Sin las personas más vulnerables, el planeta colapsa

Por: Jocabed R Solano Miselis-

Hay un relato gunadule que expresa la importancia de vivir en comunidad. Un fragmento del canto oral dice así: Necesitamos a los palos más débiles, porque sin ellos no podemos mantener la nega( casa).Esos palos menores mantienen al buwar, lo sostienen; dan solidez a toda la nega. El palo fuerte debe apoyarse sobre los más pequeños.¨Yo no puedo solo¨. No puedo sobrellevar el peso de toda la casa.

Y esto es muy cierto en muchos aspectos de la vida, incluyendo la lucha en contra del cambio climático. ¿Sabías que? Los Pueblos Indígenas sustentan alrededor del 80% de la biodiversidad restante del mundo y el 17% del carbono forestal del planeta. A pesar de esto son uno de los grupos más vulnerables por el cambio climático.

Según la IPCC(Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático), esto se debe a la intersección de múltiples construcciones que producen inequidad, como el género, los ingresos y la clase social, y la histórica marginación que lo ha excluido. Y esta marginación se basa en patrones de desigualdad, que siendo forjados durante la época colonial . Actualmente se refuerzan de diversas maneras, como son las políticas de muchos estados basados en el colonialismo, el epistemicidio recurrente, las economías basadas en el capitalismo caníbal, el extractivismo hacia la tierra, el desplazamiento forzado por las guerras, el cambio climático, la injusticia climática entre otros.

El cambio climático afecta de manera real el día a día de los Pueblos Indígenas, por ejemplo: En Gunayala uno de los territorios del pueblo Gunadule, cada año se incrementa el nivel del mar afectando la vida de la población con el desplazamiento de los comuneros, y esto afecta socioculturalmente, espiritualmente a los gunas quienes en su cosmovivencia plantean una relación de armonía con la tierra y el mar. Llamando a la tierra Nabgwana (Madre Tierra) y al mar Muu Billi( Abuela Mar).

Las comunidades del Ártico perciben y experimentan de manera cada vez más acelerada cambios e impactos como la acidificación de los océanos y la pérdida de permafrost y sus repercusiones asociadas a la liberación de metano. Las comunidades indígenas de las demás regiones socioculturales -África; Asia; América Central y del Sur y el Caribe; Europa del Este, Federación Rusa, Asia Central y Transcaucásica; América del Norte; y el Pacífico también presentan altos niveles de vulnerabilidad al enfrentar, entre otros, graves sequías, inundaciones extremas, incendios y contaminantes orgánicos persistentes.

Frente a esta realidad cada año cientos de hermanas y hermanos indígenas participan en la Conferencia de las Partes (COP) es la Cumbre Anual que realiza la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) con distintos objetivos, pero uno de estos es hacer incidencia por Justicia Climática. Ya que como dicen los hermanos de distintos Pueblos Indígenas. Que sin los derechos de los Pueblos Indígenas no hay justicia climática. La participación de los Pueblos Indígenas junto a toda la sociedad civil es de vital importancia en estos espacios para presionar a las partes a tomar decisiones en favor de la justicia climática. Sin embargo, esto no siempre es posible, pues los gobiernos, en especial los gobiernos más ricos, quienes son los mayores contaminantes, y emisores de los gases de efecto invernadero, no asumen su responsabilidad moral, y económica frente a la emergencia climática.

Aunque en esta COP 27 se logró establecer un fondo económico para ayudar a combatir las pérdidas y daños. Un logro que la sociedad civil en América Latina estaba empujando desde mucho tiempo y es una demanda del sur global, desde hace más de 30 años, de la Cumbre de Río de 1992 explica a DW Alejandro Alemán, coordinador de la red CAN (Climate Action Network) Sin embargo, tiene escasos progresos, por ejemplo, el haberse centrado en los síntomas del cambio climático, esos síntomas que se engloban en lo que se llama “pérdidas y daños”, refleja la incapacidad global para enfrentarse a la terrible realidad de que dependemos en un 80% de los combustibles fósiles. Alejándonos del tema central ¿cómo evitar que ocurran más daños y pérdidas? Por otro lado, los países ricos aún no han entregado los 100 000 millones de dólares anuales que prometieron desde hace años y que en la COP 26 de Glasgow parecían inminentes y no hay claridad en los términos de los acuerdos de financiación. Solo acuerdos incompletos y apresurados. Con relación a los Pueblos Indígenas no se ha querido ahondar en el tema de pueblos indígenas en el mecanismo de control y en el de queja.

