"Existimos, les guste o no"

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Entrevista a Claudia Florentin desde el Diario de Río Negro, por Por: Laura Loncopan Berti-

En el libro "El acontecimiento" (Tusquets) su autora, Annie Ernaux, desarrolla la historia de cómo abortó en 1963, en Francia, cuando la práctica estaba penalizada. La legalización en ese país fue promulgada en 1975. El registro, casi de un diario íntimo, tiene momentos muy potentes. Marqué uno de los párrafos finales:

"Otra tarde entré en la iglesia de Saint-Patrice, próxima al Boulevard de la Marne, para decirle a un sacerdote que había abortado. Enseguida me di cuenta de mi error. Yo me sentía en la luz, pero para él yo era una criminal. Al salir supe que para mí la religión se había acabado."

Es bueno saber que no todas las personas de fe creen que acceder a una interrupción del embarazo de manera segura y cuidada es una febril obsesión. Por eso fue que charlé con Claudia Florentín, periodista, teóloga evangélica valdense, parte de la red TEPALI.

-¿Se puede ser creyente, feminista y estar a favor de la legalización del aborto? Y si es así ¿por qué en apariencia nos resulta incompatible?

-Se puede ser creyente cristiana, en mi caso, y ser feminista. Hace más de 20 años que trabajo y acompaño a mujeres en diversas situaciones de violencia que viven, entre ellas, la clandestinidad del aborto. Por eso sé, por haber sostenido a mujeres de fe que decidieron abortar, con todo lo que eso conlleva, que no puedo seguir apoyando la clandestinidad, la hipocresía de supuestas morales que solo ven el mal, el pecado (para usar un término cristiano) en nuestras decisiones, en nuestros cuerpos. Hace 30 años atrás hubiera estado en contra, porque eso me enseñaron, pero la realidad me dio cachetadas y entendí que las mujeres que llegan a decidir un aborto, lo llevarán adelante a pesar de todo y todos y entonces quiero estar ahí, acompañando, sosteniendo, no condenando y menos, llamándome al silencio que es la peor condena.

Resulta incompatible a simple vista porque lógicamente las ideas que siempre suena más fuerte son de quienes están en contra que encima se paran sobre supuestas "mayorías" como que eso legitimara algo, como si lo peor del cristianismo no hubiera aparecido cada vez que se unió a los poderes de turno, cuando quiso imponer sus ideas a espada y fuego. Existimos, les guste o no, quienes defendemos la vida, pero no antes que exista y después la olvido o celebro su muerte, su pobreza, sino que defendemos la Vida en tanto dignidad de vida plena.


-¿Qué son los
fundamentalismos religiosos y cuál ha sido su incidencia en este tema?-

Uf, sería muy larga la respuesta. Siempre hubo fundamentalismos pero en esta época adquiere nuevos matices. Podría decirte (uniendo con el final de la anterior respuesta) que son quienes hacen lecturas literalistas del texto bíblico y que intentan imponer su visión del mundo bajo una supuesta ética y orden sagrado, a toda la sociedad donde se mueven. Una clave siempre es ver que su visión del mundo y de la realidad es binaria: bueno-malo; sagrado-profano; Dios-demonio...y así ese binarismo se convierte en eje de amigos y enemigos.


-Contanos qué es #CristianasporelDerechoaElegir-

Cristianas por el derecho a decidir es un # que usamos para mostrar la presencia y la fuerza en la región de las teólogas, pastoras, lideresas y activistas cristianas de toda América Latina y Caribe, nucleadas en la red TEPALI, que estamos apoyando a las mujeres argentinas en esta lucha por la legalización de aborto, desde las teologías feministas. Estamos desde Estados Unidos a Argentina.Somos católicas y evangélicas que ya no aceptamos tutelajes del sistema patriarcal de nuestras iglesias, de la teología que sostiene ese sistema, sobre nuestros cuerpos y decisiones.


-¿Por qué crees que se han invisibilizado las experiencias de mujeres de fe que abortan?

-Porque el control sobre nuestros cuerpos es algo que nos viene desde la base de la formación cristiana con la idea de un Dios que nos mira, nos controla, nos juzga, nos ordena una vida sexual impoluta; entonces pensar en un embarazo no deseado en algo inconcebible, porque si llegaste a ese embarazo no deseado seguro seguro violaste algún mandado de esos que nos imprimen a fuego. Yo hice cobertura de historias de mujeres creyentes que abortaron y todas me dijeron que no sentían culpas, que si las sintieron, ya resolvieron eso en su vida personal de espiritualidad, pero lo que sí les pesaba era el silencio; el por años tener que callar.

-¿Qué opinas de las argumentaciones de los representantes religiosos que han expuesto este año en Diputados y en el Senado?

-Me han generado una profunda decepción, la verdad. Hubiera querido escuchar argumentos sólidos, aun diciendo que no; pero no amenazas, no esgrimir mayorías ni arrogarse poderes que como servidores y servidoras de Jesús, no deberíamos ni pensar. Lo más lamentable fue escuchar a pastores hablando como jueces y señores, como si estuviéramos en estados teocráticos. No me sorprende, tristemente.

Claudia Florentin