Jesús sana a una mujer en el día de reposo

Jesus and the Bent over Woman, pintura de Barbara Schwarz OP.

Por Paula Ciancio, en nuestro Devocional Feminista 2022, para el mes de abril

Justo el 7 de abril se celebra el Día Mundial de la Salud en su reconocimiento como un derecho básico y universal y para la promoción de una atención sanitaria de calidad en todas las regiones del mundo. Releemos entonces este relato de sanación del Evangelio con mirada de género.

“11 y había allí una mujer que durante dieciocho años había tenido una enfermedad causada por un espíritu; estaba encorvada, y de ninguna manera se podía enderezar. 12 Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: «Mujer, has quedado libre de tu enfermedad».13 Y puso las manos sobre ella, y al instante se enderezó y glorificaba a Dios.” Lucas 13:11-17 (NBLA)

Un día de reposo. Un maestro judío. Un grupo de religiosos que conocían la ley y observaban que se cumpliera “al pie de la letra”. Una mujer. Una enfermedad. Dieciocho años de padecimiento.

Jesús prioriza el bienestar de una mujer enferma frente a la ley y ante la mirada de los religiosos. Para él no había tiempo. La liberación era urgente. La salud de la mujer no podía esperar. Ya habían pasado dieciocho años. ¿Cuánto habría perdido por causa de su condición? No sabemos nada sobre su historia, su nombre, su familia. Pero podemos imaginar que una enfermedad que degeneraba su cuerpo y la encorvaba cada vez más seguramente habría limitado sus actividades diarias, su posibilidad de conseguir un sustento. Ya había perdido demasiado. 

El encuentro con Jesús sucede en un día “inoportuno” para los conocedores de la ley. Pero Jesús sabe que la ley se hizo para servir a las personas y no las personas a la ley. (Mar. 2:27)

La liberación de la mujer era inminente. El mensaje del evangelio es liberador y trasciende costumbres, tiempos, espacios. No existe lugar o momento oportuno para liberar a una mujer que hacía dieciocho años padecía esta opresión. Su bienestar, la recuperación de su dignidad era para Jesús un asunto que debía atenderse por encima de cualquier protocolo.

“Una mano posó sobre su hombro.

La calidez de ese gesto, una teología amorosa.

Un evangelio que libera los cuerpos sufrientes. 

Un mensaje que dignifica. 

Al servicio del bienestar de todas las personas. 

Un Jesús que no repara en leyes y formas.

Su prioridad es desatar a las personas oprimidas.” 

“La Ruah está sobre nosotras, porque nos ha ungido la divinidad para traer buenas noticias a las personas afligidas. Nos ha enviado para vendar a las quebrantadas de corazón. Para proclamar libertad a las personas cautivas y liberación a las oprimidas.” (Is. 61:1. Versión modificada)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Claudia Florentin