¿De dónde viene esa risa socarrona, Sara?
Maria Rosa Vigna, Argentina-
Así que Sara rió para sus adentros y dijo: ”Ahora que estoy pasada, sentiré el placer, y además con mi marido viejo?” Génesis 18:12 Biblia de Jerusalén
Esta historia junto a capítulos anteriores y posteriores forma parte de la promesa y pacto de Dios con Abraham y Sara del nacimiento de Isaac con una gran descendencia. Pero me voy a detener en la escena del encuentro entre los tres enviados de Dios y Sara. Dios se humaniza a través de los enviados, de carne y hueso con necesidades de descanso y comida haciéndose cercano a nuestras dudas.
Abraham y Sara eran viejos y a Sara se le había retirado su menstruación según nos relatan los textos. En el versículo 9 “dijéronle:- Dónde está tu mujer Sara?“ Si bien la costumbre de trato es patriarcal, Dios la busca, quiere hablar con ella, pues ella y su cuerpo es el medio por el cual la promesa será una realidad ¿no? Le reiteran a Abraham la promesa del hijo y en el v 10 dice: “Sara lo estaba oyendo a la entrada de la tienda, a sus espaldas ”y Sara se sonrió “socarronamente ” ¿o con duda? y claro! Si nos ponemos en la piel de Sara, dos veces fue entregada como moneda de “cambio” por su marido para ingresar a territorios no conocidos. Una vez en Egipto a la casa del Faraón (cap 12 10 al 20) y otra vez con Abimelec rey de Gerar ( cap 20). Los textos nada nos dicen de cómo se sintió Sara, ¿acaso...hubo consentimiento? El deseo subestimado de las mujeres.
El cuerpo de las mujeres como objeto, porque después de cada “trama” de la mentira, que era su hermana no su esposa, Abraham salió beneficiado económicamente.
Silencio teológico y eclesial en nuestras iglesias, ¿verdad?
Siento y pienso en las muchas Saras que habitan este mundo, en manos de políticos, familiares, religiosos, costumbres culturales, proxenetas, plataformas hot, etc. que lucran con el cuerpo de las mujeres, niñas y adolescentes como si fueran objetos de “cambio” y no sujetas de derecho.
Entonces, comprendo la “sonrisa” de Sara, su cuerpo envejecido, tomado a la fuerza seguramente, ¿ahora... conocerá el placer y la risa? Pues Isaac, significa risa. Por último viene un cálido diálogo entre Dios y Sara en el que ella admite haber sonreído; no hay censura sólo confesión, es como si Dios Padre-Madre sintiera su pena, su dolor pero le afirma “¿Es que hay nada milagroso para Yahvéh?” V 14.
Siento que Dios nos acompaña, sostiene y nos da fuerzas para seguir luchando contra el patriarcado que nos quiere sumisas y “productivas”.
Que el Dios de Maria, de lo Imposible, de Agar el que me ve, el de Sara, de la risa, nos siga ayudando y sosteniendo.
Amén.
mariarosavigna9@gmail.com
Publicado en el Devocional Caminando en Sororidad de Con Efe. Se puede bajar libremente aquí: https://drive.google.com/file/d/1tuqHrDLF4jnyPsiEoIVW3T8C2kmSbpuf/view