Día de la Reforma: "me inspiran, no desde una historia cerrada, sino de algo que construimos también hoy"
Por Claudia Florentin-
503 años de la Reforma de Lutero. Me preguntan ¿Qué es para mí hoy?
Mi vida es cristiana y es ecuménica tanto como interreligiosa:
-Bautizada luterana al mes de vida, en una parroquia entrerriana. Concurrente a cultos en alemán en los primeros años con el calor de las siestas domingueras, señoras vestidas de negro, himnos interminables que no entendía
-Criada en escuela bíblica bautista y confesada fe en ella hasta empezar a pelearme con muchas prácticas doctrinales
-Estudiante libre-sin iglesia de apoyo- de teología por un par de años
-Ferviente discípula de la teología de la liberación
-Estudiante de religiones comparadas- Discípula de Jaime Barylko
-Meditada decisión de adherir a la iglesia Valdense hace más de 20 años, por historia, principios, compromisos y prácticas.
-Feminista militante de los derechos y la vida plena de las mujeres, desde la fe
-Trabajadora de agencia ecuménica hace más de 15 años
-Colaboradora en diversos espacios ecuménicos de la región
¿Qué puedo decir de la Reforma?
Lutero, y antes que él miles de hombres y mujeres de fe sincera, comenzaron a sentir esa picazón de la disconformidad… que esa religión institucionalizada no representaba su espiritualidad, sus preguntas, sus certezas…
Ellos y ellas por eso debieron enfrentar el escarnio, la persecución, el dolor de las separaciones. Porque duele ser voz discordante en la inmensa mayoría que parece seguir ciegamente lo instituido. Duele vivir el desgarro de lo cotidiano para generar algo nuevo. Duele perder seguridades para parir nuevas realidades inclusivas y amorosas.
Si algo rescato hoy de ese movimiento y de quienes le precedieron, es el coraje, la fuerza de desentonar, de ir contracorriente, con todos los errores y aciertos que conlleva construir desde la diversidad. No los idealizo, los comprendo y admiro. No es una historia idílica sino plagada de sufrimientos propios y ajenos.
Ellas y ellos me inspiran, no desde una historia cerrada, sino de una historia que construimos también hoy, día a día, siendo voz profética, pariendo con dolor conceptos y reflexiones que ni siquiera terminamos de entender pero en la convicción de que la divinidad en quien creemos es divinidad de revoluciones, de reformas, de inconformismos, de minorías disidentes dispuestas a renunciar a lo seguro, a soñar mundos nuevos y a parirlos en insumisión y esperanza. Ese es el mensaje que encuentro en la Biblia.
Soy cristiana, porque me inspira el Maestro de Galilea, muerto por sus convicciones y vida nueva para la esperanza
Adhiero a la reforma, aunque ya prácticamente sin comunidad de fe, porque no pongo mi seguridad en instituciones ni dogmas sino que estoy dispuesta a convertirme, a dudar, a disentir siempre que haga falta
Sigo apostando al andar juntes en nuestra casa común, porque nada somos sin la caminata diversa y rica de quienes miran también al Maestro y de quienes desde su fe o espiritualidad, construyen mundos nuevos.