Por otro lado, el documento de Plan de implementación de Sharm el-Sheikh, hace algunas menciones sobre los Pueblos Indígenas abajo dos momentos. Aquí dos puntos que me gustaría señalar uno donde menciona lo siguiente:

Reconociendo que el cambio climático es una preocupación común de la humanidad, las Partes deben, al tomar medidas para abordar el cambio climático, respetar, promover y considerar sus respectivas obligaciones en materia de derechos humanos, el derecho a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible, el derecho a la salud, los derechos de los pueblos indígenas, las comunidades locales, los migrantes, los niños, las personas con discapacidad y las personas en situación de vulnerabilidad y el derecho al desarrollo, así como la igualdad de género, el empoderamiento de la mujer y la equidad intergeneracional.

Y el otro lo señala, en el punto XVII. Mejorar la implementación: acción de partes interesadas que no son Partes se hace mención en el punto 83. Reconoce el importante papel de los pueblos indígenas, las comunidades locales, las ciudades y la sociedad civil, incluidos los jóvenes y los niños, para abordar y responder al cambio climático y destaca la urgente necesidad de una acción cooperativa y de múltiples niveles a este respecto.

Estos puntos son muy importantes para que como sociedad civil sigamos dando seguimiento y siendo la iglesia parte de la sociedad. Una pregunta sugerente es ¿ De qué maneras podemos acompañar, apoyar, velar y articular para que se puedan llevar a cabo estas declaraciones?

Caminar con los más ´vulnerables´ es un compromiso de fe, que nos convoca a encontrarnos con Jesús mientras él camina con los más vulnerables podemos reconocer su rostro en ellos y la profunda espiritualidad de Jesús en esta hermenéutica del encuentro de los que sufren. Pero también son muchos de ellos y ellas tales como los Pueblos Indígenas quienes a través de su lamento, sabiduría, resistencia e insurgencia nos siguen mostrando otras maneras de vivir que son posibles, es desde allí que también podemos discernir, aprender, y vivir en una relación justa con la tierra desde sus sabidurías milenarias y aún a denunciar el colonialismo presente en las estructuras sociales que se ven muy presentes en las políticas de estado y a partir de estas políticas coloniales se pretenden traer soluciones, cuando son las mismas estructuras de los estados quienes están basados desde sistemas colonialistas las que nos ha llevado al colapso.

Entonces se hace muy urgente y pertinente hacer deconstrucciones de nuestros sistemas y valorar otras alternativas de vivir que se basan en el buen vivir, con economías justas para todas y todos. Indigenizar nuestras maneras de entender la relación con la tierra es también una propuesta bíblica cuando en algunos pasajes de la Biblia, se nos plantea la importancia de cuidar todas las relaciones en una convivencia ecológica justa, basadas en relaciones de justicia, amor y paz. Cuando se nos recuerda la importancia de descansar la tierra, los animales, cuando en Génesis se nos presenta una propuesta de vida basada en el shalom de Dios para toda la creación. Cuando la vida de Jesús fue el amor al prójimo. Es por eso por lo que caminar con los que cuidan la tierra es también una propuesta de fe que debe ser profundizada en una reciprocidad de aprendizaje en donde reconocemos que sin los más vulnerables no podemos hacer comunidad.

La colaboración y apoyo hacia los pueblos indígenas en la gobernanza climática. Nos debe llevar a promover el diálogo con la ciencia no indígena y fortalecer las capacidades de toma de decisiones y liderazgo, aumentando las posibilidades de una adaptación sostenible y un desarrollo resistente al clima. Es por eso por lo que es necesario hacer incidencia en los procesos desde nuestros gobiernos, en nuestros países a nivel local, regional fortalecer el apoyo con las luchas que se están gestando desde las comunidades indígenas y a nivel global en espacios como las COPs, apoyar con los gobiernos espacios de lobby político para soportar las demandas que están gestionando desde el CAUCUS indígena. Esto requiere que conozcamos el tecnicismo y los documentos vinculantes, las negociaciones, los derechos de los Pueblos Indígenas. ¿ Cuáles son los mecanismos estratégicos que podemos trabajar para colaborar con los Pueblos Indígenas como comunidades de fe? Pues si creemos que desde los `vulnerables´ hay esperanza y fuerza entonces debemos reconocer a partir de su sabiduría, gobernanza, incidencia diaria en sus comunidades y en espacios globales contribuyen a que el desequilibrio de la injusticia climática todavía no sea un colapso total, más bien está sabiduría que han recibido del Creador, les da las herramientas y la fuerza para resistir e insurgir con sistemas de vida para todos los seres vivientes. Sin ellos y ellas el planeta colapsa.

Reconocer el actuar de la Ruah en las comunidades indígenas con relación al cuidado de la tierra, es signo de la presencia de Dios en toda su creación. En esta nega cómo le reconoce el pueblo Guna.


Claudia Florentin