Victoria Cortez: Despedimos a la primera Obispa Luterana en América Latina y Caribe

Por Claudia Florentin-

Este 26 de setiembre se conoció la partida de la querida Obispa Luterana Dra. Victoria Cortez en Nicaragua. Era Obispa de la Iglesia Luterana Fe y Esperanza desde 2004. Ella fue la primera mujer en el obispado luterano en la región y su ejemplo ha inspirado a muchisimas personas. Agradecemos a Dios por su vida plena y amorosa.

La iglesia Luterana de Costa Rica, la recuerda diciendo:

La Obispa Victoria fue, como Teresa de Ávila, una “fémina inquieta y andariega” que nunca cesó de caminar, dentro y fuera de Nicaragua, compartiendo su palabra poderosa, impulsando proyectos, removiendo conciencias, abriendo senderos y espacios para que nuestras iglesias siguieran caminando por rutas de inclusión y solidaridad arraigadas en el Evangelio de Jesucristo.

La Obispa Victoria sabía leer el alma de la gente y a partir de ahí surgía un sabio consejo, una amonestación -a veces tierna, a veces dura-, o una chispa de picardía que nos hacía reir y reflexionar.

La Obispa tenía muy claro su compromiso con quienes la rodeaban, con la sociedad y la política de su Centroamérica amada.

Recuerdo haber escuchado a la Obispa decir en un video alojado en Youtube:

“La pastoral integral significa seguir el ejemplo de Jesús. Es decir, Jesús vino al mundo a anunciar la buena nueva del reino de Dios, pero a la par de esto, Jesús hacia milagros. Jesús resucitaba, daba de comer, perdonaba pecados, rompía esquemas”.

YO NO ESCOGI SER PASTORA, SOLAMENTE SENTI EL LLAMADO, decía Cortez en una entrevista concedida a Tortilla con Sal (no le gustaban las entrevistas).
 
 No lo busqué, porque tampoco creo que algunos cargos se buscan. En el camino del Señor uno sirve y en el servicio a los demás uno va abriéndose brechas. Ya lo he dicho en muchas ocasiones, que difícil es para nosotras las mujeres abrirnos caminos. La iglesia, como todos los elementos de la sociedad, es patriarcal. Entonces uno tiene que ir abriendo caminos”.
 
 Sobre el ser mujer en comunidades de fe habitualmente dirigidas por varones decía:

“Hay veces que a mí me molesta, que alguien diga llamemos a la Obispa, porque necesitamos que haya una mujer. Ay, ese momento, sí, que me enfurece. Porque yo pienso que nosotras las mujeres necesitamos aprender a tener nuestra autoestima elevada para no conformarnos que nos llamen por ser mujer, sino porque nosotras somos capaces, y hay veces mucho más que los hombres. El ser Obispa, en nuestra Iglesia Luterana, no tiene un sentido de jerarquía, yo me siento que soy la Obispa solamente por tener más responsabilidad de servir.
 
 Yo soy Pastora de Pastores(as) y mi función principal en la Iglesia es, velar por el fiel apego al Evangelio de nuestro Señor Jesucristo.

Y continuaba:

Cuando estamos en una sociedad dominada por hombres, también las mujeres jugamos los roles que la sociedad nos impone. Somos hombres y mujeres con un pensamiento patriarcal. Y por eso es que no es fácil ocupar cargos de dirección, a veces nuestras mismas hermanas, nuestras mismas compañeras son piedras de tropiezo para que uno vaya avanzando. Sin embargo, cuando servimos a Dios y por ende el prójimo la unica estrategia que existe es la de servir. Cuando uno está en el camino del Señor, es El quien va iluminando y nos guía. Entonces, la estrategia es dejarse llevar por el Señor, es saber leer los Signos de los Tiempos.
 
 Sin embargo, un aspecto bien importante para abrirse espacios, en cualquier campo, incluyendo el religioso, es la capacitación y formación, en mi caso, estudiar la doctrina Luterana es fundamental. Porque nadie me va a venir a decir a mí - ¡estás mal! Yo siento siempre como que me examinan en doctirna Luterana cuando algún teólogo luterano conversa conmigo.Yo creo que es importante decir: Estudio para servir a los demás. Porque, amarás al prójimo como a ti mismo, dijo el Señor, es igual que decir, amar a Dios sobre todas las cosas.

Sobre la iglesia Luterana en Nicaragua “Fe y Esperanza”- ILFE

La ILFE, con 33 años de vida, tiene una historia de anuncio, acompañamiento y esperanza. Surge como respuesta al sufrimiento de los/as refugiados/as sSalvadoreños/as quienes afectados/as por la guerra civil en los años 1980 en El salvador,  llegaron como refugiados/as a Nicaragua. Entre ellos y ellas llegó la Victoria Cortez, que junto con otros líderes, formó la Iglesia Luterana Salvadoreña en el Exilio, siendo hasta 1990 que se funda oficialmente la Iglesia Luterana “Fe y Esperanza” de Nicaragua.

El año 1990 los/as refugiados Salvadoreños deciden regresar a su país. La presencia de luteranos nicaragüenses hizo que la comisión formada por Gladys Castillo, Ana María Panameño y Enoe Urbina solicite, a la coordinación de la iglesia conformada el Rev. Ilo Utech de Brasil; el Rev. Kennet  Mahler de EE.UU. y la entonces Licda. Cortez de El  Salvador y Nicaragua, continuar con el trabajo ministerial en el país. “Decidimos quedarnos en Nicaragua inaugurando el 24 de julio de 1990 la primera Iglesia Luterana Nicaragüense en la Comunidad de Dos Cerros en Masaya. En la inauguración fui ordenada  como  pastora de la iglesia y a los dos años ya teníamos 15 comunidades” agrega la Obispa Cortez. Una proyección hacia el futuro les permitió definir el modelo de iglesia contextual inmersa entre campesinos/as y barrios pobres.

Fuente de la historia de ILFE- https://americalatinacaribe.lutheranworld.org/ y ALC Noticias

Claudia Florentin