Babel ¿castigo o liberación?

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Charla dialógica de mujeres en encuentro de Espiritualidad de Con efe.

Las mujeres y los hombres hablan el mismo lenguaje. Ellas y ellos construyen la torre de Babel. Jehová confunde su lenguaje y los dispersa sobre toda la tierra.

Génesis 11:1-9

El relato de Babel encierra el misterio del origen de las lenguas y los pueblos y según las lecturas tradicionales, un castigo divino. Las lecturas ocasionales del texto según algunas mujeres participantes, cuentan que la interpretación siempre fue de una mirada negativa, construyendo a un Dios vengativo, enojado, que castiga la rebelión y por eso confunde las lenguas para destruir un proyecto. Incluso en lo que tenemos en nuestra memoria reposa hasta una interpretación relacionando este pasaje con la promiscuidad.

Como colectivo de mujeres nos hemos propuesto hacer una relectura liberadora y amorosa de parte de Dios(a).

En el relato hilamos y construimos una nueva hermenéutica acerca de lo acontecido en esta comunidad de Babel. Acercándonos al texto desde nuestras realidades y cosmovisiones.

En primer lugar, el relato menciona que el pueblo hablaba la misma lengua, lo que los unificaba, facilitaba su manipulación e imponía una misma visión. El poder homogenizador de la lengua los obligaba a trabajar en el proyecto de la torre, un proyecto de grandeza imperial que obedecía al corazón prepotente de Nimrod. Quien era bisnieto de Noé y se había constituido como rey para gobernar a otras personas.

En esta descripción vemos como la estandarización del lenguaje, se constituye en una herramienta de dominación y poder. En la cultura machista es evidente la materialización patriarcal del lenguaje, con invisibilización activa de la mujer y preponderancia totalitaria del género gramatical masculino.

Continuando con el relato de génesis, nos cuenta que la comunidad decidió asentarse en una llanura, hacer ladrillos y cocerlos con fuego para construir una ciudad y una torre que llegará al cielo, ser famosos y así evitar ser esparcidos.

La construcción de la torre conduce a diferentes aplicaciones, una de ellas es al falo, las esculturas, edificios, que sobresalen en las principales ciudades del mundo como símbolos de grandeza e imposición que remiten a un posicionamiento patriarcal.

Así mismo la torre representa el egoísmo, al querer encerrarse sin mirar a nadie, sin ningún contacto con los de afuera, con los otros y otras. Son estructuras frívolas, sin vida, que no ayudan a nadie. La torre prefigura una estructura desigual, donde se jerarquiza y se imponen relaciones verticales de injusticia.

También vemos en la construcción de la torre, la utilización de ladrillos, hecho que muestra la importancia de los recursos económicos y humanos para llevar a cabo el proyecto. Así mismo el patriarcado se edifica y promueve con grandes sumas de dinero, poderes políticos, intelectuales y élites que sustentan las estructuras machistas.

En el relato se evidencia temor de las personas, no querían ser esparcidos sobre la faz de la tierra. Y es que el miedo aquieta y paraliza, vuelve a las personas propensas a la manipulación, abuso y control. En nuestras sociedades como mujeres se nos ha impuesto el miedo como forma de dominación; no podemos salir en la noche porque nos pueden violar, no podemos denunciar porque nos matan, no podemos exigir derechos porque nos tratan de incendiarias, rebeldes, no podemos decir lo que pensamos porque nos consideran locas. 

Como segunda escena, vemos a Dios(a) descender para ver la construcción de la ciudad y la torre. Aquí se nos describe a un Dios(a) con una actitud inquieta, tenía curiosidad. Baja a ver lo que estaban haciendo y se dio cuenta que todos eran uno y hablaban el mismo lenguaje, y vio más allá, las intenciones de sus corazones, “han empezado la obra y nada los hará desistir”.  Vio la obstinación de los corazones, y la vulnerabilidad de las personas que no se daban cuenta que estaban siendo instrumentalizados por Nimrod, y su visión de poderío imperialista.

Vemos la paradoja del ser hermano que quiere subir al cielo mientras Dios(a) desciende para venir a nuestro encuentro que es liberador.

Así como lo expresa Gabriela, esta actitud evoca a Adán y Eva en el edén queriendo llegar al conocimiento mientras Dios(a) se paseaba por el jardín. Y en la misma crucifixión Dios(a) siempre mostrando su humanidad y el ser humano siempre buscando el poder y la gloria.

Dios(a) se hace cercano y rompe con las estructuras, con los muros, con las torres. Es desafiante, creativa, amorosa, libre y siempre busca la dignidad del ser humano.

Él va a intervenir para liberarnos de nuestros caprichos, de la ceguera, de los miedos, de la instrumentalización de otros que sacan provecho, de aquellos que quieren hacernos creer que no podemos determinar nuestros destinos, y no podemos seguir nuestros sueños.

Dios desciende, es la iniciativa divina de confundir el patriarcalismo y abrir espacio a lógicas diferentes, de igualdad y equidad.

En tercer lugar, el relato describe la confusión de lenguas y dispersión. Dios(a) obra de una manera creativa a través de su Ruah da voz a las marginadas, e invisibilizadas. Es esa fuerza del Espíritu que da vida y abre caminos de reconocimiento a las mujeres, constituyéndolas en sujetos emergentes y protagonistas de un proyecto liberador.

A partir de allí debemos buscar promover la pluralidad, articulando su voz para reivindicar, hacer notar su punto de vista, sensibilidad, sus luchas, y también sus sufrimientos. Desde este lugar del compromiso ineludible de facilitar procesos y espacios en donde otras voces sean escuchadas.

Es desafiante el diálogo con otros y otras que piensan distinto, con aquellos que promueven el fundamentalismo.

El reto presente de “hablar con amor, pero también trazar límites que conlleven al respeto y dignidad”, afirma Belén. Tenemos algunas actitudes que nos ayudan a establecer diálogos; “acordarnos de los orígenes para entender al otro”, dice Gabriela. “No creerse más que los demás, guardar siempre de no crear jerarquías sino horizontalidad”, plantea Marcela.

“Existe el riesgo permanente al pensar que las otras necesitan tutelaje. Esta muy interiorizado el tutelaje, el “yo te voy a decir las cosas como son””, afirma Claudia. La construcción colectiva no es de respuestas rápidas.

Necesitamos ser entendidos y comprender la verdadera unidad, que no es hablar la misma lengua sino entendernos con nuestras diferencias en medio de la pluralidad.

Desde esta perspectiva Con efe es un espacio de construcción desde la pluralidad, donde se promueven las voces que dan cuenta la diversidad de cosmovisiones, formas de ver y pensar las realidades de las mujeres en América Latina.

Recopilación de: Stella Colmenares

Pastora Colombiana

Claudia Florentin