racial es la negación del cuerpo negro. La asociación de lo negro con lo malo, lo sucio, con las dimensiones negativas de la vida, hace con que muchas negras y negros nieguen su negritud deseando emblanquecerse. Desear emblanquecerse es en el fondo desear la propia extinción como persona y como pueblo. No querer asumir su negritud es aspirar a no ser, a no haber sido8 . La mujer negra es desafiada a redescubrir la propia corporeidad, reconciliarse con su cuerpo negro, reencontrarlo como obra bella que salió de las manos del Creador/a. La belleza viene acompañada del sentimiento de dignidad y conciencia de los derechos como ciudadana, como hija de Dios. La Teología Negra recupera la importancia del cuerpo, lo reconoce, lo celebra. Rescata el cuerpo en sus relaciones cotidianas. Las preguntas, surgen de la vida, de las experiencias que hacemos en nuestro cuerpo, las búsquedas, los sueños, las necesidades diarias …también el hambre, la salud, el placer, el deseo, la reproducción, el amor son parte de nuestra teología. Historia y memoria – Una tarea importante de la Teología Negra ha sido participar en el proceso de la recuperación de la historia y la memoria del pueblo negro. Nos descubrimos parte de un pueblo, de una comunidad con raíces, con un pasado. Integrarnos a esta historia es descubrirnos como sujetos que hacemos historia. Además, descubrimos nuestra historia como lugar de encuentro, de manifestación de Dios. La historia de las mujeres y de los hombres negros es también lugar de Revelación. Redescubrir la historia es un paso importante en el rescate y afirmación de la memoria. Entendemos la memoria no como un recuerdo muerto del pasado, sino como la fuerza viva del pasado que se manifiesta en el presente, colmándolo de sentido y de trascendencia. Esta memoria esta guardada en lo más profundo del corazón, escondida en los secretos de la abuelas, depositada en los fundamentos de la religión, enseñada a través de la sabiduría de los ancianos. Es memoria liberadora pues guarda principios de la identidad y dignidad negra al mismo tiempo que se actualiza en el diálogo permanente con los desafíos que se presentan en cada situación histórica.

Encuentro con la experiencia religiosa de los antepasados – El encuentro con la historia y la recuperación de la memoria negra ha posibilitado a muchas mujeres el encuentro con la experiencia religiosa ancestral. Ha significado acercarse a algo que de alguna manera nos parecía conocido. Nos sentimos amadas y abrazadas por “ El Dios de nuestros abuelos”, por “la Diosa de nuestras abuelas”, por nuestros ancestros. . “… Por un Dios que no es una sola puerta, ni un solo camino sino que hace posible los muchos caminos.9 ” Las experiencias religiosas de las tradiciones africanas, están relacionadas con la naturaleza y con el culto de los antepasados. La tierra, los ancestros, los ríos, la comida, el axé 10son parte de la memoria histórico religiosa, parte de nuestra experiencia de Dios y fundamentos de una teología con rostro negro. No renunciamos a las raíces cristianas sino que las enriquecemos a partir de esta experiencia de fe. Se trata de una experiencia teológica ecuménica y macro ecuménica encarnada en los desafíos de la sociedad. La recuperación de nuestras raíces nos da fuerza para seguir siendo una voz profética en contra de las desigualdades, las discriminaciones y el racismo. En la teología somos llamadas a reflexionar a partir de esta doble pertenencia, de ese Dios con diferentes rostros pero con un corazón inmenso que nos ama y nos acoge en nuestras diferencias. A modo de conclusión Quisiera terminar con las palabras de Alice Walker, en Color Púrpura:

“¿Y Dios no es “Él “ ni “Ella”? , pregunto. Exacto. Dios es sencillamente, Dios. Pero, ¿qué aspecto tiene? Ninguno. No es cosa de cine. Es algo que no puedes separar de las demás cosas, incluido tú mismo. Yo creo que Dios lo es todo. Todo lo que es, ha sido o será. Y cuando tú pienses así y estés satisfecha de pensar así, es que ya lo has encontrado.

Por muchos siglos la teología patriarcal buscó el entendimiento puro de Dios. En ese afán de decir quien es Dios, construyó un Dios a su imagen y semejanza y definitivamente Dios dejó de ser Dios y pasó a ser lo que se nos dijo de Dios el discurso patriarcal. Hoy, cuando nosotras asumimos la palabra, el saber es para dar a conocer otros rostros e imágenes de Dios que quedaron ofuscadas o negadas por el sistema patriarcal. Estamos conscientes de que es una palabra, que parte de un lugar determinado y que es capaz de captar apenas uno u otro aspecto acerca de quien siempre será mucho más… porque es “el” o “la” que está en todo, a empezar por nosotras mismas… Por eso la teología no se puede separar de la espiritualidad porque las palabras serán siempre insuficientes, las imágenes deformantes, pues a Dios/a solo Podemos desear, experimentar, comprometernos y celebrar.

Publicado en: Revista Magistro www.unigranrio.br Revista do Programa de Pós-Graduação em Letras e Ciências Humanas – UNIGRANRIO- Volumen 1, Nro. 1, 2010

Claudia Florentin