José: Hay otras formas que las clásicas e impuestas, de ser hombre pleno

Por Claudia Florentin

Texto: Mateo 1:18-25

Reina Valera Actualizada

18 El nacimiento de Jesucristo fue así: Su madre María estaba desposada con José; y antes de que se unieran se halló que ella había concebido del Espíritu Santo. 19 José, su marido, como era justo y no quería difamarla, se propuso dejarla secretamente. 20 Mientras él pensaba en esto, he aquí un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que ha sido engendrado en ella es del Espíritu Santo. 21 Ella dará a luz un hijo; y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.  24 Cuando José despertó del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado y recibió a su mujer. 25 Pero no la conoció hasta que ella dio a luz un hijo[c], y llamó su nombre Jesús.

Reflexión:

Un hombre en tiempos de Jesús necesitaba los hijos varones como perpetuación de su nombre, de su herencia, de su familia. Leemos en la Biblia el sufrimiento de mujeres que no podían tener hijos porque ese era el rol esperado. Y en este texto encontramos a José, un varón justo, en un dilema que pone en juego su ética, sus expectativas, su vida social y su fe. María, su prometida, atraviesa una situación similar pero también su cuerpo es atravesado por esta intervención divina. 

¿Creer? ¿Dudar? ¿Enfrentar el escarnio público? Mucho más fácil era abandonar a la mujer y seguir con su vida. Pero decide basado en su fe en Dios y avanza, acompañando a María en cada tramo del camino. Cría a un niño que no es de su carne y sangre, que les hará migrar de urgencia y les enfrentará con realidades atadas a lo divino.  Sigilosamente, desaparece de la escena bíblica. Nada más sabemos de él, apenas que fue carpintero y padre de otros hijos e hijas. Hay otras formas que las clásicas e impuestas, de ser hombre pleno, de ser esposo, padre. 

Siempre me llamó la atención este rol asumido con libertad y fe. No será el protagonista, a pesar de ser de la familia de Judá, descendiente del rey David. Será un varón que recibe mensajes de Dios y obedece. Después de vivir en Egipto por tres años, José tiene dos sueños más. En uno se le dice que ya es seguro volver a su tierra. En el otro se le dice que vaya a radicarse en Nazaret, el pueblo de María. Allí criarán y formarán al niño Jesús. 

Seguramente las primeras vivencias del Maestro de Galilea y las metáforas que usará en su vida, se apoyaron en este hombre y en esa mujer. 

Preguntas:

¿Cómo influimos en nuestras niñeces?

¿Qué roles de varones y mujeres inculcamos con el ejemplo diario?

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Claudia Florentin