José fue en su tiempo y en su contexto un varón contracultural

Una relectura de Susana Ramos, Argentina-

“José, hijo de David, no temas en tomar contigo a María, tu esposa, porque lo concebido en ella viene de la Rúaj Santa (Espíritu). Dará a luz un hijo a quien tú pondrás por nombre Jesús (‘Yahvé salva’), porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.

José se despertó del sueño e hizo todo lo que el Ángel del Señor le había  mandado y tomó consigo a su esposa, Y, sin haberla conocido, ella dio a luz un hijo a quien José puso por nombre Jesús” (Mateo 1,20-24)

A la luz del 8M donde hemos hecho tanto hincapié en el creciente y necesario protagonismo de las Mujeres, desde la lectura creyente María es la que canta la liberación de su pueblo porque Dios despliega el poder de su brazo para que de generación en generación las Mujeres sean felices. Esta María es la Compañera de José el carpintero, un varón de esos que hoy encuadraríamos en las llamadas “nuevas masculinidades”, porque San José fue en su tiempo y en su contexto un varón contracultural.

Él podría en el mejor de los casos haber repudiado en silencio a María cuando supo que estaba embarazada, y en el peor, que era lo que permitía la ley, hacerla apedrear por adultera… como sabemos nada de esto sucedió porque escucho a Dios en sueños, es decir no escucho su razonamiento patriarcal de buen judío, sino la voz de la revelación que siempre está a favor de la vida.

José sin ser padre biológico, según el relato bíblico, ejerció con admirable dedicación la función paterna. Nada dicen los relatos, que le pesara, o condenara lo que le toco vivir, antes bien tanto los evangelios como la tradición lo nombran Padre amoroso y providente, porque estuvo donde la vida, la historia y el contexto necesitaban un gesto y un compromiso radical que rompiera las leyes del patriarcado cultural, político y religioso. Por eso hoy San José es un ícono para un nuevo modo de relaciones entre varones y mujeres.

El aparente gesto privado e íntimo de José es un acto político y espiritual con un gran potencial transformador.

Claudia Florentin