Cuaresma Feminista: Conecta con tu espiritualidad

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Marcos 14

Una mujer unge a Jesús en Betania

14 Faltaban solo dos días para la Pascua y para la fiesta de los Panes sin levadura. Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley buscaban con artimañas cómo arrestar a Jesús para matarlo. Por eso decían: «No durante la fiesta, no sea que se amotine el pueblo».

En Betania, mientras estaba él sentado a la mesa en casa de Simón, llamado el Leproso, llegó una mujer con un frasco de alabastro lleno de un perfume muy costoso, hecho de nardo puro. Rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús.

Algunos de los presentes comentaban indignados:

―¿Para qué este desperdicio de perfume? Podía haberse vendido por muchísimo dinero[a] para dárselo a los pobres.

Y la reprendían con severidad.

―Dejadla en paz —dijo Jesús—. ¿Por qué la molestáis? Ella ha hecho una obra buena conmigo. A los pobres siempre los tendréis con vosotros, y podréis ayudarlos cuando queráis; pero a mí no me vais a tener siempre. Ella hizo lo que pudo. Ungió mi cuerpo de antemano, preparándolo para la sepultura. Os aseguro que en cualquier parte del mundo donde se predique el evangelio, se contará también, en memoria de esta mujer, lo que ella hizo.

 

Estamos en vísperas de Semana Santa y pienso en Jesús amorosamente ungido con perfume por la mujer de Betania a horas de su muerte. Las mujeres somos sabias, entendemos de tiempos y ritmos. Seguramente ella supo que el fin estaba cerca y que el amor no puede esperar a mañana para manifestarse.

La espiritualidad de esta mujer se hizo gestos concretos, en amor puesto en acción y la divinidad acarició desde sus manos el cuerpo cansado del Maestro. Su memoria permanece hasta hoy, muestra que la espiritualidad que ilumina no se nutre de ritos y doctrinas, sino de manos a la obra.

Enciende una vela y haz una pausa ante la presencia de lo divino, que aparece en tu vida de tantas maneras. En el abrazo de una amiga, en la conversación que te desahoga; en las manos que sostienen cuando estamos a punto de caer; en la comida que alcanzan justo cuando el mes de pone pesado; en esa relación amorosa que construye; en ese mensaje en redes que despierta reflexiones y sentires...

¿En qué puedes reconocer la Presencia de lo Sagrado en lo que va de la semana?

En mi caso, en el amor de las amigas y de mi compañero, de mis hijos, que cuidaron y acompañaron una situación de salud un tanto compleja.

Se acercan días de intensa espiritualidad y en plena crisis del Covid 19 muchos de los actos concretos son imposibles.

Te proponemos algunas actividades: Medita. Disfruta de esa llamada postergada a quien espera. Lee. Comparte en redes mensajes que alienten y esperancen. Reza. Comparte lo que tienes con quienes cerca de ti, necesitan. Ofrenda para alguna actividad de mujeres que necesite apoyo. Ama

Claudia Florentin