Escucho, asimilo y pongo en práctica
Martha Eugenia Mujer Mariposa, México
Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo: Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos. Marcos 9:35
En la primera parte de este versículo Jesús utiliza tres verbos, sentar, llamar y decir. En la Biblia, solo aquellos que tienen autoridad se sientan. Así como los llama y les dice para que los que lo escuchan reciban con atención la enseñanza.Es la manera en que cualquiera que siga a Jesús, pueda prepararse para aprender, es decir ser discípulo (testigo) para luego asumida la enseñanza poder convertirse en apóstol, es decir ser mensajero de la Palabra.
En este tiempo, con tanta demanda de inmediatez, la preparación que Jesús invita a tener para la escucha y aprendizaje, es muy poco puesta en práctica, pues una gran mayoría quiere el mínimo esfuerzo para cualquier cosa. Siendo que la Palabra de Dios requiere ser rumiada en el interior, concebida en la mente, para luego anidada en el corazón pueda ser puesta en acción, como lo pide el Maestro.
Aunque también da un mandato, en la segunda parte del verso, el servicio como requisito indispensable para ser su seguidor. Poniendo implícitamente su ejemplo, pues Él sirve a todo aquel que se lo pide o que lo necesita.”Y tomando un niño, le puso en medio de ellos, le estrechó entre sus brazos y les dijo: El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino a Aquel que me ha enviado” Marcos 9:36-37.
En estos versos, muestra la manera del cómo hay que ser para poder llevar a cabo su misión, es decir tener la actitud de un niño, ya que la pureza de su corazón y la espontaneidad de sus actos son los adecuados para que la Palabra de Dios germine y fructifique.Haciéndolos reflexionar porque en ese tiempo un niño no tenía ninguna valía.
Por tanto, en esta perícopa, tenemos las acciones que se necesitan para asumir y luego llevar a la práctica el mandato evangélico.En lo particular, el hecho de rumiar, hacer oración continua, en mi vida tan agitada, es todo un reto, por la perseverancia requerida, pero más allá, la espera en que me veo necesitada de realizar para ver los resultados, es algo difícil de asumir. Y más cuando, pasando el tiempo, no sé si veré alguna respuesta a mis oraciones. Pero ante todo confiando que he sido escuchada y que en el momento adecuado estará la respuesta de Dios, madre/padre amorosa/o.
Martha Eugenia Camarillo Martínez Correo: marthaeugenia.01@hotmail.com