La Torá femenina: Mujeres, resistencias y saberes en tiempo de crisis
Lanzar la hipótesis sobre la posibilidad de una Torá femenina popular paralela a la Torá editada por Esdras en el período post-exílico, para muchos puede sonar demasiado pretencioso. Tal vez porque también para los autores de este número la tarea no fue nada fácil, e incluso es posible que no hayamos conseguido fundamentar esta hipótesis suficientemente.
Esto es lo que se propone este número, el 67, de la Revista Bíblica Latinoamericana-RIBLA, que podés descargar aquí.
La osadía bíblica latinoamericana apenas nos posibilitó sospechar sobre las memorias femeninas presentes en este cuerpo literario. Quizá sólo se llegó hasta aquí por los consensos generalizados de años de investigación histórico-crítica que descartó cualquier posibilidad de existencia de textos bíblicos escritos por mujeres.
El androcentrismo normativo, responsable por la edición final de los textos otorgó a los varones una posición central en la visión de mundo, de la cultura y de la historia, incluso cuando su protagonismo sea cuestionado, como sucede en algunos de estos libros denominados Meguillot. Y aunque los textos sean lejanos en el tiempo y el en espacio, y las descripciones de las situaciones cotidianas sean experiencias de mujeres, de su corporeidad, parece que sólo un hombre, aunque de un pasado distante, como es el caso de Salomón, sea el más dotado sobre el mundo conocido, para describir el cuerpo y erotismo femenino como bien se ve en el Cantar de los Cantares. A fin de cuentas el recurso literario antiguo de la pseudo-epigrafía resuelve todo este problema.
Se asumió en esta RIBLA las expresiones Torá y Pentateuco por dos motivos fundamentales: primero, porque la etimología griega pénte “cinco” y téukhos “rollo, estuche”, designa “cinco rollos”, de la misma forma como son designados los cinco últimos libros de la Biblia Hebrea, los Meguillot o “rollos”: Cantar de los Cantares, Rut, Lamentaciones, Eclesiastés y Ester. Segundo, porque la palabra hebrea torah, nos remite, en primer lugar, a la enseñanza o instrucción ética transmitida de la madre a sus hijos y, por supuesto, esta génesis se perdió en el tiempo hasta convertirse en leyes o instrucciones propias de los sacerdotes. Recuperar el legado femenino en la religión de Israel también está a la base de estas reflexiones. Con esto queremos descartar la idea generalizada de que la mujer israelita aportó poco en la historia, y menos en la religión.
Los artículos condensados en este número de la Revista RIBLA recogen estas reflexiones desde diferentes perspectivas: Los dos primeros artículos, de carácter general, abordan la temática desde una perspectiva literaria y desde la historia de la transmisión.
El primer artículo, de Maricel Mena López, estudia los cinco Megillot, como una propuesta teológica de resistencia popular femenina a la religión normativa sacerdotal. Allí, el protagonismo de las mujeres es evidente y su práctica religiosa responde a la teología sacerdotal predominante de la época del post-exilio o Segundo Templo.
En el segundo artículo, Katia Rejane Sassi propone desenrollar los Megillot en las principales fiestas judaicas y en la liturgia cristiana, transitando por los caminos no-oficiales, a la vez que pone ante nuestros ojos la posibilidad de un Pentateuco Femenino, mediante el cual las mujeres resisten desde la cotidianidad al sistema explotador; ellas actúan para salvar y liberar desde las márgenes de la oficialidad.
Los artículos siguientes abordan de manera panorámica y hermenéutica cada uno de los cinco libros. Maristela Tezza y Cecilia Toseli estudian en la novela de Rut la propuesta teológica de dos mujeres en pleno post-exilio; analizan las leyes de matrimonio, como el levirato, presentes en los papiros de Elefantina, con la finalidad de demostrar la relación entre tierra y discurso étnico-religioso entrelazados con rituales eróticos de fecundidad.
La aproximación hermenéutica al libro de Rut es realizada por Olga Lucia Álvarez quien, a partir de la metáfora del bordado a mano, reconoce en esta historia la realidad de los campesinos, indígenas y afros, quienes han sido desplazados de sus tierras.
Lília Dias Marianno, estudia el Cantar de los Cantares como una parodia sarcástica sobre el amor. Después de una presentación literaria de la obra, expone la Idea de participación de la mujer en la fiesta de la Pascua como liberta, dueña de su cuerpo y que invita a reconocimiento de la dimensión erótica de la fiesta.
Pinky Riva realiza una aproximación histórico-crítica al libro de Lamentaciones, recordándonos que el lamento es una forma de hacer memoria y es un mecanismo de resistencia al imperio.
Mercedes L. García Bachmann, por su parte, introduce su estudio a este mismo libro cuestionando lo difícil que es tomar partido positiva o negativamente ante la pregunta de si los cinco libros denominados Megillot pueden ser pensados como una especie de pentateuco femenino paralelo a Torá. Explora, a partir de otros estudios, la posibilidad de una voz profética femenina compañera de Jeremías.
Sandra Nancy Mansilla propone una interpretación feminista del lugar asignado a Qohelet en el canon hebreo, reivindica la fiesta del Sukot o de las tiendas, como prácticas populares de reivindicación de la vida en medio de incertitumbres.
Juan Esteban Londoño discierne la temática del desencanto como resistencia y afirmación del cuerpo y de la vida, a partir de su estudio a Qohelet en diálogo con las expresiones de desencantamiento de los jóvenes de hoy.
Sandro Gallazzi entiende el libro de Ester como una parábola sobre la historia y su sentido, iluminada a partir de la memoria de la Pascua. Ester es una relectura del Éxodo, una relectura del quehacer de Dios en medio del pueblo, es una historia de liberación, y la fiesta de las Suertes es la celebración de la alegría y júbilo ante Dios..