Rompiendo el silencio
En Cajamarca y en la provincia de Chota, la violencia familiar y sexual se manifiesta de diversas maneras, afectando a las mujeres de todos los grupos sociales y etarios. Las comunidades evangélicas no son ajenas a esta problemática. Sin embargo, los actos violentos suelen ser acallados o tratados internamente por temor a las críticas contra la Iglesia y sus miembros, reflejando cómo los mandatos culturales tienen consecuencias desfavorables para el posicionamiento social de las mujeres en relación a los varones.
Finalmente, ellas se sienten confundidas y asumen que denunciar la vulneración de sus derechos es incorrecto, porque ofende a Dios y daña la imagen de su Iglesia. Frente a esta situación, el Centro Emergencia Mujer (CEM) Chota emprendió un trabajo de prevención la Iglesia del Nazareno. Con un siglo de presencia en la zona, en esta comunidad religiosa el tema de la violencia de género era un tabú. No existía apertura ni posibilidad de tratarlo.
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