Esta es mi historia: relatos sobre violencia obstétrica en la adolescencia
El maltrato hacia la persona gestante durante el embarazo, el parto y el post parto, es mucho más habitual de lo que se cree. Y cuando hablamos de adolescentes madres o padres, estas cifras crecen aún más. Desde Fundación Kaleidos crearon un podcast con el objetivo de visibilizar esta realidad y brindar un espacio de sensibilización para la prevención de la violencia obstétrica en adolescentes.
De la mano de muchos testimonios de adolescentes que sufrieron violencia obstétrica, y guiados por Félix, Isaak, Akemi y Mora, adolescentes promotores en ESI, los y las invitamos a escuchar el podcast “Esta es mi historia: relatos sobre violencia obstétrica en la adolescencia”.
En el primer episodio contamos qué es la violencia obstétrica para los y las que nunca escucharon hablar de esto, o escucharon poco, y hablamos acerca de porqué cuando la persona gestante es adolescente, estas situaciones son más frecuentes y graves y qué consecuencias tiene. Para evitar la violencia obstétrica, hablamos de la no discriminación y de la importancia de erradicar las burlas, humillaciones o palabras hirientes ¡y que se respeten las decisiones de las personas gestantes sobre su parto! Decisiones que tienen que ser informadas y acompañadas de una previa charla por parte de los y las médicas sobre qué métodos y opciones tienen las adolescentes. La libertad de elección y de acceso a la información, es parte de sus derechos.
En el segundo capítulo hablamos de violencia obstétrica psicológica. Un tipo de violencia más difícil de detectar porque es invisible y naturalizada, y está conformada por los comentarios hirientes, humillaciones y presiones ejercidas hacia las adolescentes mamás y también, hacia los adolescentes papás. En este capítulo te contamos acerca de las consecuencias de este tipo de violencia y por qué la exclusión de los adolescentes varones del proceso de pre parto, parto y pos parto es violencia. Si visibilizamos e informamos, damos lugar a que se pueda revisar el vínculo que tienen los y las profesionales de la salud con los y las adolescentes y brindamos las herramientas a estos/as últimos/as para que puedan decidir cómo transitar sus partos.
Cuando se expone a las personas gestantes a procesos médicos invasivos, o cuando se realizan prácticas sin control o innecesarias, hablamos de violencia obstétrica física. A veces, las personas reciben medicación que no necesitan o no reciben el tratamiento adecuado. Qué consecuencias tiene esto en las personas gestantes adolescentes y cómo prevenir estas situaciones, te lo contamos en el tercer episodio de “Esta es mi historia: relatos sobre violencia obstétrica en la adolescencia”.
Socialmente se piensa que el ser mamá está asociado al dolor, al sacrificio y al sufrimiento. Sobre todo, en el momento del parto y post parto. Esto, sumado a la falta de información, lleva a que muchos y muchas adolescentes no se den cuenta que están siendo víctimas de violencia, por ello la importancia de visibilizar esta problemática. Además, es necesario el consentimiento de los y las adolescentes para todas las prácticas médicas que vayan a realizarse sobre sus cuerpos, y para ello deben estar bien informados/as. Estar acompañados/as y contenidos/as por quienes ellos/as desean, es muy importante también.
La violencia obstétrica puede tomar muchas formas. Comunicar, escuchar y denunciar, son las claves para erradicarla.
¿Qué es la violencia obstétrica?
La violencia obstétrica es aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo, los procesos reproductivos y la emocionalidad de las mujeres y personas gestantes. La Ley Nº 26.485 (de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los Ámbitos en que desarrollan sus Relaciones Interpersonales) la define como “aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización, y patologización de los procesos naturales”.
¿Existen distintos tipos de violencia obstétrica?
Sí. Se las cataloga formalmente en dos grupos: violencia física y violencia psicológica.
La violencia física son todas aquellas acciones innecesarias o inapropiadas y/o no informadas o no consentidas que pueden afectar a la persona gestante. Por ejemplo, tactos vaginales innecesarios o realizados sin respetar la intimidad, episiotomía por rutina y no por necesidad y maniobras que están prohibidas. También el uso de medicaciones y sueros para acelerar el parto son ejemplos de violencia obstétrica. Otros ejemplos, son no permitir a la persona gestante decidir en qué posición desea parir y la realización de cesáreas innecesarias.
Como violencia psicológica podemos considerar al trato irrespetuoso o insultante y la violación de la intimidad. Algunas frases ofensivas que denotan violencia son “te gustó tener relaciones y ahora te quejas” y “no hagas un escándalo”. Impedir que la persona sea acompañada por su pareja o persona de confianza y/o separarla de su hijo o hija sin necesidad, también es violencia.
¿Qué pasa cuando se ejerce violencia obstétrica en adolescentes?
En muchos casos, la edad de la persona gestante profundiza la violencia que ejerce el personal de salud sobre los y las adolescentes. Esta se agrava producto de los estigmas que recaen sobre adolescentes papás y mamás y por la asimetría que se genera entre el o la profesional y el o la adolescente. Quedan marcas psico emocionales y físicas muy profundas que impactan directamente en el vínculo con la o el hijo, la lactancia, la relación con el cuerpo, los procesos sexuales y reproductivos y en la calidad de vida en general (pérdida de autoestima, miedos, etcétera) de la mujer o persona gestante. Además, los y las adolescentes se alejan del sistema de salud reforzando la vulneración de derechos y las barreras de acceso.
¿La violencia obstétrica es violencia de género?
Sí. La ONU, la Corte Interamericana de Derechos Humanos y la Ley Nº 26.485 (de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los Ámbitos en que desarrollan sus Relaciones Interpersonales) reconocen a la violencia obstétrica como violencia de género contribuyendo con el avance en la lucha contra los distintos tipos de violencia que muchas mujeres experimentan y que son invisibilizadas.
¿Por qué la violencia obstétrica viola los derechos humanos?
Porque la violencia contra la persona gestante durante la atención de la salud reproductiva y el parto en hospitales amenaza los derechos a la vida, la salud, la integridad física, la privacidad, la autonomía y a la no discriminación.
¿Qué es el parto respetado?
Para que una persona gestante viva un parto respetado y sin violencia se la debe atender respetuosamente, garantizando su dignidad, confidencialidad y privacidad. Se debe establecer una buena comunicación con el personal de salud brindando apoyo continuo durante el trabajo de parto y el post parto. No se debe emitir ningún comentario que dañe la integridad física y emocional de las personas y para toda intervención médica o quirúrgica, se debe pedir consentimiento voluntario. Se debe permitir que la persona participe en la toma de decisiones sobre el manejo del dolor decidiendo si desea o no analgesia epidural y la postura en la que quiere dar a luz.
Los derechos de las madres y padres y los bebés en el momento del nacimiento son tan importantes que merecieron el respaldo de una Ley Nacional, la 25.929. Esto significa que rige en todos los lugares del país. La ley garantiza, entre otros, el derecho a: un parto normal, que respete los tiempos de la persona; la no discriminación y el respeto por la intimidad; elegir al acompañante durante el trabajo de parto, el parto y el posparto; que el bebé esté al lado de la madre durante toda la internación (a menos que necesite cuidados especiales); que la persona gestante y su familia reciban toda la información necesaria, en un lenguaje claro, sobre tu estado y la evolución del parto y del bebé.
¿Qué leyes amparan a las personas en situaciones de violencia obstétrica?
La Ley Nº 25.929 (de Parto Humanizado) que establece los derechos de las personas gestantes y la Ley Nº 26.485 (de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales) que contempla a la violencia obstétrica como violencia de género.
¿Qué le pedimos al Estado?
La violencia obstétrica no es invisible para las personas embarazadas que la experimentan por eso hay que reconocer a la violencia obstétrica como una violación de derechos humanos y hacer cumplir la obligación de los gobiernos de respetar y proteger los derechos de las personas embarazadas durante el embarazo, el parto y el posparto. Pedimos a los gobiernos que aborden la violencia obstétrica contra las mujeres en los centros de salud y adopten medidas prácticas y legislativas para prevenir, prohibir, sancionar y reparar estos actos.
¿Qué podemos hacer para cuidar a los y las adolescentes?
Sensibilizarnos como adultos/as que trabajamos con adolescentes para fortalecer una mirada empática.
Acompañar desde las instituciones de salud reconociendo las singularidades de cada adolescente.
Compartir buenas prácticas con colegas, socializar información actualizada con los equipos y denunciar la violencia.
Brindar información a los y las adolescentes acerca de sus derechos (sobre todo lo que respecta a la Ley de Parto Humanizado).
El modo en que los/as adultos/as acompañamos a los/as adolescentes repercute en su salud y la de sus hijos/as. Hagamos cumplir la Ley de Parto Humanizado que garantiza el respeto de los derechos de las personas gestantes, los/as niños/as y sus familias en el momento del nacimiento.
Algunos números
Según el primer Índice Nacional de la Violencia Machista, en Argentina el 77% de las mujeres aseguró haber sufrido violencia obstétrica. Al 10% de las mujeres o personas gestantes las discriminaron durante el parto, al 70% la llamaron con sobrenombres, el 41% recibió burlas, al 55% le hicieron sentir que ponía en peligro a su hijo/a y al 27% la amenazaron (OVO, Las Casildas, 2019). Según un informe del Observatorio de las Violencias y Desigualdades por Razones de Género (OVyDRG) del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, el trato deshumanizado es la principal causa de denuncia, las denuncias por violencia obstétrica se refirieron principalmente a instituciones privadas (64% y 60%, respectivamente) y las jurisdicciones de las que provino la mayor cantidad de denuncias fueron Buenos Aires (42.3%), CABA (26.9%) y Córdoba (9.6%).
Información útil
Si sos adolescente mamá o papá, estás embarazada, o conocés a alguien que lo esté te esperamos en Jakairá, un programa que acompaña a adolescentes que son madres y padres y a sus hijos e hijas. Ingresá a www.fundacionkaleidos.org/jakaira o comunícate por WhatsApp al 11 6703 3904. En Jakairá, hacemos equipo con vos.
Si necesitas asesoramiento o queres hacer una denuncia podés comunicarte de manera gratuita las 24 hs., los 365 días, al 144.
Estatuto a seguir para la atención a adolescentes en condición de embarazo, parto y puerperio.