¿La paternidad y maternidad humanizan?

Por Carolina Artana-

En la audiencia general del miércoles 5 de enero de 2022, el Papa Francisco hizo una catequesis sobre San José, el padre putativo (es decir, de intención, de deseo, no biológico) de Jesús.

Después de hacer algunas consideraciones bíblicas muy interesantes, hace referencia a la adopción. Y de allí deriva en la siguiente reflexión:

"Y hoy con la orfandad también hay un cierto egoísmo. El otro día, hablaba sobre el invierno demográfico que hay hoy: la gente no quiere tener hijos, o solamente uno y nada más. Y muchas parejas no tienen hijos porque no quieren o tienen solamente uno porque no quieren otros, pero tienen dos perros, dos gatos… Sí, perros y gatos ocupan el lugar de los hijos. Sí, hace reír, lo entiendo, pero es la realidad. Y este hecho de renegar de la paternidad y la maternidad nos rebaja, nos quita humanidad. Y así la civilización se vuelve más vieja y sin humanidad, porque se pierde la riqueza de la paternidad y de la maternidad. Y sufre la Patria, que no tiene hijos y ―como decía uno de manera un poco humorística― “y ahora que no hay hijos, ¿quién pagará los impuestos para mi pensión? ¿Quién se hará cargo de mí?”: reía, pero es la verdad. Yo le pido a san José la gracia de despertar las conciencias y pensar en esto: en tener hijos. La paternidad y la maternidad son la plenitud de la vida de una persona. Pensad en esto. Es cierto, está la paternidad espiritual para quien se consagra a Dios y la maternidad espiritual; pero quien vive en el mundo y se casa, debe pensar en tener hijos, en dar la vida, porque serán ellos los que les cerrarán los ojos, los que pensarán en su futuro. Y, si no podéis tener hijos, pensad en la adopción. Es un riesgo, sí: tener un hijo siempre es un riesgo, tanto si es natural como si es por adopción. Pero es más arriesgado no tenerlos. Más arriesgado es negar la paternidad, negar la maternidad, tanto la real como la espiritual. A un hombre y una mujer que voluntariamente no desarrollan el sentido de la paternidad y de la maternidad, les falta algo principal, importante."

Habría tanto para decir sobre este párrafo, pero solamente haré tres subrayados.

En primer lugar, el egoísmo tiene múltiples causas que afectan a nuestro mundo y, tal vez, la principal sea el capitalismo, el neoliberalismo y la sociedad de consumo. No tener hijos no resuelve la pandemia de egoísmo. Si durante años nos hablaron de "paternidad responsable", ¿no será muy contradictorio estar demográficamente preocupados?

En segundo lugar, ¿la paternidad y maternidad son la plenitud de la vida de una persona? ¿Solo eso nos plenifica? ¿ Renegar de la paternidad o maternidad nos rebaja, nos quita humanidad? ¿Debo pensar en tener hijos para que cierren mis ojos o se ocupen de mi futuro? ¿Soy incompleta, me falta algo, por no querer/poder/elegir tener hijos? Hay muchas formas de maternar, muchas formas de sentirse pleno como persona.

Por último, volvemos a las indicaciones de siempre para controlar el cuerpo de las mujeres, sus deseos, su vocación, sus emociones y sentires. Se puede reflexionar, pero no está bueno demonizar o ridiculizar (¿Y con las mascotas? Seres vivos, parte de la creación, no?) nuestras intenciones. Los mandatos sobre las mujeres, los intentos de dominar nuestra intimidad, nuestra sexualidad y nuestras decisiones ya no corresponden y menos si provienen de una institución que ha vejado, maltratado y ninguneado a las mujeres durante siglos.

Respeto al Papa Francisco, pero creo que estas reflexiones no contribuyen a crear un mundo más justo, amoroso y humanitario.


Claudia Florentin