Ollas populares, comunidad de mujeres pobres- 2 Reyes 4: 1-7
Blanca Geymonat, Iglesia Valdense, Uruguay.
2 Reyes 4: 1-7
“Eliseo le dijo:
— ¿Qué puedo hacer por ti? Dime qué tienes en casa.
Ella respondió:
— Sólo me queda en casa una alcuza de aceite.
Eliseo le dijo:
— Sal a pedir vasijas a todas tus vecinas, vasijas vacías en abundancia.”
Mujeres viudas… solas,
por elección o abandono…
Administrando y practicando el cuidado…
Reclamando por el abandono y la injusticia…
Sin victimizarse, sabiendo de sus riquezas…
Somos con otras, son ellas nuestra vida
¡No hay abandono, hay comunidad de mujeres!
Descubrí este pasaje bíblico gracias a Mercedes García Bachmann, ella compartió conmigo su riqueza. La riqueza del aceite, y la riqueza del saber comprometido y amoroso. Muchas otras mujeres han compartido conmigo sus experiencias, sus vivencias, sus sentipensares y el aceite se siguió multiplicando gracias a que ellas acercaron sus vasijas.
Compartir nuestras pequeñas-grandes riquezas, compartir con los compañeros de caminada una lógica distinta. Sin demostración de fuerzas que matan, que destruyen la vida y la posibilidad de reproducir la vida. Sin sacrificio de niños y mujeres (leemos el capítulo anterior al texto que compartimos)
También hoy son muchas las mujeres abandonadas, injustamente vulnerabilizadas. Y también muchas hoy reclaman por sus derechos y descubren sus riquezas. ¿Nosotras y nuestros compañeros, podremos humildemente aprender y hacer nuestra ésta nueva lógica de preguntar qué necesitan, de valorar lo que cada una tiene… tenemos y somos? Y luego aceptar amorosamente lo que ellas proponen… proponemos, sin suponer que todas las respuestas vienen del poder establecido, del propio sistema que produce soledad, injusticia, discriminación, violencia...muerte.
Esta lógica no patriarcal que dice que la comunidad, la sororidad, el cuidado es lo que produce y reproduce la vida, salva y libera.
La pregunta, la ayuda amorosa entre mujeres, las ollas populares son valoradas, son puestas en valor dentro del proyecto de Dios. Son una parte muy importante del proyecto. ¡No las grandes verdades, ni los reyes, ni las armas, ni los ejércitos!
Querida amorosa divinidad: muéstranos tu ternura en la solidaridad entre mujeres, entre pobres, ¡entre niños y niñas! Compartimos tus desafíos que nos levantan, nos valoran. Queremos amarnos y darnos la fuerza para participar en tu proyecto de justicia y paz para todos y todas. Que nuestra esperanza revolucionaria, que quiere dar vuelta todo y dar paso a la vida, nos permita crear y vivir comunidades en las que podamos realizar los gestos y cuidados amorosos, los vínculos sanos y responsables, la justicia y la libertad. Amén.
Publicado en el Devocionario Feminista 2022 de Con Efe, mes de Agosto
La imagen es de @antofagia para la convocatoria la Olla de Chile: https://www.laolladechile.com/ilustraciones