31 de octubre: «Día de Brujas» y Día de la Reforma Protestante – los fuegos que aún arden…
por Odja Barros-
“Quiero ser el primero en prender fuego a las brujas”, dijo Lutero sobre las brujas en un contexto de creciente persecución de herejías en el siglo XVI. Lutero no fue el único. Otros reformadores echaron leña en esta hoguera que quemó, en toda la Europa protestante, a miles de personas, en su mayoría mujeres. Entre los siglos XVI, XVII y XVIII, las acusaciones de herejías y brujería se multiplicaron. Pero, ¿por qué las mujeres fueron las más acusadas?
En la sociedad profundamente religiosa de la época, las mujeres ocupaban una posición definida por la Iglesia: debían ser esposas y madres. El único papel de la mujer era criar a los hijos y gestionar la vida doméstica sobre la base de la sumisión cristiana. Y, de acuerdo con la interpretación bíblica patriarcal, tanto católica como protestante, las mujeres, el género femenino, eran las más propensas a sentirse atraídas por el diablo.
Esta fue la base de la acusación de herejía por brujería. La herejía de la brujería era todo lo que amenazaba el control del poder y la enseñanza de la Iglesia. Cuando las mujeres abandonaban el rol establecido por la norma cristiana, terminaban siendo blanco de la acusación de herejía de brujería. Tener pocos hijos, no tener hijos, querer romper con el patrón social obligatorio de esposa y madre, era una señal de que algo estaba fuera de lugar, lo que resultó en una acusación de brujería. Además, las mujeres que demostraban tener algún tipo de poder y de conocimiento eran objetivos de acusaciones y juicios.
La caza de brujas se llevó a cabo como un mecanismo de autoprotección del poder religioso. Todo lo que no fuera controlable se consideraba herejía y merecía ser exterminado. Por lo tanto, el 31 de octubre, que marca tanto el Día de la Reforma Protestante como Halloween (el Día de las Brujas), nos recuerda que las hogueras religiosas siguen ardiendo, prendiendo fuego a las mujeres que desafían a esta sociedad terriblemente religiosa.
Por lo tanto, hablar de las mujeres y de la Reforma Protestante es también hablar de las brujas y de los fuegos religiosos que aún siguen encendidos.
La autora es Pastora de la Igreja Batista do Pinheiro (Maceió, Brasil). Estudió Pedagogia en la Universidade Federal de Alagoas y es Doctorada en la Escola Superior de Teología (Rio Grande do Sul)
Fuente: http://www.diversidadreligiosa.com.ar